jueves, 18 de abril de 2013

"Jennifer" o la perversión de la justicia


Es terrible lo que hizo el gobierno de Felipe Calderón al amparo de la guerra en contra del crimen organizado. La fabricación de expedientes, el inicio de procesos y la consignación de personas con el propósito de simular y desvirtuar la política de seguridad. En el fondo, una estrategia de terror para hacer aceptable, tolerable, a los ojos de los mexicanos, la militarización y la flagrancia en contra del orden legal en la que incurrió el aparato de seguridad. Peor aún, una actuación “supervisada” por los Estados Unidos y torcidamente instrumentada por Felipe Calderón y sus altos funcionarios, en un afán desmedido por quedar bien, hasta la ignominia de asumir el papel de confidente político del gobierno de los Estados Unidos. Se entiende entonces la beca en la Universidad de Harvard, Calderón en condición de informante protegido al servicio de un gobierno extranjero ¿Cómo se llama eso? Traición a la patria, sí, una de las causales para interponer un juicio político en su contra.

Jennifer o Roberto López Nájera, testigo protegido estrella de la administración anterior proporcionado o sembrado por la agencia antidrogas (DEA, según las siglas de esa entidad del gobierno norteamericano) De sus dichos el gobierno calderonista hizo “prueba” para consignar a inocentes y encender los reflectores del escándalo mediático. Uno a uno los casos han ido cayendo por falta de pruebas. Noé Ramírez Mandujano y el general Tomás Ángeles Dauahare, entre otros, han sido deshonrados por el mercenario. Jennifer, que para efectos prácticos, fungió como un servidor público con un sueldo de cincuenta mil pesos al mes, dio por suyas las acusaciones que el gobierno elucubraba pero no podía sostener por sí mismo al carecer de pruebas contundentes. Todo un cúmulo de expedientes que consagraron la perversión de la justicia de un gobierno que careció de legitimidad electoral. Apuntalado, por quién creen, sí, por Elba Esther Gordillo.

El que el actual gobierno, a través de la Procuraduría General de la República, haya iniciado la tarea de desmontar la fábrica que producía acusaciones infundadas, da visos de que se acabó la cortesía política hacia Felipe Calderón, quien destruyó con sevicia la paz entre los mexicanos.

Ante ese hecho no hay respuesta puntual, pura reacción a su mejor estilo: audios, desinformación y videos. No lo expongo en defensa de Rosario Robles y Javier Duarte, ellos se defienden solos, sino para resaltar una forma sucia de operar la disputa política que ha dañado al país, quebrantando su paz y devaluando su aprecio en el concierto de las naciones.

Se entiende bien a qué salieron ayer miércoles 17 de abril, ante los medios, Gustavo Madero, los coordinadores parlamentarios del PAN en el Congreso y la fina persona de Miguel Ángel Yunes. No ha defender la limpieza de procesos electorales a efectuarse este año, sino a tender una cortina de humo para salvar el pellejo.

Parafraseando a Manuel Gómez Morín, del PAN se puede decir que era un partido de alta consistencia ética, lástima que se envileció.

martes, 16 de abril de 2013

Dónde estamos parados

Dónde estamos parados y hacia dónde queremos ir, es el par de interrogantes que están en el centro de la conducción política nacional.
 
La herencia maldita, la violencia endémica que dejó estructurada, en un lamentable juego de pinzas, la estrategia de guerra contra el crimen organizado de Felipe Calderón y la creencia de que los males y dolencias de cualquier comunidad (local, estatal, regional, nacional, global) son atendibles y resueltos por mecanismos del mercado en suma positiva, donde no hay perdedores.
 
El proceso reformador en curso, que toca intereses y provoca reacciones. Hasta ahora, la reforma constitucional a la educación, más que la reforma a la ley federal del trabajo, ha puesto en pie de guerra a una región del magisterio en los estados de Michoacán, Guerrero y Oaxaca. Ya se ha expuesto la perversión del uso político de la fuerza magisterial y está cobrando facturas. Lo que está por dilucidar en estos días es el cómo mejorar las capacidades de los docentes en el fortalecimiento de la enseñanza aprendizaje y proteger los derechos laborales adquiridos ¿Se puede?
 
Este proceso reformador toca también los interese de empresarios poderosos que se beneficiaron de la anterior ley de amparo, que quieren mantener privilegios en el ramo de las telecomunicaciones y no quieren pagar lo justo por sus cuotas al IMSS. Empresarios que empezaron aplaudiendo el proceso de reformas y ahora lo abuchean. Hasta aquí íbamos bien, dijo el buey, cuando iba llegando al rastro.
 
Violencia, reformas y el tercer punto de contacto sobre la desequilibrante realidad: la economía a revisión.
 
La economía ficción del mercado. En los años setentas del siglo pasado, durante el auge del populismo, las organizaciones empresariales y sus voceros de turno, declaraban que la intervención del Estado en la economía propiciaba la economía ficción. En nuestros tiempos, que en realidad son de los tecnócratas (mío, que tengo mío, tarará-tarará) y de la plenitud del libre comercio, se puede afirmar que el mercado sin regulaciones también es economía ficción. Es decir, la ley de la oferta y la demanda no es tal mientras en ella prive la especulación, los monopolios, la discrecionalidad de los favores gubernamentales o cómo crecen los grandes negocios al amparo de los gobernantes.
 
Bajo estas condiciones es una burla hablar de libre comercio. Por eso es destacable el crack de las inmobiliarias. Las decisiones en materia de vivienda del actual gobierno han puesto a temblar a los "vivienderos" que disfrutan de la economía ficción, empresarios que han encontrado en el Infonavit y el Fovissste -entre otros organismos públicos de financiamiento de vivienda- un inagotable cuerno de la abundancia. Se han otorgado créditos sin garantías sólidas, que aseguren el cumplimiento del contrato, se otorgan créditos sobre la garantía de salarios precarizados y con alta volatilidad en el empleo. Santo y seña del modelo económico. Ya vemos por qué chillan estos empresarios, ya no tienen a papá Fox, ni a papá Calderón que los consienta.
 
Y qué decir de las formas de otorgar crédito al consumo. Las instituciones bancarias, un día sí y otro también, hablan a los domicilios particulares ¿Dónde estás Ifai no me fai? dando la buena noticia de que ya tienes crédito preautorizado o que está a tú disposición una tarjeta de crédito. Así nada más, al ahí se va. Una bomba de tiempo que ya nos estalló.
 
Esta es la complicada realidad que le toca manejar al actual gobierno que ya bastante trabajo tiene para ordenar su administración y transparentarla, tirar algo del lastre de la corrupción acumulada.
 
Abróchense los cinturones, ha zona de turbulencia hemos entrado, el México en Paz y de educación de calidad es destino que está en la mira de poderosos intereses que no se quieren mover.
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