jueves, 27 de enero de 2022

Épica del pueblo mexicano

“En estos años en que tantas angustias nos oprimen no quiero repetir con el Michelet del Peuple: ‘Jóvenes y viejos estamos fatigados’. ¿Los jóvenes fatigados? Espero que no. ¿Los viejos fatigados? No lo deseo”.

Lucien Febvre

En relación con el autor del fraseo del epígrafe, voy a considerar aquí una de las formas que adquiere la política en tiempos de la cuarta transformación, asumida como combate por la historia. AMLO ha sido persistente en hacer de la historia el basamento de su proyecto político, desde el movimiento que formó y desde el gobierno que ahora conduce. Se sitúa diametralmente en contraste con los neoliberales, para los que la historia terminó y con ella la soberanía, la nación, el pueblo. De nada sirven para la globalización, en la que toda pasa por el tamiz del comercio, los contratos, las inversiones.

La noticia de una reciente publicación, que para muchos no ha sido noticia, nos pone en contacto con el eje articulador de la 4T: el pueblo. El libro al que me refiero es una serie de ensayos intitulado Historia del pueblo mexicano. * Un recorrido que va desde la invasión de los españoles al territorio mesoamericano hasta octubre de 1968.



El pueblo es presentado en las posibilidades del significado de la palabra, que bien se puede contextualizar en la historia de la humanidad y de las que se ponen algunos ejemplos. Así tenemos en el siglo XX, la identificación del pueblo con la clase trabajadora en Inglaterra (S. Todd) o con la población colonizada, los condenados de la Tierra (F. Fanon). En el siglo XIX el pueblo llegó a ser representado por el insurrecto de los barrios y las cercanías de París (J. Vallès). En el siglo XVIII, el pueblo tuvo una actuación estelar con los colonos que renunciaron a ser súbditos de la Corona Británica (A. Hamilton; J. Madison). Otra significación del pueblo provino de las poblaciones agrarias que se rebelaron al tenor de las proclamas de Martín Lutero en el siglo XVI (E. Bloch). Y aquí cabe mencionar la configuración religiosa del pueblo aportada por el cristianismo y el islamismo, que a su vez fueron paridos por la representación etno-religiosa del pueblo elegido (Antiguo Testamento).

Ligado a ello se encuentra la unión historia-pueblo propuesta por el republicanismo (J. Michelet) en disposición de oponerse al planteamiento de la monarquía que fusiona la historia con la vida del monarca. La república, además, se contrasta con la aristocracia en la que la historia se realiza por la acción de los mejores, las élites.

En estas breves líneas contextuales extraídas de la historia de la humanidad, son conectores a la Historia del pueblo mexicano. Es ésta, plantea una recreación del pueblo como una realidad multicultural, junto a los pueblos originarios están los afrodescendientes y, por supuesto, el crisol de acoplamientos interétnicos que se dieron a partir de la invasión ibérica. El pueblo se representa, a su vez, con la diversidad de género y la diversidad social. La palabra pueblo como antónimo de la esclavitud, de la servidumbre, los fueros, los privilegios, la discriminación, estrechamente asociados al autoritarismo. El vocablo pueblo en congruencia con los principios de libertad, justicia, igualdad y, por supuesto, con el régimen democrático.

Sirva lo aquí escrito como una invitación a leer y debatir esta agrupación de ensayos que aspiran a ser la comprensión más acabada de la 4T, la de prometer un pueblo de pie y unido que supere la polarización heredada de políticas económicas impuestas por agencias financieras como el FMI y BM.

*El libro fue encargado al Instituto Nacional de Estudios Históricos de las Revoluciones de México. Esta edición digital (2021) se puede descargar gratuitamente del portal del Gobierno de México. La versión física será distribuida a los normalistas, a los que José Vasconcelos les dio el encargo vitalicio de ser los guardianes y difusores de la historia de México.  

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