martes, 7 de abril de 2020

La hora del médico


“Solo existe un poder: el poder de salvar. Y solo existe un honor: el honor de ayudar.”
John Ruskin

El virus de Coronavirus-19 es real, gestado de un proceso biológico en el caldo propicio de la economía global. El virus va directo a las personas, no respeta países, no hay gobierno que tenga la solución, ni los más poderosos. Las medidas de higiene, establecidas por la medicina moderna ,son la mejor arma para evitar el contagio y que los ciudadanos en todo el mundo tienen a su disposición. Lo cierto es -dentro de lo humanamente posible- que el mundo está en manos de los médicos, sujeto a las disposiciones que indique el sector salud. Regatearles confianza es inmoral, agredirles es criminal.

El abandono del sector salud en su vertiente pública, dejó a México en una situación de mayor vulnerabilidad. No se incrementó la formación de médicos, de enfermeras. La infraestructura hospitalaria, su inversión, quedó lastrada por la corrupción. El modelo de negocios deterioró el modelo de salud pública. A este sector, frente a la emergencia, le asiste la mayor responsabilidad. Reducir los contactos sociales, quedarse en casa, moverse solo para conseguir alimentos, comprar medicamentos o asistir a una cita médica, son medidas sanitaros que afectan la economía, pero de manera temporal -las autoridades han estimado que la curva epidémica en México encuentre su declive de contagio para el mes de septiembre.

Es un hecho que la pandemia le ha puesto freno a la economía en el mundo y ha desacreditado la doctrina que hizo del mercado la base exclusiva del funcionamiento económico. La emergencia sanitaria ha puesto otros datos, la necesaria participación del Estado. Este “reesclarecimiento”, poner de nuevo la participación del Estado en la economía, no lleva a las mismas conclusiones. Hay una corriente que promueve la solicitud de deuda pública para mantener artificialmente a las empresas. Exige medidas contra-cíclicas. Desde el gobierno se tomó la decisión de tomar las recomendaciones del sector salud, de canalizar esfuerzos hacia la población. Salvar vidas hoy, para darle viabilidad al esfuerzo empresarial en la etapa de la “post-emergencia” (o antes de ser impostergable).

La opción adoptada por el gobierno tiene que reforzarse con la exposición de los efectos multiplicadores calculados -revalorando el lenguaje keynesiano– sobre la economía en su conjunto, si bien en lo inmediato se dirige hacia el sostenimiento de la economía familiar y el mantenimiento de la cadena alimentaria. Desde el sector privado, los bancos podrían divulgar las medidas que han adoptado en el tratamiento de los créditos, de acuerdo con la circunstancia de la emergencia. Otra medida a considerar, que no precisamente está en la banca, es la relacionada a las rentas de casa-habitación, un tema que angustia que invade a miles de familias.

Son los médicos los que tienen la conducción de la emergencia, merecen toda nuestra confianza.
Hexagrama 27. Proporcionar alimento. "Es prudente consolidar nuestros conocimientos en esta situación y no arriesgarnos con soluciones no experimentadas. No abandonemos la seguridad del hogar para descubrir nuevos horizontes. Cerca del caldero donde se cuece el alimento de la familia, nos nutrimos de la armonía del entorno. Somos nuestro propio grupo de apoyo en esta existencia. Soñamos con metas lejanas, contactamos con aspiraciones guardadas en el corazón desde antaño, pero éste es momento de afianzarse, de nutrirnos co lo mejor que tengamos a nuestro alcance y esperar el momento oportuno de volar."
I Ching.

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