"Los supervivientes se reencontraron en el vale de la Unidad, donde cada uno se sintió parte de todos y todos se sintieron parte de cada uno."
"En el valle de la Confusión, asolado por las tormentas, se confundían la realidad y los sueños. Todo lo que los pájaros habían aprendido con tanto esfuerzo en su largo viaje fue barrido de golpe por un huracán y en sus almas se instalaron el vacío y la desesperanza."
Guzel Yájina
El desastre de la oposición, de
sus partidos, es haber confiado la disputa política en manos de “influencers”,
hijos de papi, intelectuales, periodistas y publicistas. Sus políticos se
retiraron a ver los efectos de esa estrategia que a todas luces resultó fatal
para sus intereses, esto es, apropiarse de recursos públicos a través de
puestos de poder en el gobierno. De manera asociada, el desastre se profundizó
al desvincularse de grandes sectores de la sociedad, se quedaron con una base
de clase media, aspiracionista por añadidura. El PRI es el ejemplo más claro de
esa desvinculación, por recomendación de los tecnócratas, se fue privando del
pacto corporativo como base electoral. Ya saben quién se lo apañó. Los priístas,
sus cúpulas, se limitaron a generar comodidades para las grandes empresas y darle
tarascadas al presupuesto.
La oposición todavía no es consciente
del tsunami que la aplastó en el 2018. No entiende lo que es encarar
proactivamente la reforma electoral propuesta por AMLO. Se olvidan de lo
fundamental: conquistar las preferencias de la sociedad, del trabajo tenaz de
convencimiento más allá de los periodicazos.
El asunto no es defender al INE
sino darse cuenta de que la autoridad electoral de árbitro pasó a darse el rol
de actor político. Se convirtió en un poder por encima de los poderes
constitucionales. Cuando en realidad es un ente de administración electoral
encargado de contar y validar votos. Su Consejo bien se podría remover cada
elección federal mediante un sorteo a partir de listas propuestas por los
poderes constitucionales. Nombrarlos por elección popular sería convertirlos
con amplitud en un poder paralelo sin tener idea de las consecuencias. Si la
cuestión es conducir procesos electorales conforme a normas no se requiere de
una burocracia dorada, ni emponderada.
Adicionalmente, hay que
considerar que en tiempos de la tecno-política se pueden alcanzar ahorros
considerables para la emisión, recepción y conteo de votos. Igual se pueden
aprovechar los medios tecnológicos para la difusión de la propaganda política
evitando la contaminación visual. Ya pasaron los tiempos aquellos, cuando los
cerros se utilizaban para promover candidatos. Sin soslayar que se puede
truquear la tecnología, ya ven, todavía no tenemos informe sobre el hackeo a
los archivos de la SEDENA. Estamos esperando Doña Rosa Icela, sentaditos.
La oposición tiene que ponerse
las pilas, porque de no hacerlo la migración de sus políticos hacia MORENA
continuará. Rumbo al 2024 AMLO lleva gran ventaja, con su popularidad MORENA
tiene las de ganar hasta con una vaca. López Obrador se ha cuidado de no tomar
un rumbo anticapitalista, aunque use retórica antineoliberal. Prueba de ello es
que se ha tomado más en serio el manejo de las variables macroeconómicas que
sus antecesores.
Es evidente que el presidente
López Obrador está conduciendo la ruta de su sucesión. Todas las mañanas y durante
las giras de fin de semana va pavimentando el camino para que Claudia Sheinbaum
sea la candidata oficial. Además, para eso está el periodismo Simi, los
intelectuales orgánicos de ahora (Alcázar, Franco, Villamil). Los de ayer hoy
son opositores, Aguilar Camín, Krauze, Et Al. Con astucia, el presidente se
precave de una no deseada desgracia, Don Adán Augusto candidato sustituto. Su
escenario perfecto es aquel donde los otros pretendientes a la candidatura de
MORENA se plieguen a la vieja usanza priísta.
Con una oposición tan esmirriada,
sólo una división dentro de MORENA le darán emoción al año electoral 2024.