“El poder dual se describe como
un hecho de facto y no como un hecho legal.”
René Zavaleta Mercado
Trepidante fue la tercera semana
de octubre. La semana en la que se dio el informe sobre las acciones del
gobierno de México en materia de seguridad. Con todo e informe explotaron tres
hechos violentos. Aguililla en Michoacán, Tepochica en Iguala Guerrero y en la
capital del estado de Sinaloa, Culiacán. En este último los acontecimientos fueron
reportados en tiempo real por los ciudadanos. Imágenes de pánico en una ciudad
densamente poblada. Vacíos de información cubiertos por la especulación y el
rumor. Más allá del acontecimiento, lo que se aprecia es una estructura de
poder. Jóvenes armados del Cártel de Sinaloa, activados por la intentona de los
cuerpos de seguridad por detener a uno de sus cabecillas. Lo de Culiacán se
trató de una violencia para nada espontánea, está relacionado con estructuras
consolidadas a lo largo de los años. Acontecimiento con un fondo histórico de implicaciones económicas, políticas y sociales (https://tonalpohualli-rodmigster.blogspot.com/2019/09/arrastrando-la-inseguridad.html)
Durante muchos años, cuando no se
hablaba de cárteles. Cuando los delincuentes asociados a la producción y
trasiego de drogas estaban bajo control gubernamental. Gomeros, mariguaneros,
se les llamaba. El control estaba a cargo de instituciones, la Dirección
Federal de Seguridad entre otras. DFS de triste memoria como agente de la
guerra sucia en los años setentas. DFS, involucrada con el asesinato del
periodista Manuel Buendía (30 de mayo de 1984) DFS, expresión de un Estado
matón. La DFS se creó en 1947 y vio su fin de ciclo en 1985. Inició una nueva
etapa de la delincuencia organizada, violenta y trasnacional. El efecto de la
cocaína colombiana transformó al crimen organizado en México, surgieron los
cárteles. Se creó en 1996 un Instituto Nacional para el Combate a las Drogas
adscrito a la PGR y el responsable de este instituto terminó en la cárcel por
nexos con el narcotráfico.
Se podría seguir con una lista de
acciones que lejos de combatir la delincuencia fueron fortaleciendo las
estructuras delictivas. A la alternancia de partido en el poder, Vicente Fox
con sus operadores Eduardo Medina Mora, Genaro García Luna, Miguel Ángel Yunes,
et al, se les escapó en las primeras semanas de gobierno Joaquín Guzmán
Loera; la declaración de guerra al narcotráfico, el Plan Mérida, la Operación
Rápido y Furioso en tiempos de Felipe Calderón, atizó la violencia; tampoco el
regreso del PRI a la presidencia de la república en 2012 cambió la situación.
Ya sabemos a qué se dedicaron con Peña Nieto y ahora este personaje prefiere no
poner un pie en el territorio nacional, vive fuera del país.
Sinaloa
es el caso paradigmático de la evolución del simple gomero a toda una
estructura de jefe de jefes, capos, sicarios, halcones. Modelo que se exportó a
otros estados: Jalisco en primer lugar, Baja California, Colima, Chihuahua, Tamaulipas.
Después vendría el corredores interestatales o regionales, a semejanza del Triángulo
Dorado, como lo son hoy El Bajío y el de Tierra Caliente. Hay que recordarlo,
los cárteles forman base social aprovechando las carencias de los pobladores.
El dinero que obtienen de sus actividades se los permite, más cuando el vacío
del Estado se incrementó por efecto de las reformas tecnocráticas. Todos los
gobernadores saben perfectamente dónde operan estos grupos. Los jueces que
llevan los casos de los narcotraficantes recluidos y en proceso, saben de las
presiones a que son sometidos y, a veces, terminan liberando a los
delincuentes. No basta capturar el pánico en imágenes de los acontecimientos
del jueves pasado en Culiacán, hay que ver las estructuras que soportan y así
sentar las bases para desmontar a las organizaciones criminales.
*Extrapolo, descontextualizo la
idea de poder dual elaborada por René Zavaleta Mercado (1933-1984) en el
estudio de la formación del poder popular en Bolivia y Chile contenida en su
libro El poder dual en américa latina. Siglo Veintiuno Editores. México,
1974. La suya, a su vez, es una relaboración de los planteamientos de Lenin en
sus Tesis de Abril y de las notas de Antonio Gramsci sobre la dominación
y la hegemonía.