lunes, 14 de noviembre de 2022

Industria electoral

Desde 1977, la discusión sobre las normas electorales se mantiene viva en la agenda nacional. Hasta el presente, no se ha dado con la fórmula que asiente instituciones y normas electorales de larga duración. Según la correlación de fuerzas, se establecen acuerdos proclamados como definitivos, para luego cambiarlos. Una nueva propuesta, la del presidente López Obrador, está orientada a cuestionar la industria electoral del sistema de instituciones que se diseñó para trasladar ingentes recursos públicos hacia la burocracia y los partidos de manera directa. Los dineros son articuladores del sistema, para que baile el perro. Poco interés se muestra por la vinculación de las organizaciones políticas con los ciudadanos. La cultura cívica, a fin de cuentas, es una clave presupuestal más en el complejo industrial que parasita la emisión y conteo de votos.

No es casual, los que han vivido de esta lucrativa industria fueron los promotores de la nutrida marcha del domingo 13 de noviembre. Políticos, publicistas, intelectuales, regenteadores de organizaciones civiles, hasta consultores y asesores en la materia. Ellos si saben a qué fueron.  Cosa de ver. Roberto Madrazo se hizo presente, él mismo duramente atacado por Elba Esther Gordillo, ella misma embestida hasta su defenestración por Claudio X. Los tres presentes para defender sus intereses dentro de la industria electoral de la que se sirven para acceder a otros negocios.


Miembros destacados de la industria electoral

A reserva de demostración, además de los participantes que viven de la industria electoral, la marcha integró a descontentos por otras causas. Una muy importante el pago de impuestos. Hay gente molesta porque el fisco hace su trabajo: solicita, revisa y cobra. Esa gente salió a marchar. Pero otros más salieron a marchar porque están molestos de que desde el Palacio Nacional se haga escarnio de sus anhelos de consumo conspicuo (Veblen): automóviles último modelo, ropa de marca, restoranes de lujo. La búsqueda de la diferenciación, el logro de estatus no es algo malo, deplorable, a excepción si se realizan sin importar medios, sin ética.

Por diversas causas, tal vez sin proponérselo, el actual gobierno ha conformado una masa opositora (ajena a los partidos) que se siente culturalmente lastimada. La cual encontró en la marcha su mejor desahogo para expresar su odio al presidente. Masa distinta a los negociantes de la industria electoral, que al grito de “El INE no se toca”, también dicen no toquen con fiscalización efectiva mis ingresos, no toquen mis preferencias de consumo. Un apetitoso platillo para los hambrientos e insaciables partidos de oposición.

Finalmente, la marcha contó con un auspicio inesperado, la disputa dentro de MORENA por la postulación a la candidatura presidencial. El método de la encuesta agriado por las ansias. 

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