sábado, 21 de abril de 2012

Juan: 15-15



“Ya no los llamo siervos, porque el siervo no está al tanto de lo que hace su amo; los he llamado amigos, porque todo lo que a mi Padre le oí decir se lo he dado a conocer a ustedes”

Dos cosas me molestan del proceso electoral 2012. No me gustan las campañas sucias y la falta de claridad de las propuestas. Las campañas sucias se entienden por la poca estatura moral de quien las lanza. Lo otro está ligado al excesivo cuidado para elaborar propuestas de las respectivas campañas, llenas de lugares comunes con el ánimo de no ofender a Estados Unidos, a los grandes empresarios y a la jerarquía católica. Los candidatos se hacen iguales.

Ese malestar, que no tienen porqué compartir, limita mi análisis pues no tengo el gusto, la emoción para referirme a lo que leo en los medios en esta ocasión (no radio, no TV) Busco otro sendero, que no es el del Peje. Yerma de ideas está la competencia por la presidencia de la república, por lo que recurro al Evangelio de San Juan. No se trata de trasmitir religiosidad, ni elaborar el mensaje conformista que de eso ya se encargan Curas y Pastores. El Evangelio como agua viva, revolucionaria, que el estado actual de las cosas no quiere comunicar. Por eso el nuevo orden de secrecía hizo lo posible por aniquilar la Teología de la Liberación. Porque el poder se funda en el secreto, sea de Estado, bancario, de las finanzas o el de confesión. Se nos impone un límite para llegar a la verdad, externo a nuestras propias capacidades, como sucedáneo tenemos la publicidad y la campaña sucia. Si se hablará con verdad y claridad, bien se podría evitar el dispendioso circo de las campañas.

Volviendo a Juan: 15-15. “Ya no los llamo siervos, porque el siervo no está al tanto de lo que hace su amo” .Acaso seremos siervos, no ciudadanos, pues realmente no estamos al tanto de lo que hacen los candidatos. Qué dirán en el cuarto de guerra, cuáles sus reuniones privadas si es posible tenerlas a un personaje público, que hacen a escondidas de nosotros. La otra parte tiene su interés: “los he llamado amigos, porque todo lo que a mi Padre le oí decir se lo he dado a conocer a ustedes”. Los candidatos pueden considerarnos sus amigos. Y si es así, qué nos han dado a conocer, qué conocimiento superior nos han comunicado como para darnos la certidumbre de que las cosas van a cambiar para mejorar.

En el fondo, nos ven como sus siervos, se esconden de nosotros y no nos consideran sus amigos.

Ése es el liderazgo que impera, el que depreda infantilizando a los ciudadanos.



miércoles, 18 de abril de 2012

Leer las encuestas, leer la realidad



No es lo mismo. Una encuesta, se ha dicho hasta la saciedad, es la fotografía del momento. La realidad es lo constante, serial, la tendencia, la conjunción de vectores, lo publicitado, lo no dicho, lo minimizado, lo enfatizado, la unidad de lo diverso, para acabar pronto.

Los medios viven en la tentativa de ofrecernos la realidad totalizadora mediante migajas informativas, metonimias que suplantan el bosque. En las campañas electorales por el poder político esta cualidad se expande. La saturación se impone, la indiferencia resiste en buena parte de la población, los llamados indecisos y abstencionistas rebautizados como “anulistas”.

Encuestas y medios han hecho una mancuerna para orientar las preferencias, el partido político como tal, pertenece a un modelo de comunicación superado y se subordina a las tecnologías. No obstante, el partido que mejor haga contacto con la realidad, incluida la ciudadanía, estará con una ventaja superior.

Es penoso ver políticos que no hacen contacto con la realidad, se pierden en escaramuzas ideológicas o se atrincheran en sus intereses personales. Muestra de ello la acaba de dar, para vergüenza de México y el Mundo, Felipe Calderón. Eso de meterse en el diferendo entre España y Argentina sobre la expropiación en tránsito de la filial de Repsol YPF, la cual opera la explotación de petróleo en el mencionado país conosureño. Para resumir, atacando las expropiaciones y detractando la decisión soberana de un Estado, el de la República Argentina, Felipe Calderón demostró su desprecio por la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos que juró cumplir y hacer cumplir. Se puso al servicio del Estado español y de una de sus empresas, ignorando su propia Constitución, la de los mexicanos. Es un ejemplo de cómo un político pierde contacto con la realidad. Y más, es indicio de traición a la patria.

Bien, terminada esta digresión, vuelvo al punto. Más allá de lo que digan las encuestas y la aplanadora de las corporaciones mediáticas, se disparan mecanismos de comunicación entre la gente, los ciudadanos, que encuentran en sus condiciones actuales de existencia y en coincidencia con el proceso electoral en curso, la oportunidad para expresar su inconformidad. Cuando no se da la coincidencia con lo electoral simplemente ocurren rebeliones, como la llamada Primavera Árabe desencadenada en 2010. O la propia experiencia del Frente Democrático Nacional en 1988 liderado por el Ing. Cuauhtémoc Cárdenas.

Cada uno de los candidatos a la Presidencia tiene su manera de leer la realidad y hacer contacto con ella.

Josefina Vázquez Mota no se ha despegado hacia arriba de las encuestas, pero si del suelo. Extraviada desde el inicio oficial de las campañas, ha requerido la asistencia de Felipe Calderón y su equipo. Chepina está recibiendo respiración de boca a boca de Calderón. Mientras no haga un esfuerzo más allá de lo realizado, su llegada a la Presidencia sólo se entendería por métodos espurios como lo hizo quien hoy aspira a suceder.

Gabriel Quadri no se complica, millones de pesos, no de votos, le dejará el circo electoral. Ése es su contacto. Por eso habla despreocupadamente y no ve contradicción alguna entre ser “ambientalista” y promotor del neoliberalismo de manera simultánea.

La competencia se va perfilando entre Enrique Peña Nieto y Andrés Manuel López Obrador. Dos maneras de conectarse. Con la sociedad del espectáculo o con la sociedad de los inconformes, según sea el caso. Son contingentes que se intersectan, más bien quedan mezclados. Con uno se ven jóvenes y mujeres identificados más con el carisma del candidato que con la propuesta histórica del Partido Revolucionario Institucional y las luchas de las que se dice heredero, ensombrecida ¿nulificada? por la reiterada complacencia hacia las prescripciones del mercado y el disimulo ante el protagonismo de la iglesia católica; con el otro tenemos referencias directas hacia los estudiantes, los pobres, los miembros de la tercera edad. Los indignados, la gente que sobra en un obtuso sentido del funcionamiento capitalista.

¿Qué lectura de la realidad prevalecerá el primero de julio?


lunes, 16 de abril de 2012

¿Por quién votará la burocracia?

 

Cuando uno trata de buscar el tema, se va por lo menos desgastado. Lo novedoso es garbanzo de a libra, diría mi Padre. El refrito es un eructo de lo que ya está en proceso de digestión. Bajo esta metafórica consideración, el tema que propongo es el voto de la burocracia, la del sector público, aclaro.

El miércoles de la última semana de marzo pasado, si mal no recuerdo, Felipe Calderón convocó a la “élite” de la Administración Pública Federal. Más de diez mil burócratas se congregaron en el Auditorio Nacional. El informe del cierre de la presente administración antes del silencio que impone la ley al Presidente durante la campaña electoral (lo cual, como toda ley, es transgredible) De los burócratas que asistieron ¿Cuántos votarán por la candidata oficial? Los  “ilustres” que reciben las quincenas de la APF están divididos. Condicionan antes que razonar y si la traición es rentable actuarán en consecuencia. No es un conglomerado representativo.

Pero hay otro contingente, todo el personal que no es director general, ya sean de carrera, eventual o por honorarios. Ése abigarrado contingente tiene presente el maltrato, la falta de promoción que dispensan los “jefazos”, la responsabilidad indebida que les cargan, los horarios fuera del orden legal, que su sueldo vale la mitad de lo que valía hace más diez años. O sea que están plenos de resentimiento.

El tercer contingente es el de los sindicalizados, los llamados de base. En este estrato el resentimiento es mayor, no sólo por el deterioro del ingreso, sino por el desprecio racista con la que los observa la burocracia de ocasión de estirpe blanquiazul que los quisiera borrar del mapa.

El dato positivo es que la burocracia en general no votará por consigna oficial  en su mayoría, como ya no lo hace en las últimas décadas. No funciona la condición corporativa de antaño. Por el contrario, se sumarán a la ola ciudadana que se forme. Es seguro que su voto será en contra del Partido Acción Nacional. El personal de ése Partido en el gobierno está nervioso porque su oferta de decencia y honestidad no la cumplieron. Los panistas están enlazados con el pasado corrupto de las fuerzas políticas establecidas.

El voto corporativo desde la perspectiva laboral ha disminuido. El voto corporativo efectivo proviene de los empresarios y de las iglesias.
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