“Ya no los llamo siervos,
porque el siervo no está al tanto de lo que hace su amo; los he llamado amigos,
porque todo lo que a mi Padre le oí decir se lo he dado a conocer a ustedes”
Dos cosas me molestan del proceso
electoral 2012. No me gustan las campañas sucias y la falta de claridad de las
propuestas. Las campañas sucias se entienden por la poca estatura moral de
quien las lanza. Lo otro está ligado al excesivo cuidado para elaborar
propuestas de las respectivas campañas, llenas de lugares comunes con el ánimo
de no ofender a Estados Unidos, a los grandes empresarios y a la jerarquía
católica. Los candidatos se hacen iguales.
Ese malestar, que no tienen
porqué compartir, limita mi análisis pues no tengo el gusto, la emoción para
referirme a lo que leo en los medios en esta ocasión (no radio, no TV) Busco
otro sendero, que no es el del Peje. Yerma de ideas está la competencia por la
presidencia de la república, por lo que recurro al Evangelio de San Juan. No se
trata de trasmitir religiosidad, ni elaborar el mensaje conformista que de eso
ya se encargan Curas y Pastores. El Evangelio como agua viva, revolucionaria,
que el estado actual de las cosas no quiere comunicar. Por eso el nuevo orden de
secrecía hizo lo posible por aniquilar la Teología de la Liberación. Porque el
poder se funda en el secreto, sea de Estado, bancario, de las finanzas o el de
confesión. Se nos impone un límite para llegar a la verdad, externo a nuestras
propias capacidades, como sucedáneo tenemos la publicidad y la campaña sucia.
Si se hablará con verdad y claridad, bien se podría evitar el dispendioso circo
de las campañas.
Volviendo a Juan: 15-15. “Ya no los llamo siervos, porque el siervo no está al tanto de lo que
hace su amo” .Acaso seremos siervos, no ciudadanos, pues realmente no estamos
al tanto de lo que hacen los candidatos. Qué dirán en el cuarto de guerra, cuáles
sus reuniones privadas si es posible tenerlas a un personaje público, que hacen
a escondidas de nosotros. La otra parte tiene su interés: “los he llamado
amigos, porque todo lo que a mi Padre le oí decir se lo he dado a conocer a
ustedes”. Los candidatos pueden considerarnos sus amigos. Y si es así, qué nos
han dado a conocer, qué conocimiento superior nos han comunicado como para
darnos la certidumbre de que las cosas van a cambiar para mejorar.
En el fondo, nos
ven como sus siervos, se esconden de nosotros y no nos consideran sus amigos.
Ése es el
liderazgo que impera, el que depreda infantilizando a los ciudadanos.