viernes, 25 de mayo de 2007

Ejército sí, Ejército no

Uno de los activos democráticos del país son las condiciones para el debate que se han desplegado en su formación desde 1977. Debate que se confunde a veces con alegato de leguleyos, discusión de cantina, charla de café y con dificultad se construye como diálogo que realiza una mejor convivencia social y un mejor ejercicio gubernamental. Ese debate es todavía una esperanza, lo que se espera del intercambio de ideas, un debate que fortalece al Estado.

Hay debates que son chismorreos, como el que exhibe las desavenencias al interior del PAN. Hay debates que tienen de fondo la primacía del interés público y el combate a la desigualdad, como el incorporado alrededor de la llamada Ley Televisa. Otros debates que no son claros de inicio e incierta es su conclusión, como la fiscalización de la publicidad en radio y televisión que hace el IFE de la propaganda electoral de los partidos. De todo ello se ha hablado en la semana. Pero ninguno tiene los alcances del debate iniciado por la Comisión Permanente del Congreso con el Ejecutivo federal.

El miércoles, los legisladores de oposición hicieron un exhorto al presidente Felipe Calderón demandando el fortalecimiento de los cuerpos policíacos para que sean los primeros encargados de combatir a la empresa delincuencial, como la ley plantea. Formar una mejor policía para evitar el uso del Ejército en las tareas de seguridad pública.

El Jueves, desde Gómez Palacio, Durango, el presidente respondió con una interpretación del exhorto: “Ni un paso atrás”. Nadie le pidió abdicar de su lucha, que es de todos. Pero tampoco se trata de dividir al país entre buenos y malos. Valentón, desde las seguridades del Estado Mayor Presidencial, dijo que su gobierno no se va acobardar, ni se va a retrotraer ante la realidad delictiva. Felipe Calderón preguntó a su auditorio, sugirió, que los legisladores del PRD y el PRI quieren un futuro dominado por la delincuencia. Exceso retórico más digno de campaña electoral que de diálogo entre poderes.

Ese diálogo entre poderes, sobre la participación de las Fuerzas Armados en el combate del crimen organizado, puede tener un curso más formal y productivo, como la solicitud al Congreso de la suspensión de las garantías individuales donde se considere que el narco ha rebasado a la autoridad. No es una exageración del futuro, es ya un presente que se vive según lo declara Eduardo Medina Mora, al frente de la PGR: “hay una cierta pérdida de elementos centrales de la potestad del Estado” . Controlan a la policía, cobran impuestos.

Que no se vaya solo el presidente, para que no le ocurra lo que a Gustavo Díaz Ordaz, que utilizó al Ejército hasta empantanarlo en la guerra sucia. El exhorto de los legisladores de oposición no está aislado de la opinión pública que pide no centrar la lucha desde el Ejército, que exige una acción integral. El gobierno tiene piezas no bélicas para acompañar esta guerra. No sólo la política social, también la inteligencia fiscal y financiera que hasta ahora se aprecian de bajo perfil. No se confíe de los gobernadores que hoy le aplauden, son los mismo que decían no tener problemas en sus estados y mucha información deben tener.

Con una estrategia integral se pueden tener resultados notables en este mismo sexenio, evitar el fiasco. Hay que darle oportunidad al debate en vez de sembrar desplantes de encono mal disimulado.

martes, 22 de mayo de 2007

No es Suiza

Yucatán en el panorama nacional. Ivonne Ortega gana gubernatura. El PRI regresa al poder con un congreso local donde es de su mayoría en ese estado. La campaña negra fracasó. Xavier Abreu no pudo repetir la hazaña que hizo a favor de Felipe Calderón en las elecciones presidenciales. El PAN se dividió. Patrón Laviada, fiel reflejo de un Fox peninsular, inepto a más no poder. No es cuestión nada más de identificar culpables, ni de señalar la eficacia de los operadores electorales. Ni de si hubo voto racional o fallaron los encuestadores o todo estaba cocinado de antemano. El proceso electoral del domingo pasado en esa entidad del sureste, da motivos suficientes para reflexionar sobre la debilidad de la democracia en México. Para recordarnos que no estamos en Suiza. Que la democracia no es sólo juridicidad, juego electoral. Que para ser plena, la democracia requiere de una base material de alimentación, salud y educación, componentes niveladores que forman real ciudadanía.

Yucatán es la orden de retirada para los políticos chabacanos, no importa en el partido que estén, aunque éstos se arremolinan en el PAN. En Yucatán la derecha va’patrás. Su agotamiento es notorio. Y en esto pesa mucho el defectuoso inicio de la actual administración a nivel federal. La impostergable lucha contra el narcotráfico estratégicamente está reventada. Se ha desgastado a los militares. La policía federal hace agua en Sonora, cinco jefes son despedidos por fallar en lo que su superior, Genaro García Luna, vendió como su arma principal, el uso de tecnologías de la información. El secretario de gobernación se encuentra opacado por el número dos de Los Pinos. El secretario de Hacienda en polémica con el gobernador del Banco de México. Para completar, el Poder Judicial se desgasta en la deliberación sobre la inconstitucionalidad de la llamada Ley Televisa.

Felipe Calderón no puede establecer su agenda, Elba Esther le marca el paso. Su 2030 desairado, la presentación en el Alcázar de Chapultepec no tuvo el empaque de un pacto y sí de una serie deshilvanada de deseos. Ensoñando el 2030 en un 2007 de pesadilla. En buena parte porque no se quiere reconocer que el neoliberalismo ha llegado a su límite en México, no tiene la formación de una base empresarial de verdad competitiva y atacar la pobreza con la generación de riqueza no puede esperar más el arrojo de empresarios idealizados. Es necesario poner los pies en la tierra. Ya lo dijo hace tiempo el español Felipe González, si metes la pata sácala de inmediato.

Es doloroso ver como se complican las cosas y nadie en el entorno presidencial que advierta la fragilidad de la gestión calderonista. Eso sí, no le faltan aduladores que filtran la ovación que recibió el domingo por la tarde en exclusivo restaurante de un hotel de la ciudad de México. Cuando el país pertenece a otra realidad muy lejana de los comensales que acompañaron al presidente. Ojalá tuviera tiempo el titular del Ejecutivo de leer el reportaje de Excelsior de este día martes sobre tierra calentana. Cuenta Lemic Madrid que le contaron lo siguiente:

“Esta es la situación en la Tierra Caliente, en la ruta que va de Villa Madero a Huetamo y entra en Guerrero. Ahí hay, junto a una minoría que hizo su dinero lícitamente en esta región y la gran mayoría de campesinos pobres, dos tipos de ricos: los que emigraron y han vuelto, y los narcotraficantes...En esos municipios casi no se ven jóvenes adultos. La migración hacia el gabacho o el jale con la maña (grupos del narcotráfico) se da por los poblados de Acatén, Paso de Morelos, la Angostura y hasta Las Pilas...En tanto, el trabajo legal está en los cañaverales y en la siembra de frutos u hortalizas. Por la tonelada de caña de azúcar se pagan 400 pesos. “Imagínese lo que nos rayan (pagan) a nosotros por toda la jornada. La mayor parte del dinero se queda con los de los camiones y los que la venden después”, comenta un trabajador, a la orilla de la carretera...La entidad es de las más pobres del país, y también está catalogada como de alto riesgo. Las tierras calentanas han sido ocupadas para sembrar mariguana y colocar a Michoacán en el quinto lugar nacional como productor de esta hierba, que mueve mucho dinero en la región.”

Aunque se comenzó comentando la debacle panista de Yucatán, es un aviso para que el presidente deje las grillas de su partido y confronte al narcotráfico con una vigorosa política social. O espera que Estados Unidos venga en su ayuda a través de una ley migratoria.
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