En los últimos meses se ha
esparcido una controversia chispeante entre el presidente Andrés Manuel López
Obrador y la directora del CONACYT de un lado, con el corporativismo
científico-tecnológico que encuentra su expresión más acabada en el Foro
Consultivo Científico y Tecnológico.
Acicateados por las declaraciones
presidenciales que no han terminado por analizar, menos de asimilar, el 8 de
agosto distinguidos líderes del FORO improvisaron una conferencia de prensa.
Defensivos y poco esclarecedores se enredaron con el discurso presidencial.
Empezaron por ironizar sobre el pensamiento único, sin alcanzar a descifrar el
sentido figurado del fraseo que les endilga desconocer la realidad.
Conviene a esta polémica un
primer paso, sacar de toda ambigüedad cuál es la naturaleza o, más bien, la
personalidad jurídica del FORO. La certeza positiva es que se trata de una
asociación civil en la que confluyen otras asociaciones, centros de educación
superior y organismos empresariales. La otra certeza es en negativo, el FORO no
es un organismo público de la burocracia central, descentralizada,
desconcentrada o de ente autónomo.
Dónde inicia la ambigüedad, desde
la ley de ciencia promulgada por Fox el 5 de junio de 2002, en la que no se le
constituye al FORO como un organismo público para que registre su estructura orgánica
en Hacienda, así poder solicitar y ejercer presupuesto público con las
obligaciones, responsabilidades y sanciones inherentes a la función pública. Se
le menciona como un asesor áulico en la materia.
Como de inicio el FORO no está
sustanciado, corporeizado, el 27 de septiembre de 2002 se protocoliza ante
notario la asociación civil denominada Foro Consultivo Científico y Tecnológico.
Se erige por la voluntad y la firma de sus integrantes. Ellos se hicieron y
ellos deciden si se disuelven, al Ejecutivo no le incumbe.
El FORO se parapeta en un
artículo de la Ley Fox, el 38, para hacerse de recursos que en principio
pertenecen al CONACYT y este los transfiere. Cuánto aportan los integrantes de
esta asociación o todo lo resuelve papá gobierno. Es de interés público que la
Asesoría Jurídica de la Presidencia desambigüe la situación del FORO. Con mayor
razón cuando se tiene establecida una política de austeridad que ha sustraído a
las organizaciones civiles, sin excepción, como sujetos receptores de recursos
públicos.
Volviendo a la conferencia de
prensa citada, se dijo que el presidente no tiene quien lo asesore en Ciencia y
Tecnología. Es falso. Al Ejecutivo lo asesoran, para empezar, el CONACYT, los
institutos sectorizados que se encuentran en Educación, Energía, Salud,
Semarnat, por mencionar algunos. Además, los establecimientos de educación
pública superior están en aptitud de asesorar al Ejecutivo y así lo han hecho
cada vez que se les ha solicitado.
Algo que no se ha destacado en
esta controversia y se mantiene en el subsuelo como si fuera magma, es el tema
de los Fondos que maneja el CONACYT. Hay inquietud entre miembros de la
comunidad por el tráfico de influencias que ocurre -habría que demostrarlo. Lo cierto
es, quien maneja el aparato incide en la distribución de los recursos de los
fondos y eso promociona el descontento pues se preguntan ¿Por qué siempre los
mismos?
El FORO, la cúpula de cúpulas en
Ciencia y Tecnología, tiene que revisar su ubicación institucional para no
parecer un pegote. Para empezar.