Va la cuarta semana del concurso
para conducir a la 4T. El método de la encuesta sin definirse, la asepsia del
procedimiento está comprometida. Como si todo el proceso estuviera gobernado
por la oposición a MORENA. La planeación francamente trastocada por el
pragmatismo feroz. Es la Realpolitik, dirán.
Toda encuesta que pregunte por la
identificación de una persona, sólo una, de un listado de n sujetos,
proporciona mayor certeza. Ahora bien, si quieres pervertir esa simplicidad haz
un cuestionario con forma de retrato hablado y ya tienes una encuesta
cuchareada desde las preguntas. Se supone que el método de la encuesta es para
evitar el incendio del proceso. La tardanza para definirla convierte a la
encuesta en un cerillo expuesto a material altamente inflamable. La oposición
feliz, feliz.
La melcocha de las reglas a
seguir por parte de los concursantes. Con precisión no se sabe quién o qué
grupo hizo tal o cual propuesta. La excepción es Marcelo Ebrard, fue enfático
en solicitar la renuncia a cargo público por parte de los participantes. Pero
quién o qué grupo se negó a la realización de debates. Quién o qué grupo
propuso la regla de evitar a los medios tradicionales. Acaso se trata de un
concurso de imágenes descerebradas para difusión exclusiva de los “youtubers”.
Se puso un tope de financiamiento, a propuesta de Ebrard. ¿Se ha cumplido? O
van a decir que son tantos los entusiastas espontáneos que es imposible
calcular los gastos. La austeridad republicana hecha trizas. La oposición feliz,
feliz.
A lo anterior se empalma la
elaboración del proyecto sexenal 2024-2030. No se hizo antes, ni se esperan a
los resultados de la encuesta. Se inserta en el proceso del concurso y no
tienen el diseño de la encuesta. Qué ganas de dañarse. Reviven el sueño de Reyes Heroles “primero
el programa, después el candidato.” Se forma una comisión de notables, la
materia gris del partido gobernante (no los defino como intelectuales orgánicos
porque me demandan) Se abren foros de consulta, para que no murmuren la
oligarquización del partido, conforme a lo descubierto hace más de un siglo por
Robert Michels en su teorización sobre los partidos. La elaboración del
proyecto para amarrar a quien resulte favorecido por la encuesta. Se pasan de
vivos o son ingenuos. Y no vengan después a exclamar: “No se hagan bolas”, el
bueno es El Fisgón. Gracias por participar.
Eso sí, como los neoliberales,
les gusta poner candado a lo que no podrán evitar. El caso de la infiltración
de operadores en redes que provienen del establo de Peña Nieto a la campaña de Claudia
Sheinbaum. Ni ella, ni su equipo, ni el partido se dan por aludidos. Tendrá que
ver esto con la exculpación de Peña Nieto por el caso Ayotzinapa, verdadero responsable
de la desgraciada desaparición de los estudiantes normalistas. O será que
Enrique sigue considerando a Ebrard como el responsable de su triste existencia
pospresidencial por el caso de la Casa Blanca de Las Lomas. Lo que menos le agradaría
es ver al excanciller como presidente de México.
Sigan así, contaminando el
proceso. La oposición feliz, feliz.