“La palabra ‘epidemiología’
proviene del griego epidemia, que significa ‘permanencia en un país o llegada a
él’. En su uso más corriente, epidemia
(así como las palabras relacionadas con ella) se refería a la permanencia o
llegada de personas, pero también podía aludir a la permanencia o llegada de
cosas, como la lluvia, las enfermedades o, incluso, las costumbres”
Dan Sperber.

Lo que me interesa es qué va
hacer México, tanto gobierno como sociedad, frente a la amenaza manifiesta que
representa el presidente electo de los Estados Unidos. La sociedad murmura y
graceja en las redes. Por su parte, la autoridad reincide en la genuflexión y
ve los resultados de la elección citada como una oportunidad. Oportunidad para
quién ¿Cuándo los resultados electorales allá derivan en oportunidad para México?
La relación entre los dos países ha sido más bien sadomasoquista. A los
racistas no se les debe extender la mínima confianza. Enterados estamos que de
nada le sirvió a Stalin pactar con Hitler. La Unión Soviética aportó el mayor
número de vidas segadas a causa de la Segunda Guerra Mundial.
La clase política mexicana está
por entero colonizada o prefiere el bajo perfil, como los balbuceos de López
Obrador. De lo primero no sólo tenemos el caso de Peña Nieto, que en su visión
no atisba ningún peligro. También Margarita Zavala, Marcelo Ebrard y algunos
senadores, que les pareció oportuno entrometerse en la campaña de Hillary
Clinton. Nunca vimos un acto de unión de nuestros políticos para salir al paso
de las denostaciones de Trump.
Otra expresión de la clase
política colonizada, aunque no tenga nada que ver con el proceso electoral
mencionado, es Ricardo Anaya. Este prócer, que se dice quiere servir a los
mexicanos como su presidente, tiene a su familia viviendo en Atlanta, Estados
Unidos, porque en su país no le garantizan seguridad y educación para su
familia.
Si así estamos, créanme que para
las próximas elecciones presidenciales del 2018 el tema será la anexión
incondicional de México a los Estados Unidos.