miércoles, 14 de febrero de 2024

Evangelios como estrategia

 “Aunque la lógica de la violencia tiene provisionalmente la última palabra, la lógica de la no violencia es superior, porque es capaz de comprender la otra lógica además de entenderse así misma -cosa que la lógica de la violencia no es capaz de hacer-. Puede suceder que la lógica de la no violencia esté a merced de la ilusión, pero existe y debe ser detectada y comprendida. Los comentaristas modernos no lo hacen, y atribuyen a los evangelios objetivos tan fútiles como los de la publicidad moderna o la propaganda política, porque ni siquiera sospechan la existencia de una lógica semejante.”

René Girard

El título contiene un oxímoron. Por un lado, los evangelios son una prédica moral que concibe el amor al prójimo como el medio ineludible para realizar la paz y poner fin a la violencia. Estrategia, por su parte, es una palabra afín con la jefatura de la guerra, que nos indica los modos de dirigir la violencia para alcanzar un objetivo militar. Paz y violencia se excluyen.

En la anterior entrega suscribí lo siguiente: el actual gobierno no ha presentado el estudio que sustente su estrategia de seguridad. En descargo, el presidente López Obrador ha sido claro en su postura de seguridad desde el inicio de su administración. Quien tenga oídos que escuche, quien tenga ojos que vea, AMLO hace suyos los evangelios en lo que se refiere a la violencia, a su eliminación. El amor y respeto al prójimo como remedio para la pacificación del país. En esa convicción, el Estado se abstiene en lo posible de atajar la violencia con violencia. El Estado no es generador de violencia. El cargo de realizar la paz está en la sociedad. Abrazos, no balazos es un llamado a los violentos, sean estos del crimen organizado o se encuentren en una relación parental si de violencia intrafamiliar se trata. Se apela a los escrúpulos morales que se suponen contenidos en la integridad de las personas.

La idea de AMLO sobre qué hacer para suprimir la violencia no es original, data de hace dos mil años y, si se quiere, está adulterada al contexto de su época. Por eso llamo la atención de lectores sobre una de mis lecturas en proceso, la cual arroja luz en un paralelismo forzado sobre el planteamiento del fundador de la 4T.

René Girard (1923-2015) dispuso el capítulo Lectura no sacrificial del texto evangélico*. Ese capítulo trata de un análisis estructural sobre la singularidad del Jesús histórico y su profecía del Reino de Dios en la Tierra. Jesús es el hombre requerido que “no debe nada a la violencia, que no piense según sus normas y que sea capaz de responderle a la violencia mientras permanece completamente ajeno a ella.” Por eso, “Para destruir toda violencia, basta con que los hombres decidan adoptar esta regla. Si todos los hombres ofrecieran la otra mejilla, ninguna mejilla sería golpeada. Pero para ello se necesita que cada uno por separado y todos juntos se consagren irrevocablemente a este propósito común.” Bajo el emplazamiento de la no violencia, “Jesús es la causa directa, pero involuntaria, de las divisiones y disensiones que su mensaje no puede evitar provocar, porque se enfrenta a una incomprensión cuasi universal. Pero todas sus acciones están orientadas a la no violencia,”



Es sabido lo que sucedió. Tras tener el Galileo un recibimiento jubiloso de parte de la población de la ciudad de Jerusalén, al correr de los días esa misma población exigió su crucifixión. Jesús fue ejecutado por mandato de la autoridad de sanedrín y por la mano de la autoridad romana, La historia de Occidente se partió en un antes y un después.

Lo que aquí pongo y no debe prestarse a confusiones, es claro y sencillo, López Obrador tiene una fuerte inspiración de los textos evangélicos. Hasta ahí.

Situados en el presente de nuestra sociedad, establecer la no violencia como hábito requiere retirar obstáculos y desconocimientos. El principal obstáculo es el sistema judicial de fiscalías y jueces que está podrido, no contribuye a la paz. Introspectivamente, desconocemos todo sobre los padres de aquel que jaló el gatillo o del otro que ha violentado mujeres. Las historias de vida de hijas e hijos desaparecidos se mantienen veladas. Tal vez por ahí se encuentren patrones detonantes de los mecanismos de la violencia.

Para un país que se identifica como católico o cristiano, es el caso de México, el talante evangélico del presidente es atendible e irrechazable. Para una izquierda como la mexicana, declaradamente antirreligiosa, aceptar la conducción de un evangélico ha sido insólito.  

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* GIRARD, RENÉ. Cosas ocultas desde la fundación del mundo. Ediciones Sígueme. Salamanca, 2022.

 

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