viernes, 8 de septiembre de 2023

Policía

“Sin embargo, no identifico a la policía con lo que se designa con el nombre de ‘aparato del Estado’ … La policía es, en su esencia, la ley, generalmente implícita, que define la parte o la ausencia de parte de las partes. Pero para definir esto hace falta en primer lugar definir la configuración de lo sensible en que se inscriben unas y otras. De este modo, la policía es primeramente un orden de los cuerpos que define las divisiones entre los modos del hacer, los modos del ser y los modos del decir, que hace que tales cuerpos sean asignados por su nombre a tal lugar y a tal tarea; es un orden de lo visible y lo decible que hace que tal actividad sea visible y que tal otra no lo sea, que tal palabra sea entendida como perteneciente al discurso y tal otra al ruido.”

Jacques Rancière

Veamos con calma las cosas. Para empezar, tanto la alianza opositora como la coalición en el poder seleccionaron a sus prospectos a contender por la presidencia en el 2024. No fue una elección en sentido estricto, se establecieron mecanismos suigéneris para cada bloque. La elección que vale ocurrirá el 2 de junio del próximo año.

El llamado Frente Amplio Opositor, definió una relación de fuerza basada en la cúpula de los partidos que lo conforman, todos bajo la batuta de un empresario. Prescindieron de apelar a la ciudadanía y se enfocaron en determinar no al mejor, sino a quien le ven posibilidades de ganar. Vayan ustedes a saber con base en qué cálculos, pero se pusieron de acuerdo para después ungir, mediante aclamación, a Xóchitl Gálvez. Bajo una circunstancia que comparten el PRI, el PAN y el PRD: están en crisis de crecimiento, mejor dicho, están perdiendo adeptos. Como no gozan de la abundancia de antaño, su proceso se llevó a cabo con austeridad franciscana -no con derroche acostumbrado. Los une un propósito reaccionario, volver a disponer de los privilegios del poder, sin molestarse por plantear un proyecto ni reconocerse en una ideología compartida. Se preparan para una guerra mediática y legal.

La coalición gobernante se acogió al marketing para seleccionar, como si se tratara de papas fritas o de electrodomésticos. Se hizo la encuesta, las encuestas, en una relación de fuerza que alineó a agencias federales, gobiernos estatales, municipales y estructura partidista para controlar el proceso. Una defectuosa apelación al pueblo. Desde la inequidad y con impudicia se condujo el proceso de selección. El resultado es doble: un prospecto de candidatura abollado y un prospecto que emerge del desacuerdo buscará postularse al margen de la coalición oficialista. Por alguna razón los periodistas del régimen están enojados, no toleran el desacuerdo.



Fuera de estos concursos se hace política. Por un lado, la decisión del partido Movimiento Ciudadano de no aliarse con ninguna de las coaliciones, afectando en principio al Frente Amplio, el que no tendrá ventajas en Jalisco y Nuevo León; por el otro, el cachondeo del presidente López Obrador al grupo Atlacomulco. Su asistencia al último informe de gobierno de Alfredo del Mazo, lo que no hizo con ningún otro gobernador. Claro, una vez que MORENA había obtenido la gubernatura en el Estado de México. Y lo no claro, la absolución de facto del actual gobierno a Enrique Peña Nieto por el caso Ayotzinapa. Allí no hubo mañanera flamígera señalando responsabilidades del exmandatario por los 43 normalistas desaparecidos, en su calidad de jefe supremo de las fuerzas armadas. Favor con favor se paga.

Lo que no se puede perder de vista y no es análisis de la coyuntura, es el reparto que definió la elección de 2018. La conclusión del reparto neoliberal que disminuía los ingresos de la mayoría población, por un reparto parecido al que se conoció en el siglo pasado como laborista o socialdemócrata. La participación pública como redistribuidor de la riqueza. Esto en un sentido ajeno al comunismo, la 4T no condena el capitalismo. Las cuentas de fin de sexenio permitirán comparar variables en lo económico. Lo que falta por atajar es la deficiente impartición de justicia respecto a la corrupción y la inseguridad. Falta por demostrar si lo económico contribuye a superar estos lastres o, por el contrario, es el principal incentivo para cometer delitos. A fin de cuentas, la corrupción y la inseguridad es un lucro no contabilizado, silencioso e invisible.

La transformación, para mantenerse, dará el paso de la política a la policía.
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