miércoles, 16 de junio de 2021

Odio filial

 

No sorprende, es común que se den divisiones dentro de cualquier partido político. La cuestión es cómo apagar esas pasiones, más bien, que no se desborden al punto de hacer inviable una organización política. Más cuando un joven partido ha cosechado triunfos que lo convierten en la primera fuerza política de un país. Es el caso de MORENA después de la jornada electoral del 6 de junio pasado: 11 gubernaturas que se suman a las ya en su poder, Morena mantiene presencia mayoritaria en la cámara de diputados y tiene control en la mayoría de los congresos locales.

El presidente López Obrador se dice feliz, feliz por los resultados, pero no es el mismo sentimiento de algunos de sus correligionarios. Hay personalidades que usan lentes distintos para ver los resultados. Lentes oscuros que oscurecen. Se debió arrasar, poner candidatos de militancia fundacional. El culpable es Mario Delgado. Artículos y tuits rencorosos llenan cubetas de escupitajos. Racionalizan su malestar. Si al cuñado no se le concedió la candidatura a gobernador o si se frustró el acceso a la dirección nacional. Están los que en el batidillo piensan armar su candidatura presidencial para el 2024.


La cosa es calmada. Como partido MORENA nace en el año 2014, no tiene diez años y lleva cinco dirigentes a cuestas. La actual dirigencia apenas se definió el año pasado, casi nada más para procesar las elecciones del 2021. En las elecciones del 2015 estableció una geografía mínima ganando 15 distritos electorales. En el 2018 ganó la presidencia de la república, algunas gubernaturas y estableció una coalición mayoritaria en San Lázaro y en el Senado. En este año extendió su cuenca electoral que, iniciada en el Sur, tomó ruta por el Pacífico hasta el Norte. Esto último es el resultado más sorprendente.

Sí, aquí Mario Delgado no ha sido el elemento central, ni definitorio. Ni tampoco se trata de que sólo es el trabajo de López Obrador y sus mañaneras. Aquí lo importante y distintivo respecto a sus antecesores, de Fox para acá, es el gabinete. Lo que se ha mostrado es un equipo de trabajo realmente coordinado y leal a una jefatura. El presidente no está solo en la conducción del gobierno (del aparato) De manera sobresaliente los despachos de la Defensa, Marina, SSPC, Salud, Hacienda, Relaciones Exteriores y Gobernación. De ahí viene el refrendo.

Lo que no se ve claro es cual es la discusión al interior de MORENA. Sería una catástrofe la división irreconciliable del actual partido protagónico de la izquierda. Como darles facilidades a los fachos.

 De vuelta a mis temores. Los escritos de la cárcel de Antonio Gramsci son una penitencia por los errores de 2018, entre ellos, el combate de los comunistas a los socialistas en Italia. Mismo error en Alemania, la absurda disputa entre comunistas y socialdemócratas frente al avance y ascenso de Hitler. La vergüenza de los desencuentros entre anarquistas, comunistas y socialistas durante la Segunda República española.

*Odio filial es un tema de psicoterapeutas, el drama de la aversión o aborrecimiento parental. En gremios, profesiones y en partidos se da algo parecido. Como es que acopiando identidades que congregan, suspenden todo aquello que une y dan cauce al encono que separa.

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