El relevo en la dirección de Acción Nacional siguió las pautas de un partido en el gobierno y burocratizado, que en expresión picaresca del régimen priísta se llamaría dedazo en tonalidad azul. La pequeña aclamación que entronizó a Germán Matínez Cázares no sólo está en código priísta, también ofrece una versión del corporativismo actualizada. Atrás quedó la lucha entre El Yunque y los doctrinarios que no logró generar un mensaje atendible por la sociedad pues la contienda resultó, dicho en el argot del boxeo, un tongo.
Los organismos gremiales no están inscritos en la organización partidista como sectores, no lo necesitan para influir en su seno. El PAN es el partido que se apoya en los empresarios y en el clero sin incorporarlos a su organización. Desde mediados de los ochentas el corporativismo empresarial, la Coparmex para mayor precisión, vio en el PAN un instrumento para realizar sus intereses. A partir de la reforma al 130 constitucional en los noventas, la iglesia católica gozó de mayor dispensa para involucrarse en la política: en el dilema de virar a la izquierda o a la derecha, la teología de la liberación o el PAN, esta organización se fortaleció.
La ascendente historia de “éxito” del PAN no está asociada a su ideología o a la capilaridad social de un partido de masas. Han sido estructuras corporativas, no ciudadanas, ni familiares, las que han llevado al PAN a conquistar el gobierno de la república sin tener extendida inserción social. Los empresarios y el clero han encontrado en el PAN el partido a modo para defender sus intereses. Así, los panistas no requieren de una gran estructura pues ya tienen su apoyo en las extendidas estructuras de las corporaciones y, sobre todo, la del aparato gubernamental. Se preparan para hacer época en el gobierno.
Sus opositores, el PRD y el PRI, tienen sus propias estructuras corporativas de trabajadores y campesinos, entre otras. El derrotero de la democratización no tomó el camino de la ciudadanización. La intervención de gremios como el SNTE son importantes para definir la competencia electoral. No existen las condiciones, ni existirán en el mediano plazo, para que los partidos se mantengan vigentes sin el abono de las corporaciones.
Nada nuevo bajo el sol, solamente se han desplazado unos intereses a favor de otros creando un arreglo inestable ¿Cuánto tiempo durará? Depende de la realización de una agenda abultada: alimentación, empleo, educación, salud, salarios, seguridad, medio ambiente. Inscrita en la resolución de la justicia que, entre otras cosas, efectivamente disminuya las desigualdades sociales. Pero ese es un deseo, pues el incentivo primordial de toda élite es la desigualdad.
Adicionalmente, el PAN cuenta con el apoyo mediático de la radio y la televisión que antes favorecía al PRI. El neocorporativismo es el signo una democratización irresueltamente ciudadana y una de las barreras para el progreso de la sociedad como un todo nacional. Pero hay una barrera peor que le atribuyó la monarquía española, concebir (y destinar) esta extensión del planeta como tierra de saqueo. Y así nos preparamos para el bicentenario.
Los organismos gremiales no están inscritos en la organización partidista como sectores, no lo necesitan para influir en su seno. El PAN es el partido que se apoya en los empresarios y en el clero sin incorporarlos a su organización. Desde mediados de los ochentas el corporativismo empresarial, la Coparmex para mayor precisión, vio en el PAN un instrumento para realizar sus intereses. A partir de la reforma al 130 constitucional en los noventas, la iglesia católica gozó de mayor dispensa para involucrarse en la política: en el dilema de virar a la izquierda o a la derecha, la teología de la liberación o el PAN, esta organización se fortaleció.
La ascendente historia de “éxito” del PAN no está asociada a su ideología o a la capilaridad social de un partido de masas. Han sido estructuras corporativas, no ciudadanas, ni familiares, las que han llevado al PAN a conquistar el gobierno de la república sin tener extendida inserción social. Los empresarios y el clero han encontrado en el PAN el partido a modo para defender sus intereses. Así, los panistas no requieren de una gran estructura pues ya tienen su apoyo en las extendidas estructuras de las corporaciones y, sobre todo, la del aparato gubernamental. Se preparan para hacer época en el gobierno.
Sus opositores, el PRD y el PRI, tienen sus propias estructuras corporativas de trabajadores y campesinos, entre otras. El derrotero de la democratización no tomó el camino de la ciudadanización. La intervención de gremios como el SNTE son importantes para definir la competencia electoral. No existen las condiciones, ni existirán en el mediano plazo, para que los partidos se mantengan vigentes sin el abono de las corporaciones.
Nada nuevo bajo el sol, solamente se han desplazado unos intereses a favor de otros creando un arreglo inestable ¿Cuánto tiempo durará? Depende de la realización de una agenda abultada: alimentación, empleo, educación, salud, salarios, seguridad, medio ambiente. Inscrita en la resolución de la justicia que, entre otras cosas, efectivamente disminuya las desigualdades sociales. Pero ese es un deseo, pues el incentivo primordial de toda élite es la desigualdad.
Adicionalmente, el PAN cuenta con el apoyo mediático de la radio y la televisión que antes favorecía al PRI. El neocorporativismo es el signo una democratización irresueltamente ciudadana y una de las barreras para el progreso de la sociedad como un todo nacional. Pero hay una barrera peor que le atribuyó la monarquía española, concebir (y destinar) esta extensión del planeta como tierra de saqueo. Y así nos preparamos para el bicentenario.
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