A más de uno, a muchísimos,
sorprendió el espaldarazo de Enrique Peña Nieto para defender a su encargada en
Sedesol del ataque a la cabeza que le propinó el Partido Acción Nacional. La
ofensiva blanquiazul se hizo pública el miércoles y para el viernes Peña Nieto
apapachaba a Rosario Robles durante el acto inaugural de la Cruzada contra el
hambre. El caso es, eh aquí lo insólito, no tanto el espaldarazo en sí sino que
el presidente Peña Nieto presentó un perfil desconocido para la mayoría y que
bien podría tener guardado, eso no lo sé. Si de algo se ha cuidado el
Presidente es de no incurrir o parecer soberbio y esa fue la cara que mostró.
Entendamos por soberbia su segunda acepción: “Satisfacción y envanecimiento por
la contemplación de las propias prendas con menosprecio de los demás.” (RAE)
Aparentemente, la actuación
presidencial en el evento mencionado fue un arrebato de soberbia. El fondo de alharaca
de los denunciantes y el impresionismo con el que frecuentemente difunden la
disputa política los medios refuerza la apariencia. Hasta ahora, Peña Nieto ha
demostrado que no es lo suyo el desplante pueril. En este contraste, un vacío
de información limita el análisis, se ha pasado de la colaboración al
enfrentamiento como para vislumbrar el agotamiento del Pacto por México,
debilitado de inicio por el endeble liderazgo al interior de las fuerzas
opositoras que signan el mismo.
Por qué modificó su perfil, a un
alto costo según Ricardo Raphael, cuando se tenía al menos la salida de no
atizar el encono. Qué valoró o qué información estaba al alcance del
Presidente. Tal vez, la defensa de su colaboradora, en el tono de soberbia fue
obligada como vacuna. Prevenir la disposición al chantaje forzado por panistas
y perredistas que no han aprobado la conducción de sus dirigentes nacionales.
La exhibición que ha hecho la autoridad de los infames manejos en la
procuración de justicia durante el pasado sexenio, los intereses relacionados al
menú de reformas, de todo un poco (Los hermanos Monreal, la toma de la autopista
del Sol, la toma de instalaciones en la UNAM, explosiones no aclaradas, etc.)
El resultado es la elevación de
las apuestas por parte de las fuerzas políticas, lo suficiente como para detener
la presentación de la iniciativa de reforma financiera que se daría el día de
hoy en Palacio Nacional ante el desaire público del PAN y el PRD. El Ejecutivo
ha pospuesto el evento y se dispone al diálogo. Supongo que en estos días los integrantes
del Pacto por México enseñarán sus cartas para después decidir la continuación
o conclusión del mismo.
Entonces se verá hasta dónde el
propósito reformador puede ser detenido por el chantaje.
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