martes, 17 de abril de 2018

Un país de miedosos

El domingo primero de julio próximo, los ciudadanos sin partido que decidan votar extenderán un voto razonado. Evaluarán pros y contras, llegarán a una conclusión y ¡Zás! Eso sí, cada uno atenderá su propio razonamiento pues no hay modelo a seguir. Incluso quien vote a cambio de un plástico o de una dádiva estará dándole un razonamiento a su voto. No hay una razón única, quien lo sostenga está engañando con propósitos de inducción, como lo hacen algunos empresarios disfrazados de sociedad civil. Los “cúpulos”, por ellos mismos o sus amanuenses, palomean y tachan, sugieren como portavoces de un poder fáctico más que de la sociedad civil.


Como seres sensibles, es muy difícil que el ciudadano separe la razón y la emoción. Votar emocionadamente es inevitable. De lo que sí se tiene que estar advertido y evitarlo es de votar con la emoción perturbada por el miedo. Si se entrega el voto por miedo se mantiene abierta la ventana de la mediocridad en la que se ha abismado al país en las últimas décadas, es el caso del crecimiento económico, por poner un ejemplo.

En El gran pánico de 1789, el historiador Georges Lefebvre (1874-1959) diserta sobre las causas y la propagación del miedo, a través noticias falsas, durante la revolución francesa y su incidencia sobre los campesinos. El deterioro económico y la inseguridad fueron las causas del gran pánico. De boca en boca los rumores se esparcían. La prensa no era el mejor medio en un país, en ese entonces, de analfabetas.

Sin estirar la comparación, pues no resistiría hacerlo, en México no hay crisis económica, sí se tiene la frustración del crecimiento que está lejos del cinco por ciento prometido para reducir las desigualdades. En cambio, la inseguridad si es una condición actuante y lacerante. En cuanto a la propagación del miedo, se tiene recursos tecnológicos y hay manera de identificar a los que lo propagan. Ayer lunes 16 de abril, Carlos Slim, el magnate de magnates en México, convocó a una conferencia de prensa y, premeditado o no, se hizo promotor del miedo a López Obrador, respecto a la discusión que ha abierto AMLO sobre el nuevo aeropuerto de la Ciudad de México. José Antonio Meade, de manera explícita, promueve el miedo en sus spots. Margarita Zavala, a través de Felipe Calderón también promueve el mismo miedo. Hablan de un México chingón, proclaman su pasión por el país, al tiempo que inoculan el miedo en la ciudadanía, instruyen un país de miedosos.


Si vas a votar hazlo con tus razones y tus emociones, pero no con miedo.

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