jueves, 3 de octubre de 2013

¡Ah! ¡Oh! Anarquistas


Francamente indigestible la comilona informativa, relacionada ésta, con lo sucedido hace 45 años en la Plaza de la Tres Culturas en Tlatelolco y su ritual marcha conmemorativa de cada 2 de octubre.

Imágenes grotescas bajo la etiqueta de “anarquistas”, sin dotar de sentido, como si de un neologismo se tratara y su significado estuviera por difundirse. Provocadores ¿Quiénes? Infiltrados ¿De quién? Sin responder a estas preguntas la noticia no se completa, es puro barullo de imágenes.

Para salir del amarillismo que no me dice nada (bueno) busco las asociaciones desprendidas de la etiqueta: Ricardo Flores Magón, anarquista sin el cual no se entendería el carácter social de la revolución mexicana. Miguel Bakunin, fundador de la Primera Internacional de Trabajadores. Emma Goldman, defensora de los derechos civiles en los Estados Unidos. Más allá de los personajes o junto con ellos, sin ignorar que la lista es larga, se trata de una doctrina decepcionada de la libertad, la igualdad y la fraternidad promulgada por la revolución francesa. El anarquismo que ve en el Estado la cancelación de la libertad, en la propiedad privada el origen de la desigualdad. Bajo estas condiciones la fraternidad es falsedad.

Cómo relacionar las imágenes con la enciclopedia previa. Entonces falta completar la información. Alguien se ha detenido a informar sobre estos jóvenes anarquistas que concentran las imágenes de la conmemoración del 2 de octubre. O no queremos llegar a la verdad. Conjeturo: son jóvenes a los que la familia, la escuela y el Estado les ha fallado. Porque estos jóvenes no son los que presume Carlos Slim en el programa que patrocina: Universus, “verborreicos” y trajeados.

Personalmente considero que el Estado es necesario para garantizar la libertad, proveer justicia y mitigar las desigualdades sociales. Pero cuando el Estado no cumple con esos objetivos, para mi fundacionales, hay que señalar lo que está fallando en el Estado, de manera específica en las instituciones gubernamentales (Ya vemos como el mismo gobierno federal empieza a reconocer las fallas institucionales que aceleraron el impacto negativo de las tormentas “Ingrid” y Manuel”, falta que llegue a fondo y con todas las consecuencias del caso).

Por eso no comparto las reformas que ensanchan la desigualdad. Por eso apoyo las reformas que fortalecen al Estado para cumplir con los objetivos mencionados arriba, como la Hacendaria. Y no acepto la inacción en contra de la corrupción y no por casualidad viene acompañada de la frivolidad (Las Vegas, Dubai, etc.)

Y si de anarquismo y anarquistas se trata, no sé qué tanto sufrimiento se tenga que acumular, si esto es necesario. O se trata de un voluntarismo exacerbado al absurdo como se expone en la novela de Joseph Conrad, EL Agente Secreto.  Lo que sí me incordia son las imágenes desinformadas que promueven la represión y el autoritarismo.

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