martes, 18 de diciembre de 2012

Sin sorpresas



Cierre del año e inicio de un nuevo gobierno. Semanas dedicadas a la proyección mediática de los trazos que definirán una nueva administración. Lo que promete aspira a convertirse en certidumbre, sin dejarse seducir por la sorpresa. A la espera de que se esclarezca lo sucedido el primero de diciembre, cuando al parecer agarraron por sorpresa al gabinete de seguridad, precisamente el día de la toma de posesión de Enrique Peña Nieto. Un esclarecimiento que surta el efecto de un mensaje de paz y actitud de reconciliación.

Del arranque se destacan las intenciones en materia de seguridad y de educación. De lo primero, las condiciones de inseguridad que se heredan, me quedo con el énfasis puesto en la coordinación del aparato gubernamental y en la depuración de las prácticas que atentan en contra de los derechos humanos. El reto, que el Estado recupere la adhesión de porciones pequeñas de la sociedad que por sometimiento o necesidad se han puesto del lado del crimen organizado.

En materia de educación es inevitable el morbo por reducir la reforma a una decapitación del sindicato magisterial. Es algo más complejo que el servicio profesional de carrera y la evaluación de los mentores, para lo cual no es suficiente la capacitación y la actualización. Para mí, se requiere de una reducación de los normalistas, pues ellos también han sido afectados por el consumismo y la industria del entretenimiento, no sólo por las prácticas viciadas de la vida sindical. El acompañamiento de un programa de educación continua centrado en el fortalecimiento de valores aportados por el arte, la filosofía y la literatura. Alimentar el bagaje enciclopédico de quienes imparten la educación básica, como lo soñó José Vasconcelos.

Seguirán dándose trazos, los insumos temáticos seguirán puestos a disposición conforme al discurso inaugural de ejes y decisiones se vaya desglosando y precisando. Todo un material, que de seguir con pulcritud la Ley de Planeación Democrática, formen los temas a consulta obligada para la formulación del Plan Nacional de Desarrollo. Que se afronte esta tarea, no con la desidia y el descuido como la asumieron las dos administraciones anteriores, sino con la convicción de escuchar a la sociedad.

Son tiempos de preparación, los resultados vendrán según la consistencia y fiabilidad de la preparación. Allí está el enfoque.

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Nos leemos el año que entra, que en este que termina bien haremos en transformarnos en difusores de la alegría.

lunes, 10 de diciembre de 2012

Luces, sombra


 
Ha trascurrido la primera semana y el gobierno de Peña Nieto está mostrando la ambición por alcanzar realizaciones. El activismo como forma de legitimación desde el ejercicio, sin conformarse con la holgada victoria electoral y/o consciente de que sus adversarios conspicuos no le darán tregua.

Sobresale considerar al equipo de colaboradores no como suma de individualidades, sino como un grupo conjuntado y disciplinado que está incondicionalmente a las órdenes del Presidente. Se quiere reducir el margen de error dentro de un equipo que aspira a preciarse por su coordinación. Los miembros del gabinete, más allá de los perfiles individuales, su origen o su representación política, serán observados desde adentro y puestos bajo una exigencia muy alta. A cada una de las designaciones presidenciales se les ha hecho saber que el encargo se refrenda con resultados.

Otra luz que distingue el inicio de la nueva administración sexenal es la relación entre el gobierno federal y el jefe de gobierno de la Ciudad de México, el trato y la disposición a colaborar entre ambos gobiernos es un buen augurio para los habitantes de la ciudad capital, dejar atrás los desencuentros de otras administraciones. Ése es el compromiso tácito entre Enrique Peña Nieto y Miguel Ángel Mancera. Nunca más la confrontación o las rutas cruzadas, mejor dicho, como cuando en 1999 la huelga estudiantil de la UNAM mostró una actuación diferenciada y en sentido contrario entre los dos gobiernos.

Y llegamos a la recurrencia de la protesta estudiantil. Es sabido que el ascenso de Peña Nieto, desde la campaña por la presidencia de la república, ha tenido un crítico persistente entre sectores de jóvenes inscritos en la educación superior y media superior. Para ellos el Presidente no tiene legitimidad y nunca lo reconocerán. El punto es que el gobernante no puede desistir en su labor de convencimiento y está obligado a demostrar que gobierna para todos. Los sucesos violentos del primero de diciembre pasado, con motivo de la toma de protesta constitucional, han dejado una sombra de la cual es imperioso su destierro. A ello apunta la liberación de 56 personas, de 69, que se encontraban recluidas en asociación con los desmanes de ese día.

No es suficiente el desistimiento de la autoridad judicial. La buena marcha del gobierno pasa por proporcionar información precisa, esclarecedora de los hechos. Es penoso que a la premura por hacer el cambio en el gabinete de seguridad por la madrugada, haya tenido ese día por la mañana su primer tropiezo. Se exige un informe tan conciso como exhaustivo de parte de la autoridad, sea de la parte federal o de la capitalina. Quién dio la orden de realizar detenciones injustificadas, quién dispuso la infiltración de la protesta.  Sería de gran aliento disponer de esa información antes de que finalice el año. Como lo sugiere Raymundo Riva Palacio en su columna, hay que evitar quedar atrapados por episodios negros del pasado, para bien del gobierno y la sociedad.

miércoles, 5 de diciembre de 2012

La conducción de las expectativas


 
La circunstancia del cambio de gobierno parte de un consenso implícito, no continuar con el camino de la descalificación y la confrontación. Esa cualidad que se palpa en el ambiente catapulta las expectativas sobre el nuevo gobierno. Algo parecido a lo ocurrido en la primera alternancia. A Vicente Fox se le dijo no nos falles, lo mismo se le pedirá a Enrique Peña Nieto. La diferencia que se aprecia es un esmero por darle al trato y las formas políticas toda la fuerza para simbolizar la unión entre la autoridad y los gobernados, lo que se perdió en estos últimos doce años.

Menuda tarea se tiene por delante. La separación de la aplicación jurídico-administrativa y la chabacanería por privilegiar la actuación gerencial por sobre las obligaciones del servicio público, dejan un aparato gubernamental tocado en algunos de sus segmentos. De ahí la relevancia por reformar la ley que rige a la administración pública federal, la importancia de fundar la comisión anticorrupción y una nueva ley hacendaria. La autoridad del ejecutivo no puede depender del humor del gobernante en turno. La cohesión del equipo gobernante bien puede estar ligada al estilo personal de gobernar, pero la coordinación del aparato público debe ser efectiva y quedar fortalecida en la norma.

Suficiente hemos tenido con la descoordinación que a ojos de la ciudadanía exhibió el gabinete de seguridad en los últimos seis años. Si bien se puede considerar que ha habido un exceso de diagnóstico de lo que el país padece y ha corrido tinta sobre las reformas que México necesita, sin el remozamiento y actualización del aparato público no se tendrán los medios para alcanzar el gobierno eficaz.

Hay cierto hartazgo, si se quiere conceptual y personal, en los casos en los que se quiere sobresaltar una función pública se le confiera la calidad de política de Estado, si eso no ocurre se recurre a encomiar las “políticas transversales” inoperantes si hay un mando diluido que da lugar a echarse la bolita, coloquialmente hablando. La verdad sea dicha, no se llega a ningún lado con esa postulación retórica.

El presidente Enrique Peña Nieto ha propuesto y ha conseguido el aval de las principales fuerzas políticas. Falta hacer explícito quien da la cara para hacerse cargo de cada una de las trece decisiones tomadas, para cada cuestión es pertinente asignar la autoridad federal responsable y eche sobre sus espaldas las expectativas depositadas en el gobierno.

Como diría el clásico: es tiempo de hacer política, política y más política. Y la política de Estado es la que se centra en garantizar la integridad del territorio y el bienestar de la población.

lunes, 3 de diciembre de 2012

Al fin se fue


 

Mucho sufrió este país con quien hoy es ex gobernante, Felipe Calderón Hinojosa, quien hizo de su estulticia estrategia. El estorbo prepara maletas. Que la liturgia esperanzadora del adviento impulse al nuevo gobierno, pues la herencia de desigualdad social e inseguridad son reto inmenso por abatir. La diada desigualdad-inseguridad son el núcleo de la atención, organizan los tres ejes y los trece programas ya divulgados para un solo objetivo, el bienestar de los mexicanos.

Se van asentando las cosas, o se está en esa vía. Pronto veremos la aprobación de las reformas que se atoraron en la última semana en el Congreso. El pacto entre las fuerzas políticas se firma sin que sea suficiente motivo para que el badajo choque las campanas. La polvareda de un cambio de gobierno, en apariencia terso, tiene que terminar por disiparse. Paradójicamente un beneficiario indirecto del nuevo clima es Acción Nacional, el partido que fue sacado de Los Pinos. Al PAN lo perdió el hoy ex presidente. Una muestra del nuevo trato es que en el ejercicio de sus facultades estatutarias, Gustavo Madero cambie al coordinador parlamentario de su partido en el Senado.

Parte de lo que formó la polvareda fue el trajín palaciego de la madrugada del primero de diciembre. La entrega del mando, la protesta del gabinete de seguridad y el posterior traspaso de despachos fue un teatro innecesario hasta que no se explique y funde la necesidad de esos protocolos. Cierto que la situación  no era de remanso, tan no lo era que ya para la mañana los invitados a la ceremonia de protesta de Enrique Peña Nieto en San Lázaro, provenientes del extranjero, no estuvieron presentes.

También hubo polvareda afuera del recinto legislativo y tuvo curso itinerante hacia céntrica calle de la Capital. Que en buena medida la protesta fue y es expresión natural de los jóvenes no me indigna, yo también fui joven y sé de lo que se trata en un sentido existencial de la rebeldía juvenil. No sabemos si alguno de los “vándalos” el día de mañana pase a dirigir una secretaría de estado como la de desarrollo social. Se trata de descalificarlos porque se dice que algunos de los muchachos en sus declaraciones ministeriales afirmaron haber recibido 300 pesos para hacer desmanes. Por favor, completen la información y digan quien les pagó, para que proceda la averiguación completa. Infiltrados pagados que se incorporan a movimientos es una historia por documentar e investigar. No sería extraño que personajes ligados hoy al peñanietismo en el pasado hayan sido señalados como promotores de esa práctica de infiltrar movimientos. Para no ir tan lejos, hace seis años se vivió en la ciudad de Oaxaca la rebelión de la Asamblea de Pueblos ¿Acaso se investigó el pago de los infiltrados?

Así que no se sobrerreaccione ante los sucesos vandálicos, como lo ha evitado la nueva autoridad federal y la actual que rige a la Ciudad de México. El país no está para esas versiones del pasado que hablaban de una mano negra, de los rojillos. Los hechos tienen que investigarse sin escandalizar. Lo que realmente tiene que ser objeto de nuestra atención, así lo entiende el nuevo gobierno y las fuerzas políticas, es combatir la desigualdad social y la inseguridad, no hacerle el juego al Ministerio de la Desinformación del poder mediático.

La función del nuevo sexenio ha empezado.

viernes, 30 de noviembre de 2012

Menores de edad



Previo a la toma de posesión, la semana cierra como una decepción más de la política. Los políticos le siguen quedando a deber a los ciudadanos, es ya una deuda eterna que poco les importa.
 
Con anterioridad se había comentado aquí la posibilidad de que Enrique Peña Nieto gobierne con su partido y sus aliados políticos que son fuerza menor si la oposición con mayor representación en el Congreso no estaba dispuesta a establecer acuerdos. Esa oposición ya dio su primer golpe al negarle a Peña Nieto la reforma de la Administración Pública Federal. En los hechos obligó a mantener la actual estructura del aparato gubernamental. Los argumentos en contra de la reforma son endebles. Los de Ernesto Cordero dan pena, defendiendo instituciones fallidas como la Secretaría de la Función Pública y la Secretaría de Seguridad Pública. Si hubieran hecho su tarea tendrían asegurada su permanencia. Dolores Padierna, aliada al tecnócrata citado, argumentó peor, se dijo defensora de los intereses de la sociedad, no dijo cuál, seguramente se refirió a la pandilla que lidera su marido.

También se comentó aquí que la democracia no ha producido la clase política que la fortalezca, el chantaje es la forma y el fondo. No otra cosa son los amagos de sabotear la ceremonia del primero de diciembre. Tampoco se explica a la ciudadanía los desvelos de medianoche para entregar el poder que nueve horas después tendrá su protesta de rigor ante el Pleno del Congreso. Lo dicho, no hay clase política a la altura de la democracia.

A los ciudadanos se nos sigue considerando menores de edad. Así se entiende la no explicación del Gabinete comunicada como Sólo para Iniciados o para las élites. La obligada interpretación es falta de transparencia en el acto de la comunicación. Yo quisiera saber porqué Enrique Martínez y Martínez va a Sagarpa, porqué Claudia Ruiz que tiene experiencia y conocimiento en áreas de la política-política va a Turismo. Porqué politizar Desarrollo Social con Rosario Robles teniendo la opción clara con preparación y antecedentes de Santiago Levy. En Relaciones Exteriores no fueron suficientes las seguridades de Luis Videgaray en Hacienda, se recurrió a José Antonio Meade sin considerar el ocaso de Consenso de Washington y el obligado manejo político que requiere, quedando fuera el Embajador Jorge Montaño. Lo de Emilio Chuayffet en Educación se lee como en mensaje para Elba Esther Gordillo, pero nada se abunda sobre las tareas propias de ese Despacho.

Me queda claro que el anuncio del Gabinete se hizo hasta las tres de la tarde para no registrar una asociación con los movimientos de la Bolsa Mexicana de Valores.

Que las cosas caminarán es una esperanza y pronto Peña Nieto tenga el aparato de gobierno que le solicitó al Congreso, que no sea el pretexto y la justificación de un eventual fracaso. Del Pacto por México qué decir, ya perdió la seriedad obligada, un cachondeo político más.

lunes, 26 de noviembre de 2012

La demostración


 

La incertidumbre que plantea un nuevo gobierno no sólo tiene visos de resolución en los primeros cien días de gobierno, como ya se expuso. Tampoco se acota con la asunción formal y el discurso inaugural. Para el caso de la especulación sobre el gabinete esta no tendría que ser si se conociera como parte de la propuesta electoral, como lo postuló Andrés Manuel López Obrador.

Si usted quiere ser Presidente dígame por favor quién será su equipo de gobierno. Es una cuestión atendible para una democracia madura, caso que no es el de México.

Esa deficiencia se puede enmendar, superar o arreglar, situándose más allá de la adivinatoria sobre los hombres del Presidente.

Se adelanta, en calidad de trascendido, que el día jueves 29 de noviembre Enrique Peña Nieto anunciará el gabinete, el conjunto de secretarios que lo acompañará en su gobierno. Tinta ha corrido, intereses no se han dicho, pero el ejercicio puede resultar divisorio después del anuncio.

También puede resultar la demostración de la capacidad para formar equipo y conducir del gobernante que accede a la principal representación del Estado. La decisión demostrará de qué está hecho el peñanietismo.

Demostrar que no se trata de cuotas y de cuates, como lo señalara el ayer senador Beltrones respecto al equipo de Felipe Calderón. Apostar, comprometer más bien, por un gabinete al servicio de los gobernados. Exponer desde el principio por qué se ha tomado cada una de las definiciones, qué es lo que se les exige de acuerdo con el puesto y señalar lo que no se les va a tolerar en la desviación del encargo. Que el gabinete se ponga al servicio de los ciudadanos. Así se entendería el sentido del pregón o la proclama de una Presidencia Democrática. Mucho allanaría al gobierno entrante, como desdramatizar la toma de posesión.

Parece sencillo, no lo es. La clase política no es homogénea, ni actúa en el vacío. No se sabe, por otra parte, cuál será la actuación de los grandes capitales, armarán la estampida o impulsarán la espiral inflacionaria. Realmente están dispuestos a cooperar con el nuevo gobierno. Esa incógnita es más sobresaliente que el tamaño de la protesta de la izquierda el día primero de diciembre próximo. Una posible desbandada de capitales no tiene policía ni autoridad que la detenga, pues la economía global es su imperio y de su desastre social nadie se quiere hacer cargo.

La actual encrucijada es el reto para una presidencia que se quiere democrática y está bajo acosos múltiples.

miércoles, 21 de noviembre de 2012

Cien días


 

Lo que sucederá en los primeros cien días de gobierno sólo lo sabe un círculo pequeño, la desconfianza sembrada no da las facilidades para la fluidez democrática de la información de los asuntos públicos. Conjeturar, especular, sospechar, son verbos que niegan de principio la certeza. Incluso las propuestas ya apuntadas por el presidente electo están a la espera del hálito de vida de los hechos contundentes, muelles para una nueva administración.

Pregunto y me pregunto ¿Qué me gustaría de esos primeros días?

Cien días sin escándalos originados desde el gobierno. Que los vencedores no se dediquen a denostar el pasado reciente, a legitimarse sobre la lápida de sus adversarios. Que la aplicación de la ley no tenga fines mediáticos o de venganza. Que lo que se decida esté bien fundado. Que por la vía de la actuación pública y de los acuerdos al fin podamos observar el nacimiento de una clase política como resultado de un proceso y cierre de la transición democrática, apertura de un nuevo régimen.

Que los poderes fácticos respeten los poderes establecidos y reconocidos en la Constitución, que no simulen legalidad como lo pregona Ricardo Salinas Pliego con su convocatoria a darle la vuelta al gobierno.

No todo está al alcance de los recursos de la Presidencia como para pedirle lo imposible. Pero con lo que tiene, un mandato y sus atribuciones, disposición del erario, hay margen para actuar sin quejarse de la falta de apoyos. El Estado de Derecho y legitimidad electoral son soporte para el ejercicio, evitar su dilapidación es una obligación. Si no se alcanzan acuerdos al menos asegurar lo posible.

Como se inicia se concluye. Es la lección que deja la administración saliente, agotada por el voluntarismo y en revanchismo ideológico, ahogada en su propia propaganda. Mucho dirá del talante de la nueva administración la moderación de la propaganda sustentada en hechos.

En cien días no se resolverán carencias estructuradas tras la remoción del régimen de la revolución por un orden a modo con los grandes consorcios, pero si se puede decirle a la mayoría de los mexicanos que hay autoridad para proporcionar justicia y seguridad, que el Estado no se desentiende del control marítimo-territorial que lo comprende, que provee de los recursos que proporcionan el bienestar de la población.

Poner el bienestar en el centro de la eficacia gubernamental es un contenido por demostrar de un enunciado reiterativo de cien días y emblema de todo un sexenio y más.

Lo expuesto no es pronóstico, ni profecía, tampoco programa, es el deseo de un buen ingreso para todos ¿Alguien se opone?

jueves, 15 de noviembre de 2012

La fuerza de Peña Nieto


 

Quien haya leído la columna de Carlos Puig en Milenio Diario “El primer "strike" de Peña Nieto” la del martes 13 de noviembre, pudiere concluir que el sexenio de Enrique Peña Nieto será otro sexenio perdido, como si estuviera enganchado a la inercia de los últimos dieciocho años. Pocos acuerdos y escazas realizaciones, mucha división y encono. Directo, el columnista afirma: “La Presidencia de Enrique Peña Nieto no será, en los términos que él la definió, una ‘Presidencia democrática’.” Y concluye el autor citado: “No vaya a ser que nos espere un sexenio largo, largo …”

Las posibilidades reales de un gobierno que haga la diferencia del pasado inmediato están fundadas en la siembra efectiva de la consigna/insignia del próximo sexenio: transparencia y combate a la corrupción para un gobierno eficaz. El día de ayer se hizo, de parte del presidente electo, la entrega a los coordinadores parlamentarios del Partido Revolucionario Institucional las iniciativas para reformar el gobierno. No son iniciativas para ganar espacio en los medios, es el reconocimiento, la toma de consciencia, del desorden que impera en gran parte el aparato público federal, el desastre heredado del gabinete Montessori y el de los cuates.

Fortalecer la Secretaría de Gobernación no es una restauración sino establecer un sólido interlocutor para que el equipo del presidente no se desbalague, para evitar la recreación de una vocería de desmentidos, para que otros niveles de gobierno y los otros poderes formales coincidan en un mismo canal y reducir la fragmentación de los esfuerzos del servicio público en su conjunto. Lo sucedido en las inmediaciones del poblado de Tres Marías, en Morelos, el 24 de agosto pasado, fueron el colmo de la descoordinación del aparato que se suponía más seguro, el de seguridad. La Secretaría de Seguridad Pública no cumplió las expectativas y desde su creación se hizo más explosiva la inseguridad.

La Comisión Nacional Anticorrupción como sustituto de la Secretaría de la Función Pública es una promesa, una intención. El reto por establecer un combate efectivo contra histórica aberración cultural con más de quinientos años de vida. De inicio algo se tendrá qué hacer con la multitud de fondos y fideicomisos que se multiplicaron en los últimos años, la facilidad del dinero público de lábil auditoría que se repartió a manos llenas.

Perfilar a la Secretaria de la Reforma Agraria como encargada de la gestión del territorio, obligación de Estado venida a menos, aprovechado ese debilitamiento por el crimen organizado. Actualmente dicha secretaría tiene un papel muy discreto y lo que hoy se le propone tendrá que ajustar otras secretarías relacionadas con el tema  como Sedesol y Semarnat, definiendo una cabeza única de sector con autoridad, de la que se ha carecido lamentablemente.

Este es parte del paquete. Lo que hay que vislumbrar es la fuerza que dispone Enrique Peña Nieto más allá de la que le confiere la investidura por asumir. Por tratarse de un régimen democrático y plural no será una fuerza apabullante, pero bien organizada y coordinada en un rumbo de acción sí tiene una base para tener resultados. La fuerza de Peña Nieto la constituyen las fracciones  parlamentarias de su partido en ambas cámaras legislativas. Los gobernadores del PRI y los que surgidos de otras fuerzas políticas estén de acuerdo en la inaplazable reforma del aparato público. Los gobiernos municipales que se sumen a estas iniciativas. Hacer efectiva esta constelación le dará sustento sólido al nuevo presidente para llegar a acuerdos con los otros poderes formales.

De obtenerse resultados reconocibles en beneficio de la población, la arrogancia de los poderes fácticos y la apatía social pueden transformarse en apoyo a esta constelación de inicio.

Ya veremos.

domingo, 11 de noviembre de 2012

Victoria política, debilidad institucional



Desde que se inició la mudanza del régimen de la Revolución Mexicana hace ya tres décadas, las reformas a favor del funcionamiento del mercado han dejado mucho que desear para la mayoría de la población. Si no estábamos bien no se puede afirmar que estamos mejor. Las promesas reformadoras no han sido empujadas por un mejor funcionamiento del Estado de Derecho. Por el contrario, las reformas debilitan al Estado sin fortalecer a la sociedad en su conjunto. Al menos eso me parece.

Las promesas de la Ley Agraria, de mayor competitividad, producción y productividad para el campo no se han cumplido. El efecto medible es la migración, el despoblamiento del campo, desorden en el crecimiento urbano, territorio a disposición del crimen organizado y la minería depredadora, así como menor capacidad para producir nuestra propia alimentación.

Se está a punto de consumar la reforma laboral que se funda en promesas, mayor competitividad, producción y productividad. Mienten. Una ley doméstica no gobierna la economía global y se necesita mucho más para salir mejor librados en la competencia mundial, menos si no se tienen las características de una potencia política para incidir en los mercados.

Antes de seguir con reformas económicas o si se quiere seguir con ellas, es requisito tomar la ruta esbozada hacia un régimen de transparencia –no sólo en el ámbito gubernamental- y de combate firme a la corrupción –de quien corrompe y es corrompido. La ruta ya se ve accesoria, no fundamental, pues ya se sueña con la energética y la fiscal. Si no tiene vigencia el Estado de Derecho las reformas no tendrán el efecto transformador que se les presume por anticipado.

Pero volvamos a la reforma laboral, que hasta con dibujos ha tratado de exponer amablemente el diputado Manlio Fabio Beltrones. Dicha reforma fortalecerá y multiplicará la organización de los trabajadores. Ayudará realmente a los empleados de empresas como Wal-Mart y Mac’Donals. Los mineros tendrán mejores condiciones de seguridad ¿Por qué la gente no ha salido a celebrar la reforma?

Recientemente, el Informe sobre el desarrollo Mundial 2013 (El Universal 24-10-2012)  elaborado por el Banco Mundial no hace un buen pronóstico del entorno laboral mexicano que de por sí ya está deteriorado en materia de ingreso, servicios de salud y acceso al empleo. Se estiman de 40 a 100 años para recuperar lo perdido. ¿La reforma será capaz de contradecir dicho pronóstico?

Si antes muchos empleadores no cumplían con la ley, qué nos dice que ahora sí van a ser cumplidores. Si por algo fracasó el programa del primer de esta administración que languidece ello se debió a la negativa de los empresarios de dar de alta en el seguro a sus trabajadores.

El 17 de octubre recién y gracias a las redes sociales nos enteramos del maltrato de un capataz hacia los trabajadores de una empresa filial de Samsumg establecida en el municipio de Querétaro. El hecho no tuvo una gran exposición en las empresas de radio y televisión, tampoco perturbó el debate parlamentario, ni provocó la proverbial iracundia de Felipe Calderón. Semanas después nos enteramos de que el 50% de las empresas establecidas en ése municipio no cuentan con permiso de operación (La Jornada, 09-11-2012) Donde no tiene vigencia el Estado de Derecho no hay campo fértil para la fructificación de cualquier promesa reformadora.

Con dogmatismo económico, sin contexto y carentes de un análisis diacrónico, los legisladores ignoran que la regulación del mercado de trabajo se estableció para civilizar al capitalismo, que por algo se le adjetivaba de salvaje en el Siglo XIX.

martes, 6 de noviembre de 2012

El invierno que viene


 

Ese regusto por ejercer artes adivinatorias para perfilar al gabinete del gobierno que está por entrar en funciones. Fragmentos de información sobre lo que se propone el próximo gobierno. El día primero diciembre será la ocasión para conocer con precisión y sin excesos, con claridad y sin ambigüedades, las realizaciones que se propone Enrique Peña Nieto y como proyectan en un todo, con vinculaciones entre las partes reforzando en una visión totalizadora del país, el cómo nos queremos ver dentro de seis años y más.

Es evidente que el próximo gobierno no piensa mover la certeza de continuidad respecto al rumbo económico: finanzas públicas sanas y libre mercado. En prenda queda la sobrexposición de Luis Videgaray para no dejar lugar a dudas. Lo que no está resuelto es cómo ese paradigma dominante, que se impone a las naciones, los partidos y los políticos, encuentra una configuración hacia el desarrollo sin adjetivos, un desarrollo expresado en el mejoramiento generalizado de las condiciones de vida de la población. O sea, lo que significa el desarrollo.

Qué está dentro del resorte del nuevo gobierno que no se vea como amenaza de las grandes empresas nacionales y extranjeras, más que de los empresarios, que controlan el flujo de capitales.

Sin duda está el tema de la inseguridad muy pegado al de la justicia, hacer un país seguro y de cumplimiento de la justicia, sin doble filo, sin excepciones. Atender este binomio es en sí mismo una gran tarea.

Educación y salud, de la primera hay muchos señalamientos fundados para mejorar. Del sector salud hay mucha propaganda oficial sobre la cobertura universal, pero no puede quedar desvinculada de la desnutrición, de la comida chatarra, las adicciones y la contaminación ambiental.

Economía y Medio Ambiente son temas que hacen un par. De un lado la utilización de los recursos naturales, su explotación, del otro su renovación, protección y conservación. Hay burocracia y demagogia de por medio. Una realidad que no se quiere mirar: la economía capitalista ha sido el gran depredador, al grado de perfilar a la especie humana como el dinosaurio del siglo XXI.

Este apunte del orden binario que está obligado atender el próximo gobierno parece tener su eje articulador en la verificación de la transparencia gubernamental y el combate a la corrupción. Dicho de otra manera, que los servidores públicos hagan lo que la ley les obliga y no lo que se les pegue la gana. Habría que empezar por clausurar todas las disposiciones legales que sin proponérselo  estimulan la discrecionalidad. Como por ejemplo, prestar servicios dentro del sector público agroalimentario y recibir subsidios del mismo o repartirlos con fines clientelares. Una serie de ajustes pequeños en muchos puntos del servicio público.

El invierno que viene, con anuncios de una nueva era o con decisiones de las fuerzas que le pueden tirar la economía a Peña Nieto.

jueves, 1 de noviembre de 2012

Línea atorada


 

Una obra que a primera vista se admira y le da otra visibilidad a la de la ciudad de México. La primera impresión no es suficiente para completar la simulación, sucesivamente se tiene que mantener la impresión de una obra bien acabada en todas las previsiones. No es así. Será porque invitaron a Felipe Calderón a inaugurar la obra y le echó la sal. El hecho es que hay estaciones donde la Línea Dorada del metro es inabordable. Habrá explicaciones, lo desagradable es el mal sabor que deja el que las autoridades gasten en publicidad, el ofrendar a los medios un producto con el fin del lucimiento y no del servicio a los usuarios. El ritual se tenía que hacer como si no se pudieran esperar. Una obra necesaria, más de lo que previeron, serán más de 500 mil usuarios diarios.

Tendrán nuestros políticos una reforma para erradicar la simulación. Esa si sería una reforma estructural, pero de las retorcidas mentes de nuestros dirigentes políticos. En la simulación está el principal quiebre del Estado de Derecho. La habilidad está en no ser pillado, darle la vuelta a la responsabilidad, pero siempre de frente para la foto. Cuántas manos cortaron el listón inaugural de la línea varada ¡Qué vergüenza!

No es algo menor, ni una anécdota salvable por efecto del olvido. Estamos ante una conducta que estimula la emulación, que permea a otros niveles de la administración.

Aquí tenemos otra estampa del servicio público a cargo de delincuentes, es el caso de la empresa Pronósticos Deportivos que simuló un concurso para atracar a los concursantes del Melate. Una trama burda según muestra el diario La Razón de México (Sigan el enlace http://www.razon.com.mx/spip.php?article146105 )

El problema es que no se trata de una, dos, tres estampas de la simulación. Aquí, allá y acullá. Es todo un sistema que se enmascara en el Estado de Derecho y, por lo mismo, cuenta con salidas hacia la impunidad. Desmontar ese sistema sería una proeza del futuro gobierno, como para instaurar en serio una nueva época para el país.

¡Ah! Si los políticos estuvieran a la altura de lo que requiere México. Qué va, para ellos México está hecho a la medida de sus vanidades. Y cuando alguno llega al principal cargo político, al concluir su mandato (como si de verdad lo hubiera asumido) sólo piensa en ser recordado como el mejor presidente. Él y los de su especie tienen clara su tarea: embaucarnos, es decir, tratarnos como si fuéramos ingenuos. Si los temas de la agenda fueran del interés de todos, los acuerdos saldrían con mayor facilidad. No es así, la reforma laboral es un ejemplo al mérito del jaloneo. Hay intereses personales y de parcialidades fácticas. Por eso, no es raro que el proceso legislativo degenere en un ejercicio de simulación que descuadra la geometría política. No hay izquierda, tampoco derecha. El supremo fin es ir en contra del PRI negando fidelidad a su reproducción.

Al final del cuento y de la hipócrita cortesía política no son capaces de dar cifras ciertas de los montos aportados. El PAN y el PRD se unen por puro oportunismo.

Para seguir en la línea atorada de los consensos.

martes, 30 de octubre de 2012

Estatizar a los funcionarios públicos



Por el año de 1992, si mal no recuerdo, el entonces secretario de Hacienda Pedro Aspe Armella, soltó una ingeniosa y provocadora expresión a propósito del fortalecimiento de la economía de mercado en México. Palabras más, palabras menos, dijo que había que privatizar a los empresarios. Dicho en el supuesto de que los empresarios deberían fundar su éxito en la aceptación de la libre competencia y no en función de los apoyos o incentivos económicos provenientes del Estado.

Después de doce años de “panato” y su fracaso por “empresarializar” la función pública, improvisando la gestión privada como modelo para gestionar los asuntos y servicios públicos, trayendo como consecuencia la utilización de la función pública en función del interés privado de los funcionarios –léase corrupción- es oportuno plantearse estatizar a los funcionarios públicos.

Que los altos funcionarios asuman el compromiso de que el puesto público no es medio para realizar negocios privados de quien ostenta el cargo. Y para cuando se concluya una encomienda en el servicio público se prohíba la utilización de la información adquirida para hacer negocios personales o la prestación de servicios a empresas del ramo.

Tener el cuidado de que, por dar un ejemplo, quien haya sido funcionario de Agricultura se contrate a una trasnacional agroalimentaria, de que si se sirvió al sector público de la energía con toda facilidad ofrezca sus servicios profesionales a una corporación privada de energéticos.

Parte del combate a la corrupción es combatir ventajas adquiridas en el servicio público para desempeñarse en la iniciativa privada. Será tal vez necesario restablecer el límite entre el empeño profesional dentro del sector privado y el desempeño como servidor público (la alta burocracia del sector Salud es un ejemplo)

No es fácil someter el maridaje que suele ocurrir en el cultivo simultáneo, en una misma persona, de la actividad empresarial y el servicio público. Hay que redefinir los límites entre la actividad empresarial y el servicio público. Entre el empresario y el político. Desterrar la leyenda de que un político pobre es un pobre político. O aquella expresión ufana y reciente: hablo como empresario pero les recuerdo que también soy político (Miguel Alemán Velasco)

Ante el deterioro de las instituciones que ha significado el abandono del paradigma de la revolución mexicana, se está en el horizonte de instituciones orientadas a postular y realizar una función pública eficaz e incorruptible. Planteamiento que en sí mismo no es productivo en las parcialidades de los partidos, perdón por el pleonasmo, sino en el entendimiento de un acuerdo nacional capaz de expresar el interés general.

viernes, 26 de octubre de 2012

A que te estorbo


 

La fatua aspiración de mandar más allá del mandato es un estado del alma que sólo el gobernante en turno puede alimentarla o evitarla. Se necesita tener vena de estadista para manejar esa singular e intransferible disposición de ánimo.

Por quinta o sexta vez se han reunido el presidente en funciones y el presidente electo, el martes 22 de octubre en Los Pinos por más de cuatro horas. Una situación incómoda para los dos. Felipe Calderón insistiendo en la bondad de sus decisiones y la necesidad de que se continúen sus dictados. Enrique Peña Nieto con cara de incredulidad, así sale en la gráfica, después de todo él tiene el próximo encargo del ejecutivo federal y será responsable de sus decisiones ¿A qué viene tanto propedéutico? Reuniones de las que poca información se ofrece, será por la gravedad de la misma. Será que la relación entre los dos no tiene calidez que presumir.

Ya desde la misma iniciativa preferente, en materia de la flexibilidad laboral y modernización de los sindicatos, enviada por el presidente Calderón, se dejaron ver las ganas calderonianas de entripar a Peña Nieto. Por qué no dejar por entero la responsabilidad al que entrará en funciones. Qué se quería demostrar. A fin de cuentas, una iniciativa mal procesada en la que su principal beneficiario, los empresarios, quedaron confundidos.

Una ruta de negociación desastrosa: Mira hermano, a mi me tocan los aplausos y a ti que te caiga la mierda. Así no hay modo.

 Los términos de la negociación que se dieron en San Lázaro se alteraron en el Senado a instigación de Ernesto Cordero y Javier Lozano. La minuta original, que a estas alturas debía estar en Los Pinos para su publicación, se reescribió despojando el carácter preferente de la iniciativa. El mismo martes, en sesión maratónica, los senadores modificaron la iniciativa para una nueva ronda de consenso entre los diputados. El jueves la mayoría de priístas y sus aliados ya mostraron su disposición a no correr prisas. Modificaciones pueden ir y venir para llevar directo a la congeladora a la polémica iniciativa, de la cual el principal afectado e interesado, prácticamente no ha tenido voz debido a la ruta autoritaria que adoptó Felipe Calderón. Tan autoritario que circulan spots como si se tratará de un proceso de reforma legislativamente concluido y de resultado hecho público en el Diario Oficial. Nada más falso, bueno sí, así es la propaganda del PAN y su gobierno.

Afortunadamente hay otras formas de hacer política. El miércoles pasado los gobernadores electos de la izquierda y gobernadores aliancistas se reunieron con Peña Nieto. Aquí sí con el convencimiento de actuar bajo condiciones de respeto y colaboración, porque ninguna fuerza debe quedar aplastada y a todas les toca contribuir a sacar al país del marasmo.

Para el jueves 25, el mismo presidente electo dejó su papel de pupilo de Calderón en las materias de Los Pinos I, Los Pinos II y III. Inició en su tierra natal una serie de giras para pulir sus compromisos. Precisamente lo que debió de hacer desde que fue declarado presidente electo por el Tribunal.

lunes, 22 de octubre de 2012

Conciliar para gobernar


 

Durante el régimen de la Revolución Mexicana, la fórmula para gobernar se fundó en la construcción de los derechos sociales. Una fórmula en que la mayoría de la ciudadanía estaba de acuerdo y aunque ello representará merma del pluralismo político y libertad de expresión, lo cual se entendía con una democracia electoral controlada por un partido hegemónico, tolerando un déficit de justicia. Dicho esquema pudo navegar en un ambiente mundial dominado por la Guerra Fría, donde claramente la propiedad privada y el mercado asumían como aceptables la intervención y las regulaciones gubernamentales. Un orden de estabilidad política y crecimiento económico.

Para bien, entendiendo que los cambios son para mejorar, los valores del régimen comenzaron a modificarse en el último cuarto del siglo XX, aunque no del todo sus prácticas. Se decretó al libre comercio como rector de nuestro destino, por encima de la nación, la revolución y la constitución. La competitividad, lo que ello quiera significar, fue el santo y seña para desmontar la arquitectura de la legislación mexicana. Roto el orden mundial bipolar, el pragmatismo aconsejó convertirnos en aliados incondicionales de los Estados Unidos y hacernos sentir que su modelo de vida ya era nuestro, en tanto socios del TLC, avanzada de la economía de mercado en su momento.

La simultánea derrota y asimilación cultural, refrendada por la alternancia a favor de la derecha en el año dosmil, beneficiaron a una minoría a la que nada le estimulaba el nacionalismo y el estatismo, minoría que había alcanzado la otra orilla donde sienta sus reales el mundo desarrollado. Un desprendimiento de sus antecedentes, a lo que despectivamente llaman populachero, les aportó un gozo especial ¡Ya la hicimos! A pesar de que la injusticia crecía a la vista de todos.

A sus treinta años el modelo dominante empieza a dar signo de cansancio, un modelo de mercado que es contrario, por su funcionamiento, al pleno empleo y a la jubilación garantizada, donde los derechos sociales son obstáculo, aunado a una desigualmente extrema distribución de la riqueza que inhibe la realización total del consumismo y se recrea cínicamente en un darwinismo social refractario a desempeñarse con empatía. En un mundo así, el liderazgo del mercado es el encumbramiento de sociópatas que tienen su emulación más terrible en el crimen organizado.

Este es el país a cuyo mando estará Enrique Peña Nieto, un país convulsionado donde la ruta de la conciliación no es fácil pues los poderes fácticos no son obedientes a la autoridad y ya les gustó manotear. Lo expongo no sólo por los exabruptos de Elba Esther Gordillo durante el congreso extraordinario del sindicato de maestros, el SNTE, o la resistencia de los sindicatos a la democratización. Sino por la rebeldía del sector empresarial a todo lo que sea regulación. Un botón de muestra al respecto: el día de hoy apareció un desplegado dirigido al Ejecutivo y al Legislativo, cuya leyenda principal dice así “LA SCT NO RESOLVIÓ EL PROBLEMA DE LA SEGURIDAD VIAL, PERO SÍ GENERARÁ ALTOS COSTOS PARA LOS CONSUMIDORES”

De qué trata el asunto, de las restricciones que dispuso la Secretaría de Comunicaciones y Transportes al transporte de doble remolque tras una serie de accidentes fatales que se dieron este año. Los empresarios del ramo arguyen que con las medidas no se ha mejorado la seguridad vial, se ha incrementado el costo anualizado en 28 mil millones de pesos por la prestación de este servicio solamente por el incremento de los fletes. ¡Ah! También se ha afectado la competitividad de México. Lo que no dice el dirigente de la Asociación Nacional del Transporte Privado es qué han hecho sus agremiados para autorregularse y mejorar la seguridad vial. No hacen nada porque no va de acuerdo con la competitividad y les importa un bledo la pérdida de vidas.

Y con estos bueyes hay que arar.

Pero los desplegados pocos los leen, los leemos. El conflicto educativo en Michoacán es más apropiado para descalificar a quienes se encuentran en desventaja social. Es muy posible que la gente esté mejor desinformada por lo que ocurre en Michoacán y sus Normales Rurales. Que si los estudiantes son unos revoltosos que no quieren clases de inglés e informática, que sí es un movimiento manipulado como ha ocurrido siempre. Superficialidad y descalificación hacen la información sobre lo sucedido en ese estado de la república. Cuando la modernidad nos debería de proveer de información muy completa sobre el caso. Lo que ocurre en Michoacán es un ensayo de lo que puede recibir Peña Nieto a nivel nacional. Este país, para despegar, no puede atenerse a la prescripción global de la competitividad, tiene que organizar sus recursos para conciliar lo que está de por sí demasiado dividido.

martes, 16 de octubre de 2012

Pinky y Cerebro


 
Vámonos despacio, pues el obligado interregno mexicano ha sido fastidioso para una sociedad lacerada por la constancia de las políticas neoliberales. Y la mala noticia es que muy posiblemente se permanezca en esa ruta, generando desacuerdo o acuerdos inestables, como los que hoy se visualizan en el Congreso para sacar adelante la reforma laboral. Una alianza en la Cámara de Diputados llegó a un dictamen. La discusión de esa minuta en el Senado da forma a otra alianza. El monstruito va.

Desde hace rato Enrique Peña Nieto debería estar recorriendo el país exponiendo la visión que tiene de México y lo que piensa hacer. Está bien que salga al extranjero pero que no abandone la plaza. No hay una visibilidad del interés público, todo se va en pensar en negocios, cómo dar más facilidades a la empresa privada.

En el trascurso del tiempo, desde que fue reconocido por el Tribunal Electoral como presidente electo, Peña Nieto sólo ha dicho una verdad que nadie le ha cuestionado, una verdad irrebatible: no soy un hombre de discursos o yo no hago discursos embelesadores. Se agradece la sinceridad, efectivamente dar discursos no es lo suyo. Lo cual no lo exime de ofrecer certezas.

Desde que arribó a España el fin de semana pasado, Peña Nieto ha tomado de rebote temas que han estado en la opinión pública y los ha devuelto con la suficiente dosis de ambigüedad característica de la política. No se sabe qué quiere o los encargados de difundir sus expresiones no logran fijar ideas fuerza (Gramsci dixit) Se le ve levitando en su periplo europeo.

Me gustaría escucharlo con la firmeza, con cierto arrebato histriónico, de su compromiso con la legalidad y el mercado libre, sí pero con énfasis en el combate a la corrupción, el abatimiento de desigualdades sociales, el sometimiento de loa delincuencia y su violencia. Arreglar la casa y ver que tan libre quiere ser el mercado, pues créanme que no veo muy bien dispuesto al capital de gallego para confrontarse en una licitación por los llamados “floteles” que demanda Petróleos Mexicanos. Eso de que ya tiene la información de Pemex sobre los contratos que la misma paraestatal no ha trasparentado y no ha reconocido, de que se trata de una relación “ganar-ganar”. O eso de que Pemex se tiene que abrir a la inversión privada pero no se privatiza ¿En qué consisten los esquemas novedosos?

Igual se enreda con la reforma laboral o así lo pone La Crónica de Hoy en sus ocho columnas: EPN, por la democracia sindical pero “sin trastocar autonomía”.

Se entiende que Peña Nieto tiene un mandato que habrá de jurar el próximo primero de diciembre en las condiciones de una sociedad dividida en la distribución de la riqueza y lastimada por la violencia criminal. Él debe saber qué país le están dejando y de cuántos chantajes es objeto. Él es el representante de una generación pero su compromiso es multigeneracional, con todos los mexicanos. Lo que le resulta claro no se traduce en claridad hacia las audiencias.

El interregno es, literalmente, una interrogación. La derecha ha copado al presidente electo tras la derrota de la izquierda en tribunales. El efecto es una presidencia con margen de maniobra limitado.

jueves, 11 de octubre de 2012

El mayor esfuerzo


 

La situación del país, México, está deteriorándose día a día. La máxima autoridad no se quiere hacer responsable y quiere endosar el desastre al gobierno entrante, al de Enrique Peña Nieto. Corrupción, desigualdad social, inseguridad, violencia son la herencia, el Apocalipsis que fraguó Felipe Calderón para los mexicanos.

El mayor esfuerzo se le requerirá a Peña Nieto, el cual no será suficiente si no se da la disposición de los Poderes formales, así como de las élites que representan poderosos  intereses económicos y gremiales, también de los intelectuales y su presencia mejor estructurada en instituciones académicas.

Puedo estar equivocado, y desde mi posición a favor del Estado Laico, no puedo dejar de admirar el bajo perfil adoptado por la iglesia católica durante y después del proceso electoral 2012. Es un ejemplo que podría adoptar el Consejo Coordinador Empresarial o los consorcios de las telecomunicaciones. Pero no es así y se empeñan por exhibirse como la quinta esencia del Poder, por encima de las instituciones y de la ciudadanía.

Se agrega al desastre la subordinación sin rubor del Estado Mexicano al gobierno de los Estados Unidos. La nada fácil amistad con nuestros vecinos se ha trasformado en injerencismo abierto. El celebérrimo caso de Tres Marías, la emboscada o enfrentamiento del que fueron víctimas o actores dos agentes instructores norteamericanos es una muestra de la laxitud a la que se ha llegado. Casi todo se consulta y se ventila al escrutinio de la casa Blanca.

El mayor esfuerzo para atender a las víctimas de la guerra en contra del crimen organizado; para con los indígenas, que con todo y ley, presupuesto y aparato público siguen padeciendo marginación; para con los trabajadores, salario digno y estabilidad laboral; para con los jóvenes, educación y trabajo.

No se puede seguir a expensas del visto bueno que expida la OCDE, el FMI o cualquier otra agencia global para conducir a esta gran nación. México reclama reconciliarse en sus elementos y no esperar a que desde afuera nos lo vengan a decir y a poner en orden. Le estrategia de comunicación gubernamental entorno al crimen organizado, a su combate, no existe. Es un dispositivo propagandístico, no informativo, que ha dejado ver a un país sin conducción pues los sucesos se recrean en cada boletín o divulgación ante medios que hace la autoridad respectiva. No hay manera que se pongan de acuerdo para informar porque no hay deslinde claro de competencias, los protocolos resultan ficticios. Se supone que la Plataforma México debería encuadrar la información sobre la delincuencia. El gobierno del PAN llega a su fin y es la hora de que no se ponen de acuerdo la PGR, el Ejército, la Armada, la SSP y las Procuradurías de justicia en los estados. Hasta llegar al bochorno del debate sobre quien debe resguardar a los delincuentes abatidos por la fuerza pública.

Se necesitará del mayor esfuerzo de Peña Nieto y de todos nosotros, los mexicanos, para salir de la desgracia y del disparate.

miércoles, 10 de octubre de 2012

Ternura


 

¡Caramba! Esta mañana la prensa escrita no pudo evitar el tono de escándalo, tono habitual que ha ofrecido el presidente Calderón en su “guerra” en contra del crimen organizado, ahora con el candente capítulo Coahuila. Se fugan reos, se atrapan narcos, asesinan al hijo de prominente político priísta y, en un operativo, aparentemente sin protocolo, la Marina sale de cacería y abate a Heriberto Lazcano, al boleo, pues no se dieron cuenta de a quién acribillaban. Con la novedad de que el occiso anda “prófugo”. Cuánto trabajo le cuesta narrar al gobierno su épica. Se supone que hay un vocero de seguridad ¿O ya no lo hay? Lo efectivo es que si el gobierno quiere dar una buena noticia él mismo se encarga de empañarla. La prenda percudida es de pena ajena.

Mejor escribamos de otra cosa, que en sí mismo es un caso de la desmesura gubernamental. La Secretaría de la Función Pública, a través de la autorizadísima voz de su responsable estrella, el señor Rafael Morgan Ríos, declara al reportero Alberto Morales de El Universal: “daremos buenos resultados a EPN contra corrupción” Sencillamente hilarante. El combate a la corrupción como herencia para el nuevo gobierno, dicho que no encuentra Estela de Luz que lo ilumine.

El secretario tiene valor y ofrece cifras: 50 mil servidores públicos sancionados; nueve mil burócratas inhabilitados o despedidos; 20 mil millones de pesos recuperados de las dependencias. No abunda sobre la esquizofrenia que hay entre las estructuras autorizadas (puesto burocrático) y las estructuras operativas (real), menos de la funcionalidad de tales estructuras. Tampoco hace mención al opaco mundo feliz de los fideicomisos con fondos públicos. Pero la entrevista no era para eso. Había que dejar el mensaje, aunque fuera en interiores, al presidente electo Enrique Peña Nieto.

La pregunta es ¿Lo dejó? Peña Nieto y el equipo de transición le creerán al secretario Morgan.

No es cuestión de creer, el próximo gobierno federal ha avisado con tiempo la puesta en marcha de una reforma administrativa. Lo rescatable será tomado en cuenta, la impostura de una burocracia de cuates, militantes y parientes, esa sí, no es reditable, por el bien de México.

Rafael Morgan Ríos, hay que decirlo, no es el principal responsable, simplemente recibía órdenes y poco se podía hacer con una dependencia que sirvió para atender ambiciones políticas personales, procurando las aguas quietas, el bajo perfil. Los malos hábitos de los que no tenían la preparación que los habilitara para el servicio público cundieron, la decisión unipersonal que tolera la ley la intercambiaron por la discrecionalidad y el abuso de autoridad. Lo que sí aprendieron es a darle uso a los abogados, no para confirmar el cumplimiento de la ley, qué va, sino para escamotear su cumplimiento. Y como el papel lo aguanta todo, documentos originales sustituibles, perfiles a modo para sentar en la nómina que originalmente estaba diseñada para un economista a un ingeniero civil, luego a un biólogo, con tal flexibilidad que hasta el diseñador gráfico se encontró en el paraíso presupuestal en la PGR (se acuerdan de la hermana de Chepina la candidata)

Después de todo, la entrevista citada produce ternura frente a la grosería que comunica la guerra en contra del crimen organizado. Requiebre, casi guiño para alcanzar el salvoconducto y zafarse de una administración que se desploma.

lunes, 8 de octubre de 2012

Reformar y sumar


 

El reto de cualquier proceso reformador, que se proponga moldear la realidad de un Estado  por un ciclo mínimo de tres décadas, es encontrar el punto que hace converger a un haz de reformas. No es reformar porque sí, sino con una visión del país integrado en sus órdenes sociales. El ciclo anterior –iniciado por Carlos salinas de Gortari- centrado en la competitividad por la vía del libre comercio ya dio de sí, los resultados los tenemos a la vista: división social con encono. No se trata de formar una realidad sin diferencias, homogénea. Más bien se trata de un orden donde las diferencias no deriven en una descalificación de unos sobre otros, en minorías que concentran privilegios y masas que se confinan a la marginación.

Cuál es el punto desde el que se puede iniciar un proceso reformador que construya una voluntad general sobre las parcialidades. Aunque no lo expresa directamente en relación con las reformas, Ricardo Raphael es enfático: la prioridad es atacar las desigualdades. Ahí está la guía para articular un nuevo ciclo de reformas, que convenza a la población y no se remita a un regateo entre poderes fácticos y fuerzas políticas. Si quienes quieren hacer reformas demuestran que las desigualdades sociales disminuirán, el respaldo de amplios sectores de la sociedad es posible. Digo posible porque, a fin de cuentas, lo que promete una reforma no siempre se cumple, por el contrario, parece distanciarse de sus propósito (Ejemplo, la Ley Agraria)

Si se quiere adoptar esta modesta proposición de abatir las desigualdades sociales el orden de las reformas sí importa. El deterioro incontenible de la inseguridad obliga a platearse una reforma de los cuerpos de seguridad – el aparato policíaco- bajo el supuesto de que la delincuencia prolifera allí donde la desigualdad ya se hizo presente por la falla previa del Estado de derecho y por la inequitativa distribución de la riqueza, donde delinquir resulta atractivo.

Una segunda reforma ampliamente anunciada se apunta hacia el combate a la corrupción y al fortalecimiento de la transparencia. Aquí se está ante la oportunidad de reducir la desigualdad por la vía de los recursos públicos bien aplicados, que no se desvían por la cañería de la corrupción.

Una tercera reforma, siempre solicitada y siempre parchada, es la fiscal para que redistribuya la carga de los impuestos, de tal modo que se pague más según sean los ingresos crecientes, de personas físicas y morales. Para contar con el erario que le dé calidad al aparato y los servicios públicos –educación y salud- que contribuyen a la formación de ciudadanía, precisamente la que requiere un régimen democrático.

Si no se crean estos cimientos para el proceso reformador cualquier otra reforma, la energética y la laboral, sólo profundizarán la descomposición social producida por la desigualdad ídem.

De tal o cual diseño depende el éxito de la futura administración que inicia su ejercicio a partir del primero de diciembre de 2012. Las presiones del gobierno entrante no son menores y ya se verá si las decisiones están a la altura para no ceder ante las presiones. Se opta por el cambio incluyente o por la continuidad calderonista, el desastre.

jueves, 4 de octubre de 2012

El desgaste


 

Cuando el 31 de agosto de 2012, el Tribunal Electoral emitía la declaración de validez y de presidente electo de los Estados Unidos Mexicanos, era de esperarse que tal definición serviría de fundamento para un recorrido del Electo, se mostrase en su nueva condición y saliera impulsar un día sí y otro también las iniciativas de rendición de cuentas y transparencia anunciadas con antelación, para que todos identificáramos a Enrique Peña Nieto como el futuro presidente de la transparencia y nos demostrara la convicción de que la cosa va en serio. Y que ése fuera el tema de la agenda después de una competida elección presidencial.

Suponer no es derrotero, los caminos de la política tienen sus propias asechanzas.

El primero de septiembre, el día de la apertura de sesiones del Congreso, el presidente Calderón aprovechó para estrenar la última edición de la reforma política y decidió ingresar una iniciativa preferente de ley en materia laboral. Con treinta días para dictaminar, la alianza del PRI con el PAN, PVEM y PANAL en San Lázaro concretó una reforma en favor de los empresarios y el statu quo sindical, antes de que se cumpliera el plazo. Cubierto ese tramo legislativo y en el tránsito del dictamen a la Cámara de Senadores, empezó un nuevo jaloneo. Al PAN ya no le gustó lo que votaron sus diputados, a los empresarios del Consejo Coordinador Empresarial el dictamen les quedó a deber. La criatura legislativa salió feíta. Ya veremos cómo se pone la discusión el lunes próximo en la comisión de los senadores encargada de revisar, modificar y aprobar el documento.

Como se apuntó en otra entrega, la reforma laboral le está resultando costosa a Peña Nieto, quien queda sujeto a la agenda de Felipe Calderón y descuida la difusión y apoyo des sus propuestas legislativas. El que sale se empeña en dejar compromisos de continuidad con su proyecto, el cual fue descalificado en las urnas. El presidente Calderón debería contribuir para la concordia y hace lo contrario, quiere dejar su huella transexenal esperando el eterno agradecimiento de los mexicanos.

Agregándose a esta situación, la inseguridad expresada en la violencia incontenible reduce el espacio mediático a la información que produce el presidente electo. Se dirá que ya no estamos en los tiempos de partido hegemónico, ni del autoritarismo, que lo visto es normal en una democracia y así debe ser. Es una situación de desgaste que con otros elementos padeció Felipe Calderón y desde el inicio de su gestión hasta su finalización cargó con la impronta de la ilegitimidad.

Hay información que la mayoría de los ciudadanos desconocemos, lo evidente es que la conclusión del proceso electoral 2012 no terminó por configurar un arreglo de estabilidad, la lucha por el poder está retando la legalidad electoral. La coyuntura está envenenada.

lunes, 1 de octubre de 2012

Adiós al Siglo XX



El mundo del trabajo o el tema obrero ha perdido la densidad teórica y la influencia política que tuvo durante todo el siglo pasado. Para tal resultado han confluido factores diversos, el fracaso del socialismo que realmente existió (la Unión Soviética y Europa del Centro-Este) donde los llamados Consejos Obreros terminaron como justificación de una pesada burocracia. La desviación del sindicalismo que de ser instrumento de la lucha económica de los trabajadores se transformó en mecanismo de control para beneficio de la “aristocracia” obrera y de la estabilidad política del régimen. El empuje del neoliberalismo fue arrinconando la discusión de los temas del trabajo –derechos y conquistas- hasta convertirse en asuntos de menor importancia. La emergencia de temas como el de la lucha electoral, el renacer del indigenismo, el enfoque hacia los derechos humanos, fueron formando intereses puntuales y demandados socialmente que opacaron la cuestión obrera. Esta expresión en sí misma parece y es de otro mundo.

Es en este proceso de debilitamiento de un valor y un prestigio asociado al ser trabajador. En este contexto, la reforma laboral ha cubierto el trámite en la Cámara de Diputados acomodándose a esa realidad. Una reforma que legaliza lo que antes estaba fuera de norma pero que no puede demostrar que efectivamente se realicen como derechos en beneficio del trabajador, como tampoco puede demostrar que en sí misma sea detonante del empleo formal. Esto se afirma así pues si antes se rehuía el respeto al orden laboral nada garantiza que ahora sí se haga. Baste recordar que en los albores de esta administración que ya fenece, fracasó el programa de primer empleo –propuesto por el Presidente del empleo- porque buscaba integrar a la formalidad de la seguridad social a micros, pequeñas y medianas empresas. Esta masa de empresarios no le quiso entrar y mientras no haya sanciones rigurosas en contra de la informalidad no tiene porqué funcionar el nuevo esquema como se pinta. Hay una inercia de incumplimiento o déficit de Estado de derecho que no se ve como la reforma laboral vaya a remontar. Añadiendo a esta contra argumentación, es aventurado vender la idea de que la reforma traiga aparejado aumento de empleos y crecimiento económico, la inestabilidad de la economía global no permite hacer ese tipo de oferta. Es francamente irresponsable.

El otro aspecto de la propuesta de reforma que no transitó, relacionado con la vida interna de los sindicatos, no prosperó porque según se dice requiere de una reforma al artículo 123 y no va de la mano de una iniciativa preferente. Será el sereno, pero el afectado fue Enrique Peña Nieto, él que se ha postulado como el Presidente de la transparencia. Y no es un tema al que sólo tenga que rendirse en el sector gubernamental, también los sindicatos, la iglesia y los empresarios, el capital financiero con más urgencia. Pero estamos hablando de los dirigentes vitalicios de los sindicatos, negación de la rendición de cuentas y la democracia. Ellos alegan que le dieron votos a Peña Nieto ¿Le dieron? Pues que no el voto es libre y secreto. Ya me imagino si en la pasada campaña presidencial, los Gamboa Pascoe y Romero Deschamps salen a hacer publicidad a favor de Peña Nieto, seguro le hubieran bajado el caudal de votos. Pero no lo hicieron, se escondieron de los medios.

La Cámara de Diputados le ha dicho adiós al Siglo XX, los legisladores priístas han terminado por tirar al basurero el resto de su legitimidad histórica.
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