lunes, 3 de junio de 2024

La resurrección

En 1977 inició el ciclo de reformas políticas de lo que se llamó genéricamente transición democrática. En este año 2024, las elecciones del domingo 2 de junio, puede ser considerado el cierre del ciclo de la transición para volver a poner el acento en el estudio politológico del sistema político mexicano. Qué vimos en este proceso, independientemente de largas y tediosas campañas, la resurrección del SPM. Aquí se pueden poner palabras similares en lugar de resurrección: reaparición, regeneración, renacimiento, restablecimiento, restauración, palingenesia y todas las que nos sugiera la RAE.

La victoria de MORENA y sus aliados como un regreso del añorado carro completo (expresión de la picaresca priísta) tiene puntos clave a destacar:

La presidencia de la república como orquestadora del proceso sucesorio, controladora del proceso de principio a fin. Comenzando por conducir la definición de la candidatura oficial. El presidente de turno pone a quien le sucederá. Puede tener ligeras variantes, pero el apoyo presidencial se impone, incluso por omisión. Luis Echeverría a José López Portillo. JLP a Miguel de la Madrid. MMH a Carlos Salinas. CSG a Ernesto Zedillo. EZ a Vicente Fox Quesada. Fox a Felipe Calderón. FCH a Enrique Peña Nieto. EPN a Andrés Manuel López Obrador. AMLO a Claudia Sheinbaum Pardo.



Los prospectos que no alcanzaron la nominación se pliegan. Aquí abrevio la lista: Mario Moya Palencia, Javier García Paniagua, Manuel Bartlett, Francisco Labastida y el reciente caso de Marcelo Ebrard Casaubon.

La retórica popular, despreciada por los tecnócratas, vuelve a ocupar su sitio compuesta de referentes históricos. De un pueblo que lucha contra los malos, aunque la mayoría de ellos se salga con la suya y se adapte al sistema para no vivir en el error a través de la cooptación -así lo vimos con la integración de personajes del Grupo Atlacomulco. No todo es discurso, tiene que acompañarse de bienes tangibles que pueden variar en el tiempo. Esa retórica también requiere de intelectuales, de periodistas.

La resurrección tiene que ser completa, pasará por los poderes judicial y legislativo, nada de subirse al ring, de confrontar de manera irreductible al Ejecutivo. Los órganos autónomos probablemente devuelvan sus funciones a la presidencia.

De las agrupaciones gremiales se les sugerirá apoyo y más apoyo, con sabia discreción. Cero protagonismos.

En teoría, la resurrección del SPM deberá reflejarse en la educación, en salud, seguridad y en el sector de relumbrón, Medio Ambiente, harto de retórica y escaso de resultados. También en la impartición de justicia. Y por qué no, retomar la asignatura de la constitución moral. Sin dejar de recordar que los deberes están sujetos al pragmatismo. Del debía ser al siempre no. A conformarse con los paliativos y sobrevivir, como la mayoría del pueblo.

Finalmente, para la clase media, hacerle entender que el sistema no es anticapitalista, ni comunista, sino todo lo contrario.

 

miércoles, 22 de mayo de 2024

Capilaridad criminal

Por lo tanto, la solución de un problema hace surgir nuevos problemas.

Vladimir Propp

Tercer debate por la presidencia de la república, de nuevo mi desatención al evento. Espero al día después y los que le siguen. De lo que se habla es de la actuación de ellas y él. Nadie quedó sorprendido por la profundidad de las propuestas. En materia de seguridad, uno de los temas, sin rebote a destacar, así como para alimentar esperanzas de sentirnos un poco más seguros. El crimen organizado es algo más que estadísticas o menciones periodísticas.

La mayoría de los adultos de este país, hemos percibido la proximidad del crimen en alguno o varios eventos. En la memoria quedan registrados los cuerpos inertes colgados bajo el puente vehicular limítrofe al centro comercial Galerías Cuernavaca, en Morelos. A lo largo y ancho del país, en barrios residenciales y populares, también en comunidades rurales, ocurren intercambios por droga, extorsión, huachicol, protección o secuestro a cambio de dinero. Operaciones que dan cuenta de la capilaridad del CO, la cual se ha extendido desde que despegó en los años ochenta, hasta conformar grupos armados delincuenciales.



De ninguna manera se puede afirmar la inexistencia del CO antes de esa década. Existía un sistema de esclusas para la navegación discreta, evitando el escándalo de la exposición sangrienta. En ese sistema se contaba con la Dirección Federal de Seguridad, desintegrada por Miguel de la Madrid con justificada razón. La DFS también era un ente represor de movimientos políticos opositores. Con Salinas de Gortari, la reforma al artículo 27 constitucional relajó el control político sobre los pueblos del campo. Una medida de apariencia no autoritaria. De inmediato ese espacio lo comenzó a ocupar el CO. Con la llegada del pluripartidismo a resultas de sucesivas reformas políticas, se dio lugar al financiamiento oscuro hacia inescrupulosos candidatos a puestos de elección popular. Otro nicho para el CO.

Así, el CO se fue trasminando como la humedad en las construcciones de cemento y ladrillo (una forma de capilaridad). Una representación de lo que intitulo aquí como capilaridad criminal tiene una aproximación destacable en la serie de Max Sierra Madre. Prohibido pasar. Para los regiomontanos, para su oligarquía, no hay dudas para identificar a los personajes de la serie. Desde la lejanía se puede identificar a un político panista, a un director de periódicos. La realidad supera la ficción cuando miramos hacia otros estados. Nada más mencionar, por ejemplo, la exacción criminal a las empresas mineras. El mismo patrón de connivencia: capos-empresarios-políticos, con la desgraciada afectación que generan hacia debajo de la cúspide elitista. Esto no se resuelve con unilateral política social, pues sucede que cuando alguien ha logrado una mejora en sus condiciones materiales de vida aspira a más y quiere más dinero, sin necesidad de certificaciones académicas, la credencial de elector o de registro en el SAT. Entonces el crimen es la opción. La constitución moral nunca prendió.

La herencia criminal del neoliberalismo sigue en pie.

jueves, 9 de mayo de 2024

Militares, apoyo ineludible

“Recurrí a los militares por la catástrofe en la que hallé el país.”

Andrés Manuel López Obrador

Si se llega a escribir la historia administrativa del actual gobierno, dado el caso se le contrastará con las administraciones que le antecedieron. Entonces nos daremos cuenta de que la transformación no pasó por el aparato de la Administración Pública Federal. Se sigue haciendo caravana a lo que diga el detentador del Poder Ejecutivo. Como cada sexenio, el gobernante en turno trae sus cuadros y barre con los existentes. Los nuevos, por lo general, llegan con talante autoritario y en su aprendizaje inicial echan a perder hasta lo que estaba mejor puesto. En tiempo de sucesión presidencial, la mayoría de esos cuadros está viendo como sobrevivir a la elección del próximo domingo 2 de junio. No les tengo que decir que el servicio profesional de carrera ha sido un fracaso, verdad.

La base burocrática, mal pastoreada por sus líderes sindicales, la pasa sin hacer olas, con el cuidado de no caerle mal al funcionario o plegarse a solicitar cambio de área de adscripción si la situación se vuelve complicada. Estos empleados, sin estímulos, no tienen diluvio por venir que los espante. La base laboral es algo y el sindicato de la dependencia por lo general tiende a defender el empleo.

Esa es la descripción sociográfica de lo que el presidente López Obrador llama el elefante reumático. En la impotencia para transformar al aparato, se optó por darle a la Secretaría de la Función Pública un bajo perfil para no dar lugar a sospecha de que algo no esté bien.

Por eso se entiende el recurso de apoyarse en los militares. Que quede claro, para administrar, no aliviar, el desastre heredado. Si acaso, los militares ya no son factor de violencia de Estado. En contraste, no se esperaba de un gobierno de izquierda llevará con tan buenos términos su relación con las Fuerzas Armadas, cuando en el pasado han sido sectores de la izquierda los afectados por la represión. Por eso resulta incongruente, a los ojos de la izquierda reprimida, el arropamiento de Omar García Harfuch para integrarlo al partido oficial. Dos de octubre no se olvida y el nieto de Marcelino García Barragán no lo puede borrar. Para completar, el postulado para senador estuvo al servicio de García Luna; no menos incongruente resulta el reconocimiento concedido al General Cienfuegos por la administración, quien sin duda es la persona mejor informada sobre la desaparición de la desaparición de los 43 normalistas de la escuela Isidro Burgos. Semanas después Andrés Manuel tensa la relación con los padres de los jóvenes de Ayotzinapa. Para completar esta incongruencia se descabeza al equipo encargado de esclarecer las desapariciones forzadas ocurridas en el Antiguo Régimen; también está el caso de Alejandro Gertz Manero, aunque no se trata de un militar, su paso por la Operación Cóndor -estrategia de contrainsurgencia diseñada por los Estados Unidos para América Latina- que fue asimilada en México a la Guerra sucia de los años setenta.

En consonancia con el ineludible apoyo militar, el ente autónomo Comisión Nacional de Derechos Humanos, entró en un periodo de atonía total. CNDH silenciosa, para no dar lugar a la mínima sospecha sobre la ocurrencia de violaciones a los derechos humano. La terrible paradoja, la actual encargada de esa oficina es hija de una buscadora de hijo desaparecido, Rosario Ibarra de Piedra. Juan Piedra Ibarra está en calidad de desaparecido desde abril de 1975. Para completar, hace no pocos días los gobiernos federal y de la CDMX, se le echaron encima a la buscadora Cecilia Flores. Todo por señalar un posible crematorio clandestino en Iztapalapa.

martes, 30 de abril de 2024

Desangeladas

Abril, segundo mes de campañas presidenciales desangeladas. Ellas y él hablan desde una realidad alterna, acorde con un proceso que está decidido, tal como ocurría en el siglo pasado. Solicitar el voto ciudadano, invocar al pueblo, son actos superfluos cuando de antemano intereses superiores se han alineado para hacer de la jornada electoral por venir un trámite. Intereses prepotentes por los que nadie ha sido llamado a votar. Candidatos, ideologías y partidos supeditados a los intereses decisores de grupos financieros, grandes empresas, mass media, corporaciones gremiales prácticamente están arregladas. Las excepciones son la confirmación del consenso elitista. El gobierno de izquierda resulto bastante amigable con esos intereses superiores.

Increíble que las campañas presidenciales no se hayan dispuesto, en algún momento, como caja de resonancia para replicar la denuncia sobre la destrucción y el genocidio en la Franja de Gaza que lleva seis meses ejecutándose de manera ininterrumpida por parte del Estado israelí. Ese silencio los hace iguales. Se dirá que se trata de un conflicto fuera de nuestras fronteras, que no compete a México. Pero el silencio dice mucho de la calidad humana, sobre todo para la que se declara humanista, también para la que se dice católica. Si no alzan la voz para condenar al ejército de Israel ha de ser porque obedecen a intereses superiores.

Las víctimas infantiles  de los ataques de Israel contra la Franja de Gaza. (Ahmed Alarini - Agencia Anadolu)

Ni con los lamentables asuntos domésticos como la desaparición de personas y los feminicidios se han escuchados planteamientos de sensible profundidad acerca de un desgarramiento de familias que llegó con el neoliberalismo. Todo se diluye en un vaivén de ataques y defensas personales. Será acaso que reconocen de facto al crimen organizado como un interés superior.

Lo que hayan dicho los candidatos sobre la inseguridad no conmueve el escepticismo que agobia a la población. Lo notorio son las insuficientes capacidades institucionales para reducir la impunidad y la violencia criminales. Hay una especie de adaptación negativa a los malvados. La ley es impotente, la moral no se encuentra en su mejor momento cuando de la expansión delictiva se trata. ¡Silencio! Es la orden en el vecindario rural o urbano, rico, pobre o de medio pelo. La vida es una ruleta rusa.

Existe una pedagogía del dinero en aleación con la violencia que está arrasando con la educación formal, con la enseñanza religiosa. Delinquir se ha vuelto moda. Gobernadoras y gobernadores tienen el pulso de la actividad delictiva de alto impacto en sus respectivos estados y podrían ofrecer un mejor apoyo. No es así pues se escudan en la norma que los excluye porque se trata de crímenes del fuero federal. La jerarquía eclesiástica mantiene diálogo con los líderes del CO sin que se modifique el estado de cosas. Los jueces parecen amenazados o sobornados por la delincuencia al dictar con prontitud liberaciones a modo legaloide. A todo esto, se suma el gobierno de la república al descabezar el equipo original de atención a las víctimas de la violencia que lo acompañó al inicio de la actual administración.

Estamos en los locos años veinte del siglo XXI.

miércoles, 10 de abril de 2024

Debate imposible

Ni el menor ánimo para perder el tiempo viendo el debate entre los candidatos a la presidencia. Desde el primer debate presidencial en el año de 1994, el ataque y el acartonamiento anulan elocuciones sinceras, sobre todo creíbles. Se tiene una falta de tradición para debatir en el país de una sola voz. La herencia Mexica. El debatir no es materia de formación política en la actualidad, para eso se contratan asesores.

Corresponde a otros tiempos idos, como en la educación de los patricios en la Roma antigua. La retórica era una instrucción exigida para quien aspirara a obtener altos cargos públicos, mejor si el tutor era griego; en otro tiempo y orden, la formación de los religiosos en teología en las primeras universidades, compelidos por el rigor escolástico concursaban en un circuito que iniciaba con la lectio (lectura de un texto sagrado), proseguía con la quaestio (de lo que trata), para dar paso a la disputatio (la discusión propiamente dicha) y cerrar el círculo con la determinatio (conclusión deliberada). Esta formación para el debate es inexistente en la actual vida política, menos en su versión tecno política. Por qué entonces esperar un buen debate.

En segundo lugar -a partir de crónicas y opiniones vertidas en el posdebate- es de considerar la sobrexposición mediática de dos candidatas que no dejan nada a la imaginación. Sabiendo cómo son, lo novedoso extraordinario no tendría lugar. De Xóchitl la diatriba, de Claudia la frialdad. Eso ya se vio con Fernández de Cevallos y Zedillo Ponce de León. Xóchitl Fernández, Claudia Zedillo. De no mejorar, el futuro de los debates se perpetuará como un ejercicio ocioso y cancelable.

Foto de Fabiola Martínez, La Jornada de San Luis.

Al margen y no menos preocupante. Lamentable fue la toma autorizada de las instalaciones del INE por parte de la fuerza pública, de los militares. Pues en qué democracia vivimos, sólo para proteger a los candidatos ¿De un posible atentado? De quién o quiénes. Acaso la seguridad se encuentra abatida. Grave reconocerlo si es cierto, grave si se trató de una demostración de fuerza. Una manera subliminal de convocar a votar con miedo. Un evento cívico político rigurosamente vigilado. A la próxima podrían hacer el debate usando la herramienta conocida como teleconferencia. En la democracia electoral de lo que se trata es estimular la votación. Mal quedarían las autoridades electorales y los partidos si el abstencionismo regresa para desairar las urnas.

Pero si se trata de ganar a toda costa síganle.

jueves, 4 de abril de 2024

Espectros electorales


Ni hablar de distribución de intención del voto o de preferencias ideológicas, eso ha quedado rebasado por la violencia programada para infundir miedo. Los espectros referidos aquí son las candidaturas en calidad de fantasmas que pueblan la contienda electoral. Cómo hemos llegado a esto, es la cuestión. Candidatos y partidos compelidos al uso de la mercadotecnia política, al periodismo venal, a las granjas de “bots” que generan tendencias en las redes sociales, a las imágenes -del photoshop al meme- y, sin quedar fuera, las encuestas. Técnicas ajenas a la consistencia de personas reales, de carne y hueso. Mientras la audiencia desconoce lo que se dice “off the record”, los acuerdos en corto y lo que redunde en una privatización de la política, cuando debería referirnos a lo público por excelencia. Se vale vomitar.

Campañas sin espíritu, en las cuales no hay espacio para la alteridad que les haga poner los pies sobre la tierra. De tal descompostura no está exenta la burocracia electoral, la encargada de administrar y contar los votos, tanto como la encargada de enjuiciar el proceso. Son parte del desastre porque en nada han contribuido a formar una cultura cívica. Eso sí, se prestan a los enjuagues con la normatividad en la mano y a trasmano, al mejor estilo de la Secretaría de la Función Pública. Ese elefante blanco gestado por la tecnocracia.

Para completar, llegaron con anticipación los que no fueron invitados a la fiesta: el crimen organizado. El CO ha encontrado “una ventana de oportunidad” en el proceso electoral en curso. Saben que la puerta de la escena nacional les quedó abierta desde el gobierno de Miguel de la Madrid y desde la nunciatura papal encargada a Girolamo Prigione. Con el debido acompañamiento del mercado de armas afincado en los Estados Unidos, el CO acota candidatos y acogota a los ciudadanos. El CO es una realidad que en nada se parece a los fantasmas. Ni las fiscalías autónomas, ni la militarización de la seguridad pública, han rendido los resultados anhelados para mantener la paz. La razón es sencilla, el Poder Judicial es un aliado de facto del CO. Un poder constitucional autónomo con las rendijas “legales” a modo para liberar delincuentes. Las familias de los victimados y de los desaparecidos se tendrán que acostumbrar al duelo permanente.

La razón es complicada, el crimen se ha enraizado en la economía de mercado, de ahí se ha infiltrado a la sociedad. Lo que vivió el joven mazahua, reclutado por el CO (La Jornada, 2024-04-01) es muestra de la capilaridad criminal.

jueves, 21 de marzo de 2024

Las cosas buenas

Veinte días de campañas soporíferas, aunque por obligación no tienen que ser entretenimiento, ni debería. El circo es cosa de la tecnopolítica, mientras más payasadas se hagan, mejor. Tampoco tienen que ser un vomitivo. Baste con entrar a la red X para vomitarse. Son tan insustanciales las campañas de la presente contienda electoral, casi dejan de ser materia de análisis. Esa fue una de las razones por las que no escribí mi artículo de la semana. Me fugué a la sierra sin fusil, en plan familiar, a respirar ambientes más saludables durante el puente vacacional asociado al natalicio de Benito Juárez.

Cerro Brujo. Foto de archivo, Grupo Editorial Criterio.

Con qué gusto me dirigí a la Sierra Otomí Tepehua en Hidalgo. Su sinuoso camino de acceso, sin lugar a distracciones, enfilado a la cabecera municipal de Tenango de Doria. Durante todo el trayecto serrano la propaganda electoral se distinguía por su ausencia. Así fue porque me dirigí al México ignorado, donde los candidatos no llegan porque no encontrarán una cuantiosa cascada de votos. En la Sierra las cascadas no son una metáfora, son una realidad sustantiva.

Llegar a Tenango de Doria fue entrar a un territorio libre de propaganda electoral. Famoso por sus manos artesanas dedicadas al bordado sobre manta con motivos de la naturaleza, flora y fauna, para especificar. Tan original como para ser plagiado, tan característico del lugar, que sus obras artesanales se les conoce con el nombre de Tenangos. En conjunción con esta artesanía, se encuentra un complejo agropecuario-forestal-comercial para el sustento de sus habitantes. Los sujetos o unidades económicas tienen reconocido su lugar, hay confianza, la mínima como para no sentirse amenazados hacia la extinción por otro agente económico, a no ser por la explotación de materiales para la construcción, común en el estado de Hidalgo. Es lo más parecido a la economía moral, a como la entendió el historiador E. P. Thompson.

Para que esto suceda así, la migración de sus pobladores a los Estados Unidos ha facilitado un ingreso adicional para las familias del municipio, más el agregado de los recursos públicos directos a la población, hacen de Tenango de Doria un espacio de paz salutífera.

El Cerro Brujo es su guardián, visitado por la gente del lugar para pedirle su intervención auspiciosa en fiestas comunitarias que resulten alegres y seguras, sin hechos qué lamentar. Hay otro tipo de peticiones, por ejemplo, si la sequía abate la tierra, el pueblo se dirige al Cerro Brujo para solicitarle el arribo urgente de las lluvias.

Tres días de visita dan para una idealización bucólica, romántica. Faltan otros datos, los obtenidos a ciencia y paciencia. Tómese en cuenta, sólo quería escapar de la toxicidad de las campañas electorales, convertidas en una letrina donde deponer, nunca proponer. ¡Lo logré!

Que ni se les ocurra buscar la denominación de pueblo “mágico”. Lo que en realidad sucede con esa declaratoria es metropolizar al pueblo con chelerías, restaurantes, hoteles carísimos y hasta boutiques inalcanzables para sus pobladores. Algunos denominados pueblos mágicos son con como un trasplante de La Condesa al medio rural. El caso de Huasca de Ocampo, también en Hidalgo.

Las cosas buenas existen, merecen ser visibilizadas.

jueves, 7 de marzo de 2024

De frente a la violencia

Algo que aturde de las campañas en desarrollo por la presidencia de la república, es la mimetización de las candidatas en el recurso por ofrecer entrevistas y utilizar las redes sociales para dar su opinión sobre los temas de la vida nacional. Podrán divergir en lo que dicen, pero son iguales en la banalidad de no profundizar sus argumentos, sin estudios rigurosos ni experiencias a emular. Si acaso toman datos de aquí, de allá y acullá, pero no contrastan ni integran esa información de diversas fuentes. Se toman datos aislados sólo para el discurso del momento y los toman como verdades inconmovibles. Así hicieron propuestas al inicio de sus respectivas campañas en materia de seguridad: se necesita una cárcel gigantesca o la exigencia de ir a la raíz del problema entendida como carencia económica. Entre las ofertas del castigo y la compasión la violencia no para.  Está ausente la comprensión cabal de la inseguridad y la violencia que la acompaña. No se hacen las preguntas de fondo, como consecuencia, se encarecen las soluciones.

Archivo / El Sol de Cuernavaca.

Cuestiones que plantearles a las candidatas y al candidato con su respectiva respuesta sustanciada.

¿Conocen la vinculación entre el crimen organizado y el régimen capitalista? Empezando por considerar a la empresa delictiva, como cualquier otra empresa, siempre dispuestas a la obtención del lucro. Riqueza que no la entierran, la ponen a circular en el sistema financiero, empresas fachadas, la compra de armamento, en los ingresos de sus empleados, en el consumo conspicuo, entre otras cosas. Se integran a la economía.

¿Cuál es el grado de complicidad de los tres poderes constitucionales y los tres niveles de gobierno con el crimen organizado? Imposición de ediles, sobornos, financiamiento de campañas, pactos secretos.

¿Por qué los representantes de la iglesia católica conversan con los criminales en vez de denunciarlos? Cuando por una segunda conversión a la fe deberían incorporarlos a la práctica de los valores cristianos de amor y hermandad, al contrario, los dejan trasgredir el rito católico a su antojo y evitan lanzarle al CO anatema alguno, como si se lo hicieron a Juárez, a Calles o a la minifalda y al rock. Las iglesias en general, moralmente derrotadas.

¿Qué está ocurriendo en las familias generadoras de violencia hacia su propio núcleo? Pérdida o ausencia de autoridad parental, falta de comunicación, escucha acrítica de narcocorridos o baladas por el estilo, compulsión consumista y lo que se guste agregar. Cuánto de esto no hay en el lamento de las madres buscadoras de sus hijos desaparecidos.

¿Retomarían el enfoque moralista de manera diferente y sin complacencias? El obradorismo se fue de bruces con su nonata constitución moral. Seguiremos en el conformismo comodino del así es la naturaleza humana y, como siempre, se gobernará con y para los allegados y de acuerdo con compromisos no escriturados. Porque eso de la transparencia termina como tapadera de la secrecía.

Ni partidos, ni candidatos tienen la consistencia para responder a estas cuestiones sin recurrir al eufemismo, al subterfugio. La cuestión vital de las elecciones no es quién ganará, sino a qué costo en términos de eventos violentos y si las campañas y comicios tendrán un efecto pacificador.

viernes, 1 de marzo de 2024

Comienza la incertidumbre

El análisis se facilita cuando se aplica sobre estructuras supuestamente estáticas. Por eso, el dinamismo de la disputa por el poder político en un esquema hipotético de democracia se distingue por la incertidumbre. Todo se mueve, es dinámico.

La prueba del partido en el poder no será un día de campo, aunque siempre ocurren sucesos que resbalan cualquier intento de predicción. Aquí no hay una predicción, sólo la configuración de posibles eventualidades o cursos de acción.

En este 2024, las elecciones de verano en México, con candidatos presidenciales planos, esto es, sin el menor relieve carismático, está a la vista de todos.

Para agarrar vuelo, en esta competencia MORENA tiene de su lado un presidente de la república muy popular. Es él, entre otros detalles, el que allanó el camino para que su partido consiguiera el mayor número de gubernaturas en el país. Consecuentemente, son sus gobernadores factor de agregación del voto a favor de MORENA, afirmándolo de acuerdo con su desempeño. En esta simplificación el triunfo es incontenible.



En este vuelo hay turbulencias. La proporcionada por el proceso de selección de la hoy candidata presidencial. La encuesta se ofrecía como un procedimiento inocuo para no bascular al partido. Expectativa no cumplida. MORENA quedó exhibido como una organización marrullera ante la ciudadanía y sus propios militantes. Esto último fue de mal en peor pues se careció de correctivo alguno y la marrullería continuó en la cascada de selección a los otros puestos de elección popular. La turbulencia daño la nave.

Hay otra turbulencia a destacar y proviene de la clase media, que no se distingue por una filosofía o posición política sistematizada como doctrina, ni siquiera de ultraderecha. La clase media está enojada no porque le vaya mal, que se hayan deteriorado sus condiciones materiales de vida hasta integrarla con la población pobre, nada de eso. La molestia se genera por la constante estigmatización de su estilo de vida hecha por el presidente desde su conferencia matinal. Su constante reprimenda moral a los “lujos baratos” no es una diferencia política, en sentido estricto, por la que haya que dar pie a una confrontación. Pero AMLO lo hizo sin medir consecuencias. A lo fútil le dio una importancia desproporcionada. A quién le importa si alguien adquiere un automóvil del año, viaja al extranjero, come en restaurantes o viste a la moda. Es un estilo de vida que no tiene nada de condenable, salvo por los medios delictivos utilizados para acceder a él si eso ocurriese.

Nada más por señalar estas dos turbulencias, el plan C de López Obrador está en riesgo. 

jueves, 22 de febrero de 2024

Detener la barbarie

“Estamos, pues, ante una situación intermedia y compleja. Podemos detectar en ella trazas de todos los comportamientos pasados de la humanidad y de todos los comportamientos futuros. En efecto, o nos orientamos cada vez más hacia la no violencia o vamos a desaparecer por completo,”

René Girard

Amas a AMLO o lo odias, es un enunciado equívoco si sobre el se quiere dirimir la contienda por la presidencia de la república en este 2024. Es una enunciación perniciosa porque opaca las postulaciones en concurso sin importar a qué alianzas o siglas correspondan. En esta circunstancia las candidaturas están desarmadas para alcanzar un futuro de fiar para todos. Encuestas, prensa, “podcast” y redes, convertidos en medios para exaltar la frivolidad y lo grotesco. Lo cual no es nada nuevo si recordamos la elección presidencial del 2000, se trató de la incursión desbocada de la tecnopolítica.



Visitar a Francisco, jefe de la iglesia católica, es un acto inútil por donde se le vea si no está acompañado de una declaración pública conjunta. Todo queda resumido en la toma de fotos. Esto bajo el supuesto no sustentado de que los mexicanos votan con la profesión de fe por delante. La gente votará en la ilusión de conseguir una ventaja personal, en el mejor de los casos. De nada sirve que una se declare católica si es ostensible su conducta grosera. Tampoco sirve pasar la muleta afirmando que la mayoría del pueblo es católico. Es propaganda que sólo oculta la crisis de los creyentes en Jesús. Los censos podrán arrojar cifras sobre las preferencias religiosas, pero ignoran la disminución creciente de una vida religiosa plena, sin oportunismo. Los censos no registran la desevangelización, que es el contexto real frente a la deificación del dinero y la fetichización que acompaña al mercado. Así entonces, la visita al papa quedó neutralizada. Las cifras censales no alcanzan a mostrar la evidente pérdida de vida religiosa entre la población. Otro dato, el crimen y el delito pintan, más bien destiñen el colorido de la pluralidad religiosa. Lo llamo el fracaso moral de la sociedad y, desde esa condición, el fracaso de sucesivos gobiernos para someter de tajo a la delincuencia en sus distintas denominaciones. El proyecto de Constitución moral del actual gobierno fue desairado por la sociedad, por el mismo pueblo.

Inexistente en esta disputa política electoral es la reflexión sobre la violencia pese a los hechos que revelan cuantiosa evidencia todos los días. El tema se utiliza como arma arrojadiza de unos en contra de otros. Se le etiqueta bajo otro tema, el de la seguridad, que no es lo mismo. Por eso la seguridad termina encallada como un subtema de redistribución (AMLO) de uso de la fuerza (Calderón) o de mejorar leyes y organismos de justicia (PRI neoliberal). Los remedios se han quedado cortos, la violencia se ha vuelto endémica. La violencia del CO desasosiega a comunidades y regiones. Parte de este aturdimiento es también la violencia intrafamiliar, los acosos laboral y sexual. Al final de cada día son mecanismos de sometimiento que pueden llegar a la aniquilación, lo cual sume al país en un duelo inextinguible.

Para el caso, lo que subyace en la violencia del CO es una disputa por la riqueza, en su representación abstracta se le llama dinero. Para ejercer su violencia el capo y sus secuaces ocultan su identidad bajo un alias y no deja rastro domiciliario alguno. Adoptan el armamento y la indumentaria de los militares, aparentan ser devotos creyentes y, si se da la oportunidad, se enmascaran como empresarios, llegan a estar en la lista de FORBES. Es raro que quieran ponerse el disfraz del político, prefieren extorsionarlo o pactar. El doble es su salvoconducto, los criminales nunca pueden mostrar una vida de acuerdo con lo que son porque se inculparían irremediablemente.

Junto a esto hay una creciente normalización de la violencia, “así es la naturaleza humana”, dicen. Esta percepción se refuerza a través de videojuegos y series listas para instruir: ser violento es normal, preferible a ser agente de paz; tampoco ayuda la supuesta colaboración del vecino, los Estados Unidos. Por un lado, se queja de que México es el corredor del fentanilo que está matando a su gente, al tiempo, ininterrumpidamente siguen proveyendo de armamento al CO. Los políticos estadounidenses son incapaces de salir del círculo vicioso en el que están.

Sobre este desastre se podría construir el eje del debate de la contienda presidencial del 2024. Hasta ahora ningún candidato ha tomado en serio el problema de la violencia. Para solucionar el problema primero hay que comprender el fenómeno de la violencia.

Por extensión, nada extraño resulta que las candidatas y el candidato no se hayan pronunciado contra el genocidio de la población Palestina ejecutado por el Estado de Israel.

miércoles, 14 de febrero de 2024

Evangelios como estrategia

 “Aunque la lógica de la violencia tiene provisionalmente la última palabra, la lógica de la no violencia es superior, porque es capaz de comprender la otra lógica además de entenderse así misma -cosa que la lógica de la violencia no es capaz de hacer-. Puede suceder que la lógica de la no violencia esté a merced de la ilusión, pero existe y debe ser detectada y comprendida. Los comentaristas modernos no lo hacen, y atribuyen a los evangelios objetivos tan fútiles como los de la publicidad moderna o la propaganda política, porque ni siquiera sospechan la existencia de una lógica semejante.”

René Girard

El título contiene un oxímoron. Por un lado, los evangelios son una prédica moral que concibe el amor al prójimo como el medio ineludible para realizar la paz y poner fin a la violencia. Estrategia, por su parte, es una palabra afín con la jefatura de la guerra, que nos indica los modos de dirigir la violencia para alcanzar un objetivo militar. Paz y violencia se excluyen.

En la anterior entrega suscribí lo siguiente: el actual gobierno no ha presentado el estudio que sustente su estrategia de seguridad. En descargo, el presidente López Obrador ha sido claro en su postura de seguridad desde el inicio de su administración. Quien tenga oídos que escuche, quien tenga ojos que vea, AMLO hace suyos los evangelios en lo que se refiere a la violencia, a su eliminación. El amor y respeto al prójimo como remedio para la pacificación del país. En esa convicción, el Estado se abstiene en lo posible de atajar la violencia con violencia. El Estado no es generador de violencia. El cargo de realizar la paz está en la sociedad. Abrazos, no balazos es un llamado a los violentos, sean estos del crimen organizado o se encuentren en una relación parental si de violencia intrafamiliar se trata. Se apela a los escrúpulos morales que se suponen contenidos en la integridad de las personas.

La idea de AMLO sobre qué hacer para suprimir la violencia no es original, data de hace dos mil años y, si se quiere, está adulterada al contexto de su época. Por eso llamo la atención de lectores sobre una de mis lecturas en proceso, la cual arroja luz en un paralelismo forzado sobre el planteamiento del fundador de la 4T.

René Girard (1923-2015) dispuso el capítulo Lectura no sacrificial del texto evangélico*. Ese capítulo trata de un análisis estructural sobre la singularidad del Jesús histórico y su profecía del Reino de Dios en la Tierra. Jesús es el hombre requerido que “no debe nada a la violencia, que no piense según sus normas y que sea capaz de responderle a la violencia mientras permanece completamente ajeno a ella.” Por eso, “Para destruir toda violencia, basta con que los hombres decidan adoptar esta regla. Si todos los hombres ofrecieran la otra mejilla, ninguna mejilla sería golpeada. Pero para ello se necesita que cada uno por separado y todos juntos se consagren irrevocablemente a este propósito común.” Bajo el emplazamiento de la no violencia, “Jesús es la causa directa, pero involuntaria, de las divisiones y disensiones que su mensaje no puede evitar provocar, porque se enfrenta a una incomprensión cuasi universal. Pero todas sus acciones están orientadas a la no violencia,”



Es sabido lo que sucedió. Tras tener el Galileo un recibimiento jubiloso de parte de la población de la ciudad de Jerusalén, al correr de los días esa misma población exigió su crucifixión. Jesús fue ejecutado por mandato de la autoridad de sanedrín y por la mano de la autoridad romana, La historia de Occidente se partió en un antes y un después.

Lo que aquí pongo y no debe prestarse a confusiones, es claro y sencillo, López Obrador tiene una fuerte inspiración de los textos evangélicos. Hasta ahí.

Situados en el presente de nuestra sociedad, establecer la no violencia como hábito requiere retirar obstáculos y desconocimientos. El principal obstáculo es el sistema judicial de fiscalías y jueces que está podrido, no contribuye a la paz. Introspectivamente, desconocemos todo sobre los padres de aquel que jaló el gatillo o del otro que ha violentado mujeres. Las historias de vida de hijas e hijos desaparecidos se mantienen veladas. Tal vez por ahí se encuentren patrones detonantes de los mecanismos de la violencia.

Para un país que se identifica como católico o cristiano, es el caso de México, el talante evangélico del presidente es atendible e irrechazable. Para una izquierda como la mexicana, declaradamente antirreligiosa, aceptar la conducción de un evangélico ha sido insólito.  

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* GIRARD, RENÉ. Cosas ocultas desde la fundación del mundo. Ediciones Sígueme. Salamanca, 2022.

 

jueves, 8 de febrero de 2024

Qué será lo que pelean

Antes de que empiecen las campañas en marzo próximo, la contienda por la presidencia de la república tiene un centro de debate. Ése es Andrés Manuel López Obrador. La decisión electoral se dirime en una cuestión: estás con o en contra de él. Ante esa deliberación, candidaturas y partidos están aplanados, sin mayor relieve a excepción de lo grotesco o chusco de sus intervenciones. Están como en la casa del jabonero, el que no cae resbala. La figura es AMLO. El presidente lo sabe y se deleita con su proyecto de reformas a la Constitución. Proyecto que será el timón conductor de la 4T sobre las aguas electorales, dentro de la legalidad de su ejercicio y sin tocar o invadir la norma electoral.

En la mente de los ciudadanos está muy claro, lo amas o lo odias.

El apoyo obtenido por AMLO durante su mandato lo construyó sobre lo que todo economista bien dotado sabe: la hegemonía en el régimen capitalista se llama consumo. Eso lo entendió el presidente antes de llegar a detentar el poder ejecutivo. La serie de subvenciones a la población, el incremento a los salarios mínimos y la lucha por recuperar la soberanía energética han jugado del lado del consumo. Hubo economistas que pronosticaron el colapso económico para los inicios del actual sexenio y eso no ocurrió. En otro tiempo, hubo un presidente doctorado en economía por una universidad extranjera, Yale, y en menos de un mes se le cayó la economía -Ernesto Zedillo y el error de diciembre de 1994. Bueno, hay que reconocer que no se trata de una ciencia exacta. Lo cierto es que el apoyo que todavía mantiene López Obrador pesará en las próximas elecciones.



En el otro platillo de la balanza está la inseguridad, que en el correr de los días se muestra como el tema preferido de la oposición para degradar la gestión de AMLO. El gobernante se jacta de no ser represivo ante el fenómeno llamado crimen organizado, lo que no ha esclarecido es si esa jactancia ha dado lugar a un gobierno permisivo. Desde el inicio del actual gobierno se criticó la inexistencia de un estudio que justificara la guerra de Felipe Calderón contra la delincuencia organizada. Es de preguntarse, dónde está el estudio justificatorio de “abrazos no balazos” como estrategia de seguridad. Qué decir de los improvisados, un ingeniero civil a cargo de la seguridad o qué tal una periodista. La verdad es que en materia de seguridad la formación militar ha sido la base y poco se ha avanzado para modificar esa realidad. Qué tanto pesará la inseguridad en la decisión de junio, es de pronóstico reservado.

 

jueves, 1 de febrero de 2024

Primitivo

En esta ocasión me referiré al mecanismo sacrificial como medio de unidad y pacificación temporal en las sociedades modernas. Es una extrapolación, pues en sentido estricto el sacrificio opera con eficacia relativa en comunidades inmersas en la religión primitiva. Dos momentos tomaré, uno reciente y otro en la proximidad de cuatro décadas. El proceso de postulación de la candidatura de MORENA a la presidencia para este 2024 y la postulación de la candidatura del PRI en 1994, para reponer la postulación malograda tras el deceso del candidato original.

Como es sabido, el proceso del actual partido oficial fue colmado de irregularidades incongruentes con un movimiento proclamado moralista -no mentir, no robar, no traicionar. La desazón a su interior no fue menor, pero finalmente Marcelo Ebrard aceptó su sacrificio en aras de la unidad. Empero el movimiento quedó fisurado, Claudia Sheinbaum no alcanzó la legitimidad sin mácula al interior de su partido. Pero ha sido una serie de eventos posteriores, en los cuales la Doctora elevó la exigencia del sacrificio de líderes que la apoyaron y suponían una reciprocidad en sus aspiraciones (te echo porras para que me las eches a mi). Sin justificación suficiente, la acumulación de poder y la encuesta escribían una historia de éxito del partido sugerían otra cosa, Sheinbaum decidió pepenar cuadros del PRI y el PAN. Qué necesidad, cantaba el bardo. La insuficiencia de una explicación cicatrizante dejó al partido con heridas expuestas. Ante el tamaño de los sacrificios, ahora la candidata convoca a la unidad, que considerada en un sentido judaico es una solicitud de obediencia ¿Se le concederá?

Sin duda, la postulación de Ernesto Zedillo en 1994 para sustituir a Luis Donaldo Colosio, tiene más verosimilitud con el sacrificio. El asesinato del sonorense le aportó al candidato sustituto la unidad necesaria para sacar adelante la batalla por la presidencia. Considérese, Zedillo en tanto político mediocre y consumado tecnócrata, con una campaña deslucida y la paz amenazada por hechos de violencia como el apuntado, más que por la insurgencia zapatista, obtuvo una clara victoria sobre sus oponentes. Voto del miedo se le llamó. Una vez al frente del gobierno federal Zedillo hizo con el PRI lo que quiso y lo debilitó en los límites, contrariando al entonces poderoso Grupo Atlacomulco al nombrar un procurador de la república de extracción panista, lo que molestó al patriarca del grupo, Carlos Hank González. Además, se sirvió de la autoridad ambiental para encarcelar a su hijo, Jorge Hank Rhon. Más que construir un México democrático, el politécnico sentó las bases del bipartidismo a modo de la manipulación tecnocrática, en el que sus hijos predilectos se pudieran mover a gusto. Ello allanó el camino para el sacrificio del PRI en el año dos mil con el arribo de la “alternancia” y la consagración de la burocracia electoral.

El sacrificio que viene fortalecerá al partido hegemónico o renacerá el bipartidismo. Dentro de las sombras sin desterrar la luz supuesta de la democracia sigue en espera de su alumbramiento. 

lunes, 22 de enero de 2024

La derrota moral de la sociedad

La semana pasada terminó el cierre de precampañas, un eufemismo legal para referirse a la campaña permanente de todo político que se aprecie en el formato de la competencia democrática, aunque al pueblo no le gusta tanto trote. Con mucha pena y sin gloria, el entramado electoral, de autoridades y partidos queda a deber o cumplen con más de lo mismo. Ya se verá en la participación ciudadana por verificarse este año electoral. El partido oficial como un nuevo agregado de “ambiciosos vulgares”, no pudo solventar con decencia el proceso de selección de candidaturas a puestos de elección popular. El poder por el poder se impuso a una oficialidad esmerada en retener el poder. Parlantes militantes alegan la obligación de respetar los resultados de las encuestas, como si el proceso en sí fuera un modelo de respeto. El daño se lo propinó MORENA y sigue sin reconocerlo.

La oposición, sin presentar mejores credenciales, desde la coalición formada por el PRI, el PAN y el PRD, evitando emplastar un maquillaje ideológico atractivo, negaron sus orígenes y sólo quieren recuperar las ventajas personales extraídas de la posesión del poder. Sus propios liderazgos no lucen, tan es así que siguen siendo coordinados por un activista de intereses empresariales formado en la anti política, en el esquema de los años setenta, de la fundación de Consejo Coordinador Empresarial y asociaciones de empresarios agrícolas (En ese conservadurismo destacó Manuel J. Clouthier del Rincón, Maquío, antes de integrarse al PAN durante el proceso de neoliberalización de ese instituto). Oposición sin identidad ideológica, es natural que tenga desprendimientos de personajes en busca de acomodo político y se integren al partido oficial.


En este cuadro vale preguntarse si la constitución moral dio frutos destacables, si hay la manera creíble de demostrar una mejora ostensible de la moral de los políticos y de la sociedad. Se identificó correctamente la necesidad de la moralización de la vida pública y privada, una va con la otra ¿Se logró? Por tratarse de una propuesta de largo plazo es casi imposible. Para no abundar, pongamos en el centro el espectáculo orquestado por el crimen organizado. Independientemente de las estadísticas, la violencia homicida sigue siendo una lamentable muestra del vacío moral que sitúa al prójimo en calidad de nada. No se incluyen otros índices que irían en el mismo sentido de desastre moral. Si se considera el individualismo despreocupado de fortalecer vínculos morales, como lo ha hecho el presidente López Obrador, entonces la insignia destacada del estilo de vida neoliberal goza de cabal salud. Ni la familia, ni la escolarización, ni la religión, menos el poder político, han podido ni siquiera mitigar los efectos corrosivos de un estilo de vida centrado en la individualidad, característico de la economía de mercado. Lo que sí se pudo alcanzar fue la recuperación del modelo económico keynesiano caracterizado por la inversión pública en infraestructura, subvenciones sociales y un salario fortalecido.

Tener en cuenta, transformar el estilo de vida imperante llevará generaciones. Sin olvidar -sucede- el hecho de que la delincuencia fue un socio fundacional de la acumulación capitalista y ahora lo sigue siendo como socio oscuro.

jueves, 11 de enero de 2024

Caudillo o Patriarca

La vida del actual sexenio toma la cuenta de los meses. Juicios y vaticinios abundarán como un ejercicio ocioso de lo que fue el laboratorio de la 4T. El primer gobierno proclamado de izquierda bajo el liderazgo de Andrés Manuel López Obrador. Él ha dictado su jubilación política a partir de la conclusión de su mandato constitucional. Esta por verse si puede o lo dejan disfrutar de su ostracismo. El simple hecho de aceptar la caducidad de su vida política echa por los suelos la imagen de mesías construida desde la oposición. Pero el liderazgo adoptado tampoco tuvo la forma del caudillo, que se distingue por mostrar habilidades de fuerza o militares. AMLO ha presumido de atributos morales como el sello de su condición de líder. Esto es más parecido a los patriarcas veterotestamentarios, que tomaron a la moral junto con sus apremios, como la marca de líderes legítimos del pueblo.

No usar mi imagen, decía.

Pues bien, a esta caracterización autoimpuesta por el fundador de MORENA, la sucesión vio a descomponer las prendas morales, insuficientes para ir a la raíz de las causas. El aire de superioridad moral daba lugar a fustigar a “la mafia del poder”, la cual en el correr del primer año al mando del poder ejecutivo fue descrita con el término politológico de oligarquía. Para los propósitos de la transformación, los magnates de la oligarquía siguen ahí y no les ha ido mal. Ellos nada más tuvieron que desaprender los excesos protagónicos instruidos por la teoría del libre comercio. Muchos oligarcas, no todos, volvieron al redil de calladitos se ven más bonitos. Lo que había que decirle al poder político fue en corto y en palacio, como se hacia antes, en los tiempos del partido hegemónico; los arrestos morales también fueron insuficientes para reducir el individualismo extremo cultivado por el mercado. El imaginario neoliberal que pulsa los apetitos egoístas salió fortalecido. El pueblo bueno, la revolución de las conciencias, no alcanzaron para someter a los malosos, sobre todo si se toma los acontecimientos violentos de los últimos meses. Se podrá argumentar que son una minoría, pero es activa y muy dañina. Se ignoraron el proceso y los mecanismos de individuación que, con radicalidad moderna, están despreocupados de toda moralidad. Siguieron su arrollador curso con el agregado de las tecnologías de la información.

Volvamos al tema de la sucesión, de la construcción de la candidatura a la presidencia de la república del partido gobernante. No mentir, no robar, no traicionar, apotegma transgredido. El proceso, calificado en priísmo antiguo, fue desaseado. Dicho en tono de vieja oposición, fue un proceso fraudulento. Se mintieron, robaron y traicionaron. Lo que ha seguido a la postulación deja maltrecho el imperativo moral obradorista. Tal como quedaron las cosas, el liderazgo de la 4T pasó de manos del moralista a las de la científica. Su liderazgo se acomodará a la legitimidad del conocimiento, parecido a como lo hicieron los positivistas porfirianos, más recientemente los tecnócratas criollos acunados en el neoliberalismo.

Total, queda la sensación, la transformación fue como revisitar al Giuseppe Tomasi di Lampedusa.

 

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