lunes, 30 de julio de 2012

La primavera del espontaneísmo




Concluido el cerco de 24 horas a las instalaciones de Televisa Chapultepec del viernes 27 de julio, el movimiento #YoSoy132 concluye también su etapa espontánea eclosionada por un incidente de mala comunicación entre los estudiantes de la Universidad Iberoamericana y los dirigentes del PRI, durante un acto proselitista de Enrique Peña Nieto en mayo pasado.

Con los seis puntos consensados, a manera de manifiesto mínimo, se suben a la arena política reivindicando el poder popular de la asamblea de pueblos, colonias y barrios frente a su decepción de la democracia electoral, los partidos y demás instituciones electorales. No lo tienen que hacer explícito, su definición es de izquierda y eso está bien, aunque lo decidan instituyéndose como fuerza política extralegal, es decir, sin el ánimo de acogerse al esquema de organización política  reconocida dentro del COFIPE.

El sujeto revolucionario visible son los estudiantes, aunque no lo digan así. Tal vez guarden esa denominación para los electricistas del SME o los ejidatarios de San Salvador Atenco. O puede ser que se cubran con el manto ciudadano del que ha vivido la izquierda partidista desde que tiene existencia presupuestal. Eso del sujeto revolucionario ya no aplica para la revolución que no toma en cuenta la posición dentro del proceso de producción material, sino el dominio y uso de las redes sociales.

Hay que darle tiempo al tiempo, si finalmente #YoSoy132 quedan absorbidos dentro de una organización política formal, se alían con el Ejército Zapatista de Liberación Nacional que no quieren saber nada de partidos o coinciden con el movimiento de los familiares de las víctimas de la guerra de Calderón en contra del narcotráfico, el Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad, que se ha mantenido como una organización ciudadana de diálogo sin complacencias y por la reforma de las instituciones para una mejor procuración e impartición de justicia. O bien concluyen como una modalidad de cambio con éxito. Es cuestión de tiempo.

Por lo pronto la base del movimiento es estudiantil y tendrán que definirse en el cuerpo del debate educativo. Educación pública o privada, laica o confesional. Son diferencias que hasta ahora no han sido factor para su aglutinamiento. Su aglutinante ha sido Enrique Peña Nieto, aunque no lo mencionen en su manifiesto (Rafael Cardona dixit) si bien cada que salen a los medios para ser entrevistados se pronuncian en contra de la “imposición” de Peña Nieto, sin si quiera darnos un reporte como observadores electorales en las casillas. Si ese pronunciamiento tiene fundamento en las pesquisas obtenidas como observadores o proviene de una aversión previa hacia el candidato ganador.

No reparan en lo que han logrado y apuestan a ir por más, pues han sido afectados por la cultura de la ilegalidad que permea a nuestras élites, para quienes la ley sólo es aplicable a los pendejos. Por eso no quieren atenerse formulismos legales, la acción directa es método de lucha.

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