Radio y televisión siguen operando como en el pasado, están al servicio del poder. Se colige que avance tecnológico no significa precisamente mejor información para la ciudadanía. Lo que salva la situación es el recurso de otros medios para alcanzar mediana información sobre lo que realmente pasa en el país. No es el país que se quiere reflejar en la atosigante publicidad gubernamental. Es a través de medios, como la radio y la televisión, que se insiste en proporcionar información agradable, casi de ensueño. Por ejemplo, los cambios en el gabinete no ofrecen mayor indagación, es pura autocomplacencia: los que se van lo hicieron bien y a donde van seguirán haciéndolo bien. No se ofrece argumentación adicional que justifique a plenitud las mudanzas en el gabinete, tal vez subliminalmente se quiere dejar claro quién manda, quien truena los chicharrones. Autoritarismo sin reducciones. Cada cambio en el gabinete se presenta como un nuevo inicio, el de impulsar las reformas que México necesita. A dieciséis meses de dejar el gobierno y Felipe Calderón hace los mismos planteamientos. Será que los cinco años de gobierno son un redondo fracaso y se tiene que reiterar, por enésima vez, la convocatoria a realizar las reformas.
El tema de la calidad de la educación es uno de los pendientes de la actual administración. Los resultados de la prueba ENLACE concluyen que lejos de superarse, la enseñanza relacionada con el idioma español y las matemáticas siguen presentando fallas. Alonso Lujambio, que ahora si será funcionario de tiemplo completo, amenaza con elaborar un diagnóstico. Sí, un diagnóstico al cuarto para las doce del actual sexenio. Diagnóstico que de realizarse uno esperaría que fuera fiel y de consecuencias para la próxima administración federal.
Bien saben lo que sucede sobre este tema. El fracaso recurrente se debe a dos cosas, entre otras. La primera es distraer el potencial educativo del magisterio como fuerza política que hace las veces del fiel de la balanza en la disputa por el poder. No abundemos en el ya divulgado papel del SNTE en las elecciones presidenciales del 2006. Recordemos que en la administración en curso Josefina Vázquez Mota no logró meter a los profesores en el carril de la calidad educativa (aunque ese no fue el motivo de su salida al frente de la SEP) Propósito no logrado por quien ahora ordena el urgente diagnóstico; la otra cosa que limita el aprovechamiento de la educación básica es su precariedad frente al mundo dominado por la audiovisual y el entretenimiento. Las series, las telenovelas y los “reality shows” no dejan ningún aliciente para que la gente se afane en utilizar la riqueza del idioma español. Esto quiere decir que a la lectura y la escritura no se le ve mayor beneficio para abrirse paso en la vida, pues ser mal hablado no es inconveniente de peso para llegar a tener el encargo de altas responsabilidades, ni siquiera se exige el requisito de la ortografía. Así no se puede avanzar.
El siete de septiembre el presidente Calderón declaró: “Lo que atenta contra la seguridad, lo que atenta contra el interés nacional, lo que atenta contra la estabilidad del país, es la opacidad y sus hijas que son la corrupción y la impunidad…Me comprometo a hacer mi parte…Es nuestro deber como mexicanos que todos digamos un ¡Ya basta a la impunidad!” Estas mismísimas palabras fueron retomadas por un puñado de sonorenses para encabezar un desplegado dirigido al presidente, a la Corte y a la procuradora de la república. El objetivo, denunciar al gobernador de Sonora por su recurrente desprecio al marco legal vigente para concluir obras que operen el trasvase de aguas de la Cuenca del río Yaqui a la ciudad de Hermosillo. Por lo que aseguran los abajofirmantes, el señor Guillermo Padrés Elías es una clara expresión de impunidad digna de llamar la atención de las autoridades federales y judiciales, de la indignación proclamada por el mismo Calderón.
Sé que este es un caso para dirimir lo que con toda pompa autoritaria se remite a la distinción entra la “verdad real” y la “verdad legal”. Pero lo que hace relevante rescatar el desplegado no es hacer una confrontación de verdades, sino dar cuenta de que esta información no me fue proporcionada por la radio y la televisión. Fue un medio impreso que puso a prueba mis capacidades de lector. De otra manera ni me hubiera enterado. Pero leer y escribir es hoy en día estar en los márgenes de la sociedad.
Y todo el teatro que hemos visto y seguiremos viendo será para seguir esquilmando a la población ¿Acaso hay de otra?
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