miércoles, 14 de septiembre de 2011

Elogio al Führer

 

En los gobiernos del PRI existía un oficio ineludible para toda aquella persona que quería hacer carrera política. Ese oficio era el de “jilguero”, cuya actuación consistía en hacer alabanza del presidente en turno y su gobierno. El momento más codiciado y elaborado para desempeñarse ocurría durante el informe presidencial, específicamente durante la respuesta del legislador afortunado con la alta responsabilidad de contestar el informe presidencial. Si bien la fiesta presidencial del primero de septiembre ha quedado abolida por el legislativo, el oficio de jilguero ha sobrevivido al embate de la “transición democrática”.


Es una pena que una efeméride nacional como lo es la gesta heroica de los Niños Héroes de Chapultepec haya sido utilizada para revivir el “jilguerismo”. El martes 13 de septiembre le tocó el penoso encargo a la Sargento Evelyn Zárate Blanco. Quien le puso en su boca a la cadete elogios tan desbordados,  de plano ignoró que esos discursos ya no caben en el México del siglo XXI.

“Como lo expresara recientemente nuestro Comandante Supremo, México es mucho más que noticias de violencia” Pero son muchas las noticias sobre la violencia.
“Recordemos en todo momento que hay más de 100 millones de verdaderos compatriotas, auténticos y bragados…” Una manera de referirse al sexo expuesto. Que revisen la RAE.

“Más de 100 millones de optimistas que son el ejemplo del ahínco nacional.” Es razón suficiente para linchar a los pesimistas.

“Apuntalemos la futura gentilicia incrustada en la arqueología de nuestras culturas, en la policromía de las montañas, valles, cielos y mares;” En el ejército también se fuma mota.

“Creemos en la honradez, en la integridad, en el compañerismo solidario y a toda prueba, en la historia y en el imaginario colectivo.” Y estamos seguros que la corrupción es una actividad selectiva de los calderonistas.

“Basta de endémicas aflicciones. Basta de aquellas penas o quejas que sólo generan parálisis anímica. Nada nos amedrenta. Ni la estridencia, ni los vientos tempestuosos. Tampoco las viscosas miasmas.” Sólo la popó del hijo propio.
 

¿Quién le puso esas palabras en la boca a la candente? ¿Por qué no se mencionó la invasión norteamericana de 1847 que dio lugar a la conmemoración de la gesta heroica? ¿Qué necesidad hay de hacer refrito del mensaje oficial sobre los mexicanos buenos y los malos?


Es claro que quien haya sido el redactor del discurso no quiso dejar inscritos hechos terribles. La muerte de más de cincuenta mil mexicanos que lleva acumulados la guerra del Comandante Supremo. Los miles de desaparecidos y la endémica violación a los derechos humanos. Sin confortar, ni pedir perdón a las familias afectadas por la violencia, por la baja calidad de la educación, por el desempleo. 
 

El redactor contó con la aceptación del secretario de la Defensa y de Los Pinos, pincelando un México en guerra consigo mismo, dividido en dos bandos: los optimistas y los pesimistas. Ésa es la verdad oficial que nos quieren vender a cambio de no conocer la verdad real.

¿Estás de acuerdo?


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