martes, 29 de mayo de 2018

Labrando la derrota

“Pero nunca se ha metido en el pellejo de nadie… ¿Ponerse en el lugar de alguien? ¡Ni le cabe en la cabeza a qué puede conducir eso!”
Éric Vuillard

Gerardo Ruiz Esparza puede ser el subordinado ideal de todo dictador. El funcionario que cumple órdenes así tenga que pasar por donde tenga que pasar. Para Enrique Peña Nieto, el mencionado ha sido una persona insustituible para realizar los proyectos de infraestructura, primero en el gobierno del Estado de México y ahora desde el gobierno federal. Amén de las obras, en demérito de su calidad y sustentabilidad, lo básico ha sido hacer buenos negocios con las constructoras, primero con HIGA y OHL, ahora con CARSO. El servicio público es lo de menos y Ruiz Esparza lo demostró excelentemente con la construcción del paso exprés de Cuernavaca. Recién inaugurada la obra dio a luz a un socavón que condenó a muerte a los tripulantes de un automóvil, padre e hijo.

Siempre hay oportunidad de hacer ostensible el desprecio por la función pública, desgraciadamente. Algo así como la contra misión de la misión de una institución. El viernes 25 de mayo, entrada la madrugada, se dio un percance en la autopista México-Cuernavaca, en los carriles que llevan a la ciudad de México. Una pipa de gas y un doble remolque, para variar, se colisionan y entra en proceso la emergencia. Por más de doce horas estuvo interrumpido el acceso a la autopista. Pese a lo tempranero del suceso, no se vio plan de contingencia para el desahogo vehicular. Pasaba la una de la tarde y Viaducto Tlalpan atascado, en las mismas condiciones la Calzada de Tlalpan desde Huipulco. Encender el radio para obtener información oficial valiosa fue inútil. La sensatez de los conductores evitó una tragedia.


En eso de ir cambiando de estación radial, los noticiarios informaban de un evento sobre protección civil presidido por el presidente Peña Nieto en Acapulco. ¡Qué ironía! y decepción, para el automovilista, claro está. La nota informativa trató de la apología del propio Peña a su sexenio. Luego se preguntan por qué se precipitó por los suelos la imagen del presidente. De eso tendrá que tomar nota José Antonio Meade, pues como en las elecciones del 2012, se está formando una masa de votos en contra del gobierno, como le ocurrió al gobierno de Felipe Calderón.

Siguiendo en el atasco carretero, una noticia descollaba y prodigaba comentario de quienes editorializan en la radio. La fiscalía de Guerrero anunciaba la reactivación de cinco procedimientos en contra de Nestora Salgado. La acusación hecha por Meade Kuribreña en el segundo debate en contra Nestora, le dio su primer spin noticioso al candidato no priísta. Prestigiados periodistas se engancharon a los dichos de Meade. Y como por efecto dominó, una institución respondió a la acusación planteada en el debate. No pasaron ocho días y el reclamo de justicia fue atendido. Se ignora quién aconsejó a Meade dar ese golpe. Él ha participado en los dos gobiernos que tienen sumados en sus registros la comisión de más de 200 mil homicidios dolosos y más de treinta mil desapariciones. Acaso no asiste igualmente un parejo reclamo de justicia ¿Qué ha dicho el candidato? Justicia selectiva no es justicia. El déficit judiciario que deja la administración de Peña juega en contra del candidato del PRI. Una causa más que va formando el voto en contra del gobierno.


Así se va labrando una derrota cuando se cargan cadáveres.

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