Aunque narrar la catástrofe se ha
vuelto un lugar común, hemos aprendido a no asustarnos con el petate del
muerto, lo que tampoco nos alivia de los males secularmente denunciados, que
son inspiración y origen del ánimo quejoso. Cargando a perpetuidad taras
sociales estructuradas sin solución de reforma estructural. Nada es definitivo
en este intercambio de máscaras.
Recién afirmaba la faz rural del
movimiento magisterial que apareció en la Mixteca oaxaqueña, el domingo negro
de Nochixtlán, con sus muertos y heridos. Este miércoles 22 de junio, la
movilización de profesores en Guadalajara, Mexicali, Monterrey, entre otros
lugares hasta entonces distantes de la movilización, enmienda la caracterización
rural aquí sugerida. El movimiento de los profesores está en posibilidad de
convertirse en nacional, trascendiendo la región sureña. Contradiciendo así las
consideraciones de la SEP que habla de un movimiento “minoritario” y
focalizado. Un secretario de educación que adopta el mismo discurso de quien lo
azuzó, la cúpula empresarial.
Y es ésta cúpula la que opera una
audaz inversión de valores, dueña de los medios y patrocinadora de los “auténticos
representantes” de la sociedad civil (Hay que aclararlo, son muchos los que se
autodenominan representantes de la sociedad civil, pero sólo a pocos la alta
sociedad les concede la patente de “auténticos”) Ignorantes, revuelven el esquema
de la Revolución francesa denunciando minorías privilegiadas para descalificar
a los maestros. Dicho esto cuando las cúpulas son la minoría de minorías, los
más privilegiados ¡Obscenos!
Ésas cúpulas que se han hecho de
la hegemonía suficiente como para hacer recular al gobierno en su propuesta de
ley para llevar a la báscula a los empresarios dentro del nonato sistema
nacional anticorrupción, soslayando los cimientos de un efectivo sistema de
marras pues tendría que comenzar por devolverse lo robado a recaudo de la triada
político-funcionario-empresario. La cúspide de la corrupción.
El gobierno de Peña Nieto no es
el primero que se entrega con descaro al capricho de los empresarios, la
consideración debería ser cuál no. Como la lista es larga y el espacio acostumbrado
tiene límites, mencionaré dos de la lista de gobiernos entregados al servicio
de los empresarios:
El de Miguel Alemán Valdés
(1946-1952) quien sentó la bases de la moderna corrupción a través de
concesiones y licitaciones a modo; el de Vicente Fox Quesada (2000-2006) quien
de la mano de Francisco Gil Díaz aprendió a robar de manera “legal”, es decir,
sin dejar pruebas del atraco.
Por eso la obsequiosidad de Peña,
su consejero jurídico y Emilio Gamboa Patrón. No estamos en China para levantar
paredones, tampoco hacemos caso de El Corán. Líbrenos Señor, cuántos mancos
hubiera. Entonces dale pa’tras porque aquí los únicos honrados son los
empresarios y no hay que dejar en la ley sospecha alguna de sus tratos corruptos.
Para cerrar, sin estar ajeno a lo
tratado. La renuncia de Manlio Fabio Beltrones a la presidencia del PRI es el
cierre o puede ser el desalojo del poder de los políticos tradicionales. La
tecnocracia les ha ganado la partida, los ha superado demostrando que para ser
corruptos sin mácula hay que disponer del esoterismo técnico. Aprovechar el
servicio público para hacer negocios privados. Y que siga la fiesta.
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