Lo que se espera y lo que sucede
no siempre coinciden, aun así, la voluntad no se arredra ante los resultados
adversos y abrimos ventanas a la esperanza, como lo hacen todos los niños que
creen en la epifanía de los reyes Magos.
El motor externo
Ya estamos embarcados en el año
2016, expectantes para lo que pueda ocurrir en el ámbito del desarrollo económico,
esquivo en los tiempos de la dirección correcta adoptada por las élites
mexicanas. Acaso es suficiente tener un orden jurídico en aptitud de facilitar
el libre juego del comercio para alcanzar la prosperidad, al margen de la
seguridad y la plena vigencia de los derechos humanos, sobre todo para aquellos
países que fundan su riqueza en la depreciación de la mano de obra y el remate
de sus recursos naturales como es el caso de México.
Puede suceder la emergencia de un
motor externo, impulsor de la economía nacional. Ha sido el caso de la guerra
cuando confronta a las grandes potencias, como lo fue la II Guerra Mundial y la
Guerra de Corea. Entonces, como por arte de magia, la economía adquirió un
dinamismo tan deslumbrante que para la posteridad se le llamó el milagro
mexicano. Esta posibilidad insinúa una nueva edición por el eventual
escalamiento del conflicto en el Medio Oriente a raíz del surgimiento del
Estado Islámico sobre porciones del territorio de Irak y Siria, también por la
reciente ruptura de relaciones entre Arabia Saudita e Irán. Una catástrofe
bélica promotora de nuestra prosperidad me parece aberrante.
La visita de Francisco I
En febrero de este año, el jefe
de la Iglesia Católica llegará a México en visita oficial, todo un personaje
con el potencial de mover el corazón a millones de mexicanos. Jorge Bergoglio
tiene un desafío difícil si llega en la disposición de resolver causas
sociales, el entorno mundial no es el mejor, ni con mucho para repetir el éxito
de Juan Pablo II, uno de los líderes de la derechización del planeta. No parece
ser la mejor coyuntura para el actual Papa, su arribo a un país donde la
iglesia no se encuentra en su mejor momento y sí de bajo perfil. Un país que
carece de poderosas organizaciones de izquierda, a veces plegadas hacia la
corrupción.
La jerarquía eclesiástica ya ha
solicitado donaciones para sufragar el millonario gasto de la visita de tan
distinguido visitante. Es predecible que entre los donadores de peso se
encuentren los Azcárraga, los Bailleres, Salinas Pliego, Servitje y Slim, entre
otros. También el gobierno federal y los locales beneficiados con la presencia
del visitante pondrán su óbolo. Hay capacidades para descafeinar el mensaje evangélico
de Francisco I.
Ominosa tentación
El año pasado concluyó con dos
eventos sobre seguridad, la reunión del Consejo Nacional de Seguridad y el
festejo de la Policía Federal. Se proclamaron avances en la materia y se
encomio la victimización de la fuerza pública. Acaso se está preparando el
regreso del discurso heroico de la guerra en contra del crimen que se desdeñó
al principio de la actual administración ¿Ése será el curso del relato de la
segunda parte del sexenio?
El año 2016 inició con el
asesinato de una alcaldesa recién en funciones, ocurrido el sábado 2 de enero,
en Temixco, Morelos. Gisela Mota cayó abatida en medio de la disputa de dos
cárteles de la región sur, “Guerreros Unidos” y “Los Rojos”. Los dos grupos
delincuenciales incriminados en la terrible noche de Iguala de septiembre de
2014, el hecho que dio origen a la desaparición de los 43 normalistas de
Ayotzinapa.
Por favor no se hagan bolas, no
se adulen con las cifras y limiten el autohomenaje, eviten la tentación del
cuento de la Guerra contra los narcos. Si una lección quedó bien aprendida es
aquella que instruye procurar la seguridad pública de la mano del imperio de
los derechos humanos y un efectivo desarrollo social.
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