Voceros oficiosos afirmaban: la
reforma educativa anda. Fruncí el ceño y me dije: la reforma está pandeada*. La realidad resultó peor con sus ganas de contradecir. El viernes 29 de
mayo se anunció la suspensión indefinida de la evaluación de los profesores de
educación básica, por parte de la SEP. El coro de los esclarecidos y la cúpula
empresarial, por esa decisión, están molestos, enojados, con el hígado
destemplado. Ahora dicen que la medida suspensoria acaba con la reforma y puede
que con todas las reformas. Un solo movimiento táctico del gobierno los
enloqueció. Se emplazó al Presidente, se pidió la renuncia del secretario de
educación. Los esclarecidos gritaron: esto no puede ser, o es un suicidio o un
disparo en la sien. El Consejo Coordinador Empresarial, Mexicanos Primeros,
acusan de chantajistas a los profesores de la CNTE. Quién lo diría, éstos
caballeros, profesionales del chantaje, se quejan del chantaje de los
sindicalistas. Bueno, también entre los chantajistas hay clases sociales.
Sorprende que los esclarecidos
cierren los ojos, nublen su vista ante el núcleo político del problema y éste
va así:
Érase un país que hizo una
revolución y de los profesores hizo misioneros.
Con el tiempo, el supremo
gobierno decretó socialistas a los profesores.
Nuevos vientos llegaron y el
decreto fue abolido, vuelvan los profesores a su condición de apóstoles de la
educación.
Vino otro cambio climático y la
consigna se modificó, el supremo gobierno consintió el ofició de los profesores
a cambio de convertirlos en promotores del voto para el partido en el poder.
Con el tiempo, los profesores se
dieron cuenta del juego y su rentabilidad. Se dividieron en un ala negociadora
(SNTE) y otra radical (CNTE). Si quieren votos que les cueste.
Llegó la salida de la
descentralización, que los gobernadores se hagan cargo y así se establecerá
otro interesado.
Después, una profesora visionaria
se percató del negociazo. Y qué tal si sólo damos votos, la educación puede
esperar. Fox y Calderón dijeron, ta’güeno.
Tan, tan.
Dicho lo cual, hay que enfocarse
en la naturaleza del conflicto, es de índole política, no educativa. El
gobierno unilateralmente rompió el pacto y los profesores del Pacífico-Sur han
reaccionado. Lógicamente es entendible, romper un pacto tiene consecuencias, no
siempre tan directas como las de la actual coyuntura. Cuando el Estado dio por
terminado el pacto estatuido con los campesinos para concluir el reparto
agrario (1991) todo pareció quedar en los mejores términos. Pero qué pasó después.
El comisariado ejidal perdió autoridad, el promotor agrario desapareció, la
liga de comunidades agrarias se mantuvo como una agencia de extracción de
recursos fiscales. Ante el vacío, el crimen organizado ocupó el espacio. Ahora
nos quejamos de la inseguridad.
Está el caso de la
nacionalización bancaria (1982) Los empresarios se sintieron traicionados y
desde la cúpula de cúpulas revirtieron la decisión ¿Cómo le hicieron?
Recurrieron al chantaje de la desinversión o fuga de capitales.
Espero que se haya entendido la
dimensión política del conflicto magisterial, irreductible, en un buen análisis,
a la lucha entre los buenos y los malos. No es casual que las instalaciones del
INE sean objetivo de la violencia magisterial, a fin de cuentas, los profesores
han sido parte del sistema electoral.
En su parábola escénica, EL ALMA BUENA DE SEZUÁN, Bertolt Brecht
plantea la dificultad de hacer el bien frente a las acechanzas del interés
egoísta. Hacer el bien no es fácil, ser bueno resulta caro. Por eso la pieza
concluye en la angustia de la protagonista –Shen Te, la cual se desdobla en su primo Shui Ta- ante la incertidumbre de
la justicia. Por lo cual, el dramaturgo alemán propone un epílogo, un actor se
dirige al público a la manera de lo que sería una disculpa:
“Público amable, que no haya
disgusto;
Sabemos muy bien que el fin no es
muy justo.
Quisimos mostrar la antigua
leyenda
Pero ha terminado de forma
tremenda.
Estamos muy tristes y muy
afectados
Echamos telón y ahí quedan
colgados.
Tal vez, por lo menos se habrán
divertido
Al fin y a la postre, para eso
han venido.
Y ahora, otra vez la rutina:
Si no nos aplauden, vamos a la
ruina.
Acaso por miedo no lo hicimos
bien.
Así ocurre a veces. ¿Ahora
También?
Y es que no hay salida, ni aún
con dinero.
¿Será el hombre nuevo? ¿Será el
mundo entero?
¿Tal vez otros dioses? ¿Puede que
ninguno?
Estamos hundidos, uno a uno.
Ya no hay más salida que
reflexionar.
Piensen por sí mismos, que de
algo hay que hablar.
¿Cómo se podría, sin que pasen
pena
Ayudar ahora a aquella alma
buena?
Público amable, no te sientas
mal.
Tienes que encontrarlo: ¡Hay un
buen final!”
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* http://tonalpohualli-rodmigster.blogspot.mx/2015/05/una-reforma-bien-pandeada.html
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