“Cerremos filas en
servicio de México, pero apoyando a nuestro presidente. Creo que el
empresariado es una fuerza política y, por lo tanto, debe respaldar
abiertamente al Presidente, que en estos momentos está en una situación
delicada y muy triste, por las razones que todos conocemos”
Lorenzo Servitje Sendra
(La Jornada 28-01-2015)
La declaración arriba citada en
este momento puede ser apreciada como el llamado empresarial a conducir la nave
del Estado por las vías de hecho. Si el presidente Enrique Peña Nieto no puede
hay que ayudarlo. Eso sí, se le exige como contraprestación dar más facilidades
a los inversionistas.
Traigo a cuento esta declaración
por sucesos relacionables con esta hipótesis de la sedición empresarial que subyacen en las palabras de Servitje.
La semana pasada renunció Jesús
Murillo Karam a la PGR para hacerse cargo del despacho de la SEDATU. No hay
hasta ahora, explicación de índole profesional o técnica para efectos de dicho
movimiento. Lo efectivo es que se partió la dupla Miguel Ángel Osorio
Chong-Murillo Karam, el pilar político sobre el que descansaba el Presidente
(También renunció David López como jefe de comunicación social de Los Pinos,
pero es otro caso: el fracaso de la comunicación presidencial ante los hechos
desgraciados de Iguala por todos conocidos)
Quién viene al relevo del
hidalguense: Arely Gómez González Blanco. Senadora (ahora con licencia) con
trayectoria administrativa en el Poder Judicial y de notoria identificación con
los intereses del empresariado en general. Esta propuesta presidencial embona
con la que el mismo Peña Nieto hizo respecto a Eduardo Medina Mora como
prospecto a ministro de la Suprema Corte. Medina Mora ha sido un funcionario al
servicio de administraciones federales panistas, también con una fuerte
identidad empresarial. Aquí lo inaceptable es que Medina Mora fue el
responsable del fallido michoacanazo en tiempos de Calderón. Por ese simple
hecho no tiene calidad para ingresar a la Corte en calidad de ministro.
Obvio es que los empresarios, la
cúpula, no han contrariado las propuestas presidenciales ¿Se tratará de las
facilidades a las que se refería el fundador de la empresa Bimbo? Realmente es
una maravilla el que los empresarios tengan a la PGR de su lado para garantizar
inmunidad (Oceanografía, Higa, etc.); maravilla II, tener en la Corte un
ministro que los defienda ante cualquier amago de revocación de las reformas
estructurales. Mejor imposible. Y la cereza del pastel se les obsequiará cuando
se modifique la única reforma a la que se opusieron: la hacendaria. Entonces ya
no verían con malos ojos la candidatura de Luis Videgaray a la presidencia.
Este curso en desarrollo dejará a
Peña Nieto disminuido en los poderes que ostenta, pues ya no se debería al
mandato popular, de facto quedaría acotado por el mandato empresarial. Una
crisis constitucional que no quiere decir su nombre. Mal mensaje en un año
electoral pues le dice al ciudadano que su voto no sirve pues el poder
constitucional se gestiona de otra manera.
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Roi méhaigné (Rey tullido,
herido, lesionado, lisiado) es una figura legendaria de la edad media que
Georges Bataille evoca en su ensayo sobre Albert Camus, El tiempo de la rebelión, para mostrarnos las posibilidades de un
gobernante disminuido: “Pero llega a suceder con frecuencia que el rey debe
pagar sus privilegios divinos con su ejecución ritual, e incluso que la
dignidad real acabe convirtiéndose más o menos en una carga temible”.
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