Todo el mundo está pendiente del
mundial de futbol en Brasil. Muy pocos estarán pendientes del proceso de
legislación reglamentaria en materia energética y de telecomunicaciones. Mucho
menos la gente tendrá en su foco el movimiento 5 de junio de la Guardería ABC.
He seguido el movimiento a través
de los medios, en las redes sociales. He visto con mis ojos la bodega que fue
habilitada como guardería. Asistí a la marcha “fashion” del año pasado y fui a
la inauguración del mural en Copilco. El movimiento no me ha sido indiferente.
Por tal motivo hago una reflexión del estado actual del malestar ABC, dónde
está el canal del procedimiento judicial que abrieron los padres; dónde el
canal político, el de la movilización y la difusión de la causa que busca
justicia.
Del primer punto me apoyo en la
exposición del abogado que lleva la causa, Lorenzo Ramos. Él informa, sin dar
pie a falso optimismo, sobre la pésima averiguación previa del Ministerio
Público de Sonora en los tiempos de Eduardo Bours. Y en esa ruta los inculpados
tienen grandes probabilidades de quedar absueltos. De aquí me permito señalar
como uno de los principales responsables de la violación de derechos al
mencionado Bours.
También considero la ponencia del
Ministro Arturo Zaldívar, respaldada por un buen número de sus colegas, donde
se esclarece la condición de desorden en la Guardería ABC de Hermosillo, antes
y en el momento en el que ocurrió el incendio que segó la vida de 49 niños. De
ahí se desprende la responsabilidad en la violación de derechos de manera perfilada
en el entonces director general de IMSS, Juan Molinar Horcasitas.
Cómo va el proceso, la absolución
de inculpados es muy probable. Según el citado Lorenzo Ramos, una vez agotada
todas las instancias judiciales en México, sólo entonces se podría pensar en
recurrir a una instancia internacional que hiciera efectiva la demanda de justicia encarecida en México.
La demanda de los padres promotores del litigio.
Decir esto no es agradable porque
los padres exigen justicia pronta y expedita.
Entonces tenemos el otro carril,
el de la movilización, de las redes sociales, que apremia la intervención de
actores políticos, de manera específica al presidente Enrique Peña Nieto a
través del “Haschtag” #PeñaAtiendeABC. Quiéralo o no ya es un carril político
en el cual dolientes padres no se imaginaron jugar, hasta que la fatalidad del
destino los hizo activistas.
Cuando uno revisa la consigna
#PeñaAtiendeABC se hace la pregunta ¿Qué se quiere decir por atiende? No los ha atendido, acaso. Es una conclusión
engañosa, de auto engaño. Déjenme decirles que el gobierno tiene una lupa sobre
el movimiento. Mientras la resolución esté en el carril judicial la actuación
del gobierno no puede ser irreflexiva ante la operación de otro poder del
Estado.
A lo mejor los dolientes padres
apelan a los poderes taumatúrgicos que se le suponen al presidente de la
república, a lo que los expertos constitucionalistas llaman facultades “metaconstitucionales”,
para decirlo en otras palabras, demandan el manotazo autoritario y justiciero.
Es cosa del pasado o muy difícil de realizar en el presente. Creo que el
movimiento 5 de junio debería precisar en qué término o resquicio
institucional, resorte de la presidencia, se puede activar para conseguir la
justicia demandada. Consultando siempre a su abogado para que el proceso judicial no se
colisione con la movilización.
Políticamente, a como están las
cosas, mi humilde propuesta para el movimiento 5 de junio es buscar la
definición de un interlocutor gubernamental que, sin interferir el proceso
judicial, vaya construyendo la confianza y el camino para realizar un acto
ejemplar de justicia.
Qué significa establecer la
interlocución. En primer lugar mirarse a los ojos (Levinas) con respeto y
confianza. Explorar conjuntamente las posibilidades legales de llegar a la realización de la
justicia. Acordar una ruta y armarse de paciencia. En esos términos el
movimiento 5 de junio se abre una cancha de acción y se da la oportunidad de
salir de la oscuridad que produce el dolor.
"Esa desesperante esperanza es la que nos sostiene en los momentos difíciles" afirmaba Albert Camus en los tiempos en los que Francia estaba invadida por Alemania en la Segunda Guerra Mundial.
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