En el anterior artículo fui
beneficiario de una crítica amable. Has escrito un texto incompleto, me
dijeron. Amparado subrepticiamente por Umberto Eco contesté: los textos son
abiertos para que los concluya el lector. Contesté a medias Desde hace más de
un mes estuve esperando un paquete de libros, recién fui avisado de su llegada
y los fui a recoger a la oficina postal. Uno de esos libros es la Teoría del partisano, de Carl Schmitt
(Ya sé que fue un nazi, un intelectual orgánico del franquismo, pero lo más importante, es
un jurista de pulido razonamiento que vale la pena visitar si realmente se está
convencido de lo dañino del pensamiento único)
Expuesto este regodeo vamos a lo
bueno. La espera valió la pena y hasta cierto punto fue compensada como para
volver al tema de las autodefensas en Michoacán. Una primera aportación del
ensayo mencionado, y la más importante, es de orden metodológico expositivo: “mantener
las nociones y llamar a las cosas por su nombre” Es una prioridad de claridad
para no confundir el camello con el elefante.
Según esta teoría (la del
partisano que para mayor entendimiento llamaremos guerrillero o profesional de
la subversión) las características que incorpora son las siguientes: 1) estos
contingentes armados se constituyen en un ejército irregular, sin mediación
hacia legalidad. Son sin uniforme. Rasgo evidente en las autodefensas; 2) no
están en un punto fijo, tienen movilidad y son flexibles, no representan un
blanco fijo. También es un rasgo de las autodefensas; 3) tienen compromiso o
proyecto político alternativo, el cual no es el caso de las autodefensas, al
menos no lo han evidenciado; 4) apego a la tierra, Schmitt los llama telúricos.
Corresponde al patrón de las autodefensas. Lo señalado me indica, por las
semejanzas y la diferencia que no estamos ante un fenómeno guerrillero.
Entonces, ante qué estamos.
Sigamos descartando. Hasta ahora, la motivación de las autodefensas no ha sido
la obtención de riqueza por medios violentos e ilegales, como es el caso del
crimen organizado.
Falta incluir, de acuerdo a la
teoría consultada, en el marco del desorden michoacano y de otras partes del
país, el papel del tercero interesado: Estados Unidos. Por qué hasta ahora y
desde el infausto gobierno federal de Felipe Calderón el armamento procedente del
Norte ha mantenido el estado de guerra informal.
Contando con estos elementos, qué
es lo que ha hecho emerger a las fuerzas
de autodefensa. La respuesta es desagradable: se trata de pueblos y comunidades
que no han tenido la protección del derecho, del Estado. Así lo siente la
población y en función de la desprotección deciden organizar un ejército
irregular para defender su territorio. El autor multicitado teoriza este punto recordándonos
la trama de la novela Michael Kohlhass,
de Von Kleist, donde la orfandad jurídica impulsa al héroe a tomar justicia por
su propia mano.
Concediendo de que no se trata de
una guerrilla, ni de crimen organizado. La realidad desagradable es un Estado,
evitemos la expresión fallido para no agraviar, que desde años, lustros atrás
no ha estado a la altura de las exigencias de los cambios reformadores que él
mismo ha venido produciendo. Sé que desagrada involucrar al conjunto del
proceso reformador en la condición de agente de la desprotección, sobre todo
cuando se quiere liberar de toda mácula a las reformas, como si fueran dogmas
de la iglesia.
Tomemos el caso de las sucesivas
reformas políticas. Se puede convenir que ahora el voto cuenta y se cuenta. Lo
que no se menciona es una consecuencia no deseada, el voto surte un efecto de
blindaje a favor de la clase política que la hace más proclive a la impunidad.
Parapetados en el voto los políticos se sienten más impunes.
El caso de las reformas que han
fortalecido los derechos de propiedad. Muy bien, pero non han promovido la
democratización de la riqueza. Por el contrario, ésta se concentra cada vez más
ahondando las desigualdades.
Considerando el resultado inocultable,
mucho menos trivializar, se reproducen problemas estructurados durante décadas
que las reformas estructurales no pueden o no se proponen resolver: la
corrupción y la pobreza. Un círculo vicioso que afecta la calidad de la
democracia y del mercado.
Para concluir. Desde el gobierno
actual no perciben el efecto nocivo de la simplificación. Este día, los
lectores de la prensa escrita apreciamos el poco interés que despertó el anuncio de que
tres millones de mexicanos fueron beneficiarios de la cruzada contra el hambre.
No se trata de una información menor o irrelevante. El caso es que cuando uno
quiere digerir la información nos topamos con la cifra alegre de que la meta
son 7 millones. No se informa, cuántos, de inicio quedaran fuera del programa.
Tampoco es una información menor.
Entiendo que la publicidad enfoca
un mensaje y desperdicia mucha información acogiéndose a la retórica metonímica
(la parte representa el todo) Es relevante que el logro alcanzado se robustezca
informando que se realizó con 0 corrupción, pero no se dice. Es inquietante que
no se informe sobre cuántos ejidos, comunidades y verdaderas pequeñas
propiedades contribuyeron a resarcir parcialmente el déficit alimenticio. Cacarear
el efecto multiplicador del programa o el mérito habrá que endosarlo a la
agricultura trasnacional.
Esos vacíos de información son
los que hay que llenar, no supuestos vacíos de poder.
1 comentario:
En mi visión "simplificante", Estados Unidos sería el primer interesado... ;-)
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