Esa manera de ofrecer noticias,
portadora de la indignación de la “buena”. A falta de explicaciones promueven
el linchamiento. Ese estilo histérico de desinformar.
Es preferible que el periodista
reconozca “Esto está muy enredado” (Martha Anaya) Así como se aprecia el
esfuerzo periodístico de dar voz a algunas de las partes (La mañana de hoy con
Carmen Aristegui) O dar rienda suelta a la narrativa del conflicto desde uno de
sus orígenes (Carlos Ramírez)
¡Oh paradoja! Los medios
liberados de la tutela del gobierno regresan a las técnicas del linchamiento de
otras épocas. Acaso los grandes consorcios de la comunicación les conviene esa
forma de informar. Sus intereses los hace iguales.
Hagamos el despeje, dicho sin
alusión.
El núcleo formal del diferendo es
una reforma educativa lanzada por el gobierno que no previó la consulta a los
maestros.
El núcleo real es la ruptura de
un arreglo en el que el gobierno en turno solicitaba apoyo político al gremio a
costa de la calidad educativa. Arreglo que llegó a la ignominia con Vicente Fox
y Felipe Calderón. No olvidemos que éste último se ganó a pulso el calificativo
de ilegítimo por el trasiego de votos (2006) que operó a su favor Elba Esther
Gordillo. Sabemos dónde está ahora la señora.
Entonces llega a mi auxilio el
olvidado cuestionamiento reyesheroliano sin resolver ¿Los sindicatos están
hechos para la lucha económica o la lucha política? Consultar a Lenin, por lo menos.
Uno quiere entender qué está
pasando, propósito contrario al de un sector de los medios y, por qué no, del
mismo gobierno.
Cómo solucionar este conflicto
donde, por un lado, el gobierno ofrece una reforma educativa orientada hacia el
futuro, descuidando por completo una explicación de lo ocurrido en el país en
los últimos años. Llamar a cuentas, si se quiere de manera poética, a quienes
teniendo responsabilidades no hicieron lo obligado.
Caería muy bien a un país que
busca la esquiva modernidad, en un entorno libre y soberano, hacer un recuento
de la educación en México que no se redujera a cifras carentes de prosa. Abrir
un foro en el que participaran responsables sobrevivientes. Quiero ver
discutiendo sobre el tema a Porfirio Muñoz Ledo, Manuel Bartlett Díaz, Ernesto
Zedillo, Mario Limón, Reyes Tamez y Josefina Vázquez, para poder hacer la
edición completa de la película y no quedar con los fragmentos del día. Que nos
digan qué pasó ayer. Conocer la historia detrás de las cámaras. Una base para
entender lo que está pasando.
Pero no, lo que ofrecen muchos
medios es “información” para el agrado de la burguesía y la clase media
recalcitrante. Para esos a quienes la modernidad no les ha dado respuesta al
cuestionamiento que les aflige ¿Qué hacer con los nacos? Que no la
encuentren porque acabaremos en el nazismo.
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