Se convocó a la movilización
callejera para conmemorar el desgraciado incendio de la guardería ABC de
Hermosillo, Sonora. Ya corrieron cuatro años. De lo que se dio en la ciudad de
México, del Ángel de la Independencia al Zócalo, se manifestó una marcha muy
ordenada, un tanto “fashion”, para exigir justicia. Una marcha justa que no
tenía necesidad del disfraz del Cura Hidalgo, tampoco daba para pasear la
bandera nacional. Pero eso ya pasó.
Lo que aquí quiero hacer observar
no es tanto la condena de los culpables, no soy quien para juzgar y otro es el
camino entre abogados y jueces. Me quiero referir a la falla de las
instituciones como elemento determinante del incendio letal que derivó en
infanticidio.
Una falla fue el no disponer de la instalación adecuada
para establecer la operación de una guardería. La autoridad, de principio, no
debió aprobar el establecimiento para el cuidado de bebés en una bodega; la
segunda falla infame fue el otorgamiento de la subrogación del servicio a gente
profesionalmente impreparada para encargarse de los cuidados maternales. La
guardería ABC fue un infausto negocio de familias políticas. Jamás hubo
preocupación, interés, por atender la guardería de manera profesional y
responsable de parte de quienes recibieron la subrogación. Un negocito más para
ayudar al pariente ¡Qué vergüenza! Dos fallas que exhiben el deterioro del país
¿Cuántas guarderías siguen operando bajo esas condiciones?
El otro ABC, el de China, el de
la República Popular China. La difundida visita del presidente chino Xi Jinping
a México y las ganas de no aprender, chapoteando en el estanque de la grandilocuencia:
“destino serio y atractivo” “condiciones inigualables para el desarrollo” “asociación
estratégica”. Bla-bla-bla.
Lo que sí hicieron los chinos:
A: Un capitalismo dirigido sin
desmantelar lo público. Aquí, en México, un capitalismo de compadres a base de
desprestigiar al sector público. China estableció proyectos a largo plazo sin
tener que ser sancionados por la cúpula empresarial o por un gobierno vecino.
B: Una política económica
centrada en la industrialización. En cambio, en México, se minimizó la política
industrial, de acuerdo con el genio Herminio Blanco, se optó por la terciarización
o enfoque en los servicios. Se formaron consumidores sin las fábricas correspondientes.
También se desdeñó la agricultura para el mercado interno. La reconversión
industrial se perdió en una sucesión presidencial.
C: China mantuvo el régimen de
partido de Estado y no debilitó el laicismo frente a una sociedad plural en lo
religioso; aquí, se abrió un singular pluripartidismo aceitado con dineros
públicos y se achicó el Estado laico frente a una religión dominante.
No afirmo que haya que imitar a
China, sólo sugiero que si se ha de proponer un nuevo “relato” para México, se
tenga en cuenta que este sufrido país ha sido eterno recipiendario de cuentos.
No más cuentos por favor.
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