El interesante artículo de José
Carreño Carlón aparecido en El Universal, “103 días de Peña: ¿contar su historia es
hacer su historia? http://www.eluniversalmas.com.mx/editoriales/2013/03/63502.php
conviene considerarlo para hacer un planteamiento alternativo. Los primeros
días o los trabajos para construir el mito de la presidencia democrática.
Dicho así, amerita dos
acotaciones: Primero, no considero al mito en el significado vulgar y de uso
corriente que lo iguala con la mentira o el embuste. Para mí no tiene ese
significado, digamos peyorativo. Se trata de un valor simbólico que se imprime
en la conciencia de una comunidad, pueblo o nación. Siguiendo disertaciones del
Círculo de Eranos, el mito es una historia, una narración, un relato, que se expone
para dar cuenta del origen del mundo, la acción de las divinidades, la vida
trágica de los héroes, la invención de las actividades primarias, hasta la
lección que nos guardan los cuentos de hadas.
La segunda acotación es una
convicción personal, en la cual considero el mito como un elemento del
ejercicio del poder. Algunos gobernantes lo intentan, no todos logran su
realización mítica. No todo gobernante lo ve así y no digo que así lo vea
Enrique Peña Nieto. Lo que aquí sugiero es una mirada externa, fuera del poder,
que apunta la construcción mítica que se contiene en la propia elaboración
discursiva del Presidente.
Peña Nieto ha nombrado a su saga
como la presidencia democrática. De la que él es su propio poeta (narrador) Su
relato está urdido de diálogo con las principales fuerzas políticas, en tanto
partidos y con su expresión parlamentaria. Diálogo que va dando forma a la
formulación de reformas encaminadas a la transformación del país. En este
camino se encuentra el Pacto por México, la reforma educativa, la de telecomunicaciones,
a la administración pública federal, la nueva ley de amparo, todas ellas
avanzadas con inusitada velocidad. Un menú de reformas que posiblemente se
concluya en dos años, el primer tercio de la gestión, de seguir a ese ritmo.
Si se logran los propósitos de
restablecer la paz (tema de la inseguridad) reducir la exclusión
(principalmente la que se expresa como desigualdad social) elevar la calidad
educativa (adquisición de habilidades y formación de valores) entre otros
propósitos, entonces para el 30 de noviembre de 2018 el mito efectivamente hará
historia o de lo contrario se agregará un eslabón más a la cadena de decepciones.
Benito Juárez y Lázaro Cárdenas
son ejemplo de presidentes míticos. Uno del Estado laico y la restauración de
la república, el otro del nacionalismo económico y la justicia social.
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