martes, 24 de julio de 2012

Tiempo para despejar




Las impugnaciones o inconformidades sobre el proceso electoral 2012 están en curso, toca a las instancias de ley despejarlas. Los cuentos y las pruebas caerán por su propio peso a su tiempo. Ese es un aspecto que de momento no le veo mayor rendimiento mediático y de movilización social. Lo complicado es desprendernos de la atmósfera viciada por la variopinta propaganda que se empeñó en degradarnos como país. Esto no quiere decir que cerremos los ojos a los problemas nacionales y nos instalemos en el nirvana de los consejos motivacionales.

Dónde estamos y a dónde queremos llegar. Integrar propósitos para que se refuercen mutuamente. El gobierno saliente deja un estado de cosas que no se puede ignorar, pues desde ahí se tiene que partir para proponer las metas posibles. No es sencillo porque la disputa por el poder, el prestigio y la riqueza conspiran sin descanso, al grado que cada propuesta de interés público tiene oquedades desde donde se fortalecen indebidos intereses particulares. Se desvirtúa la bondad de tal o cual proyecto o programa. Si se quiere brindar acceso a las tecnologías de la información en las escuelas públicas alguien ya está armando su negocio (Enciclomedia) Si de apoyos al campo se trata, el funcionario agropecuario ya está haciendo fila para aprovechar los subsidios (Procampo) Si de pensiones a la tercera edad hablamos, cómo separar el apoyo a quien no lo necesita.

Alimentación, educación, medio ambiente, salud, seguridad, materia pública desde el resorte del ejercicio de gobierno. Producción y empleo, empresas y sindicatos, materia de arbitraje y concertación. Procuración e impartición de justicia, coordinación entre niveles de gobierno y competencia de poderes, Ejecutivo y Judicial. Por y para fortalecer el Estado de Derecho y el uso pleno de los derechos ciudadanos.

Sin lenguaje que suene grandilocuente o abstracto para la mayoría de la población. Reformas estructurales, política de Estado o políticas públicas, hablar de cruzada o combate, están demás. Se gobernará a una sociedad dividida, lastimada, que vive al día, que esta harta de tecnicismos y de proclamas bélicas. Una sociedad con una solidaridad devaluada entre sus individuos, los cuales quedan reducidos a la calidad de objetos, cosas, sin identidad histórica, oscilantes entre la depredación del entorno y el consumo masivo de espectáculos.

Son tiempos de aclarar para el nuevo gobernante, la legitimidad electoral no será suficiente ante los desafíos de la descomposición social. Se acabaron las campañas y pasaron las elecciones, ya se verá de qué está hecha nuestra democracia.

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