domingo, 20 de mayo de 2012

Clave y llave




Una izquierda atrapada en el oportunismo, incapaz de la crítica se guarece en la descalificación escandalosa. En estos tiempos en los que tiene mejores condiciones para exponer propuesta, la izquierda política es menos vigorosa intelectualmente porque desprecia su bagaje, salvo aquel que la remita al sufrimiento, cual mártires cristeros. Le da vergüenza convocar a Karl Marx por no ser políticamente correcto. No extraña entonces que a un exjilguero del PRI lo convierta en su adalid.

Leer el presente mexicano en clave de El Dieciocho Brumario o La Guerra Civil en Francia. El que se guste. La utilidad está garantizada.

Detrás de la lucha entre partidos y candidatos hay otras fuerzas que se mueven, que apuestan y se emplazan para colocarse en la comodidad de la próxima administración.

En primer lugar, desgraciadamente, los Estados Unidos, su gobierno, al que se le ha permitido meterse en la intimidad de Los Pinos (la residencia presidencial) Allende el Río Bravo quieren la continuidad, la permanencia del Partido Acción Nacional.

Donde está el desbarajuste fenomenal es en la burguesía. Fragmentada en sus intereses y sin el acolchonamiento muelle que le proporcionaba el régimen de la revolución mexicana. Está vuelta loca. El neoliberalismo la ha maltratado, no a toda, hay que decirlo.

El capital financiero, de dominancia extranjera, está con el PAN y le aplaude a rabiar a su candidata Josefina Vázquez Mota.

El Grupo Monterrey, el que enarboló y fundó la ideología antipopulista en contra del expresidente Luis Echeverría está con El Peje. El PAN le falló.

Donde está el lío candente es en las telecomunicaciones. Muy polarizados, Televisa, TV Azteca, con Peña Nieto. Carlos Slim le guiña a López Obrador a través de Carmen Aristegui y José Cárdenas. En las telecomunicaciones se le hizo bolas el engrudo a Felipe Calderón.

Es difícil dar un panorama más acabado del capital, de los empresarios, frente a la elección del primero, lo cierto es que no se ve una línea que los cohesione.

El bajo perfil del universo obrero y campesino no me da elementos para apreciar la consideración de sus planteamientos en el debate nacional, a excepción de los previamente encuadrados en los sectores del PRI.

Así como la estadística de las marchas no se traduce en votos, tampoco la fe garantiza votos. Dicho esto, la iglesia católica tiene clara su predilección por el PAN.

La orientación de las Fuerzas Armadas ante las elecciones, más allá de sus obligaciones de proteger el orden del día de las elecciones, no está clara. Se tiene una Marina derechizada y proyanqui. Los arraigos judiciales de los últimos días en contra de militares de alto rango, proporcionados por el gobierno federal –contra sus subordinados leales- es una medida para detener y neutralizar un posicionamiento del voto militar en contra del actual gobierno.

Así están las cosas para un marxista trasnochado. Muriéndose de risa por no llorar el desastre nacional.


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