Cada que me entero lo que dicen
Felipe Calderón y sus colaboradores cercanos sobre la “guerra” al crimen
organizado y la reciente actuación como defensores de las víctimas, encuentro
una constante de su concepción del Estado de derecho. Una concepción claramente
expuesta y sin ambigüedad, que se fijó en la expresión coloquial del “haiga
sido como haiga sido”. Ese manejo nos habla de una persona dispuesta en
conciencia, a liberarse no sólo de las reglas de conjugación, también de los
procedimientos legales. Eso es peor.
Esa despreocupación con la que se
asumen los gobernantes actuales, de no sentirse obligados por la ley y de darse
por obsecuentes para admitir un uso faccioso de la ley. Esa manera se servirse
de la legalidad, que no precisamente es cumplirla, para dividir a toda una
comunidad nacional, deja el sello que caracteriza de quien procede así y el
tipo de gobierno en acción: el sello de la Dictadura (sin adjetivos)
Un dictador nunca revela su
verdadera vocación, Calderón no es la excepción. Se disfraza de demócrata,
nunca de dictador. Se hace pasar por salvador de la humanidad, nunca como
dictador. En la maldad del ejercicio del poder mal habido, el dictador está
condenado a negar lo que es, simular cada día, desde que amanece hasta que
anochece, también durante la vigilia, sin darse cuenta de que con el paso del
tiempo la actuación deja de ser efectiva y decae en una pesada repetición
grotesca. Llegado ese momento, no hay auditorio que lo soporte y el cuchicheo
crece hasta convertirse en ensordecedora desaprobación. Así es el fin de los
dictadores: sin honores.
Por eso es relevante para las
instituciones la deliberación de la Corte sobre el amparo tramitado por la
defensa de Florence Cassez. El proceso no está agotado pese a que se desechó la
ponencia del ministro Arturo Zaldívar. El país está en el momento grave donde
se define el fortalecimiento del Estado de derecho o la caída en el estado de
indefensión de quienes habitamos este México.
Es así, que el pronunciamiento
del presidente de la SCJN Juan Silva Meza, durante su alocución conmemorativa
del natalicio del Benemérito de las Américas (Don Benito Juárez) el Ministro tenga
la claridad de atajar el aciago futuro cuando se manifiesta en contra del abuso
de poder y de la aplicación caprichosa de la ley, a favor de la división de
poderes que aseguren un país de justicia e igualdad. Eso es lo que queremos.
Baste señalar por hoy, que actuando sin
recato, así se expresa Pepe Carreño Carlón, Felipe Calderón está reinventando
la Dictadura. Eso lo digo yo.
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