El 4 de octubre se comentaba en este espacio respecto a la guerra de Calderón: “Se le acaba el tiempo y más grande se ve la posibilidad de que Calderón sea enjuiciado, si no en su país, en una Corte del extranjero, como Pinochet en España o Milosévic en La Haya, Holanda. Lo barrunto por el hecho de que su guerra en contra del narco se ha convertido en una crisis de derechos humanos.” Lo escrito no era, ni es, un deseo. Son condiciones objetivas de la globalización que no sólo se expresa en el intercambio de mercancías y capitales, sino que tiene consecuencias jurídicas sobre los Estados y quienes los representan. El viernes pasado en Milenio Diario Epigmenio Ibarra anunció el inicio del procedimiento del juicio a Felipe Calderón ante la Corte Penal Internacional. El día 11 de octubre, ayer, se hizo el anuncio formal por parte de las personalidades convocantes (Ver la página http://www.petitiononline.com/CPI/petition.html)
El grupo que impulsa esta iniciativa aportará las pruebas que le soliciten y el gobierno mexicano responderá en su defensa, de hecho la Secretaría de Relaciones Exteriores ya respondió rechazando la intentona (Ver http://www.sre.gob.mx/esocial/contenido/comunicados/2011/oct/cp_372.html) Independientemente de que prospere la petición, es la crisis de derechos humanos que ha acompañado a la guerra en contra del crimen organizado el fundamento de la solicitud hecha por un puñado de ciudadanos (veinte mil de inicio hasta los que se acumulen el 20 de noviembre)
El litigio ha pegado directamente a la persona de Calderón aunque sea un conjunto de personas señaladas en esta demanda, no está solo él. En la superficie sólo se verá golpeteo y con dificultad se podrá apreciar el núcleo de intereses en juego. Por lo pronto, el mismo día 11 comenzó a circular online la versión de un complot para matar al embajador de Arabia Saudita en Washington, la especie resaltaba la cooperación de las autoridades mexicanas para evitar el atentado. Desde los Estados Unidos se habló de un complot urdido por una inusual alianza entre terroristas islámicos y el grupo delictivo conocido como Los Zetas. Una trama tenebrosa como las que acostumbran allende el Río Bravo. Para la mañana del día 12, la mayoría de los diarios que se imprimen en la capital de la república consignó como su nota principal “el complot”. Una coincidencia oportuna para quitar visibilidad a la petición de juicio a Calderón.
Estados Unidos salió al rescate del presidente Calderón porque aquí en México nadie, desde la sociedad civil o de parte de los actores políticos, se puso de inmediato a defenderlo. Una fría soledad cubrió a FCH y la noticia del “complot” lo arropó oportunamente frente a la demanda de juicio penal en su contra. De hecho, en un mensaje de la SRE difundido ayer mismo (http://www.sre.gob.mx/esocial/disc/2011/oct/disc_006.html) se da cuenta de la captura del presunto terrorista y de su inmediata deportación a Nueva York el 28 de septiembre. Un acto de rutina diplomática que días después, al mes siguiente, adquiriría la dimensión de un complot que tiene asociada una narrativa todavía por demostrar, la de la unión entre terroristas y el crimen organizado.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario