El lunes 5 de septiembre fue un día de reuniones a medias, que no dieron todo de sí. No se trata de contrastarlas para decir cuál fue mejor, eso corresponde a los profesionales mejor informados, para eso les pagan. A lo que aquí me quiero referir es que el beneficio social de las reuniones en comento se pudo maximizar.
La reunión entre el rector de la UNAM y sus académicos con el presidente de la república y su gabinete no cumplió la expectativa de surtir una información novedosa o estimulante. El esfuerzo de la propuesta de la UNAM por darle un enfoque integral al combate al crimen organizado se estrelló con la tozudez de Felipe Calderón (la verdad es que Calderón está como Hitler, por más que la realidad le diga que tiene que modificar su estrategia no sale de sus cuatro) Se presentó una oportunidad para el estadista que va más allá del debate. Si Calderón hubiera hecho anuncios relevantes sobre su estrategia tendría la mejor aclamación que se recuerde en sus presentaciones públicas. Quiero suponer un anunció sobre datos duros, con nombre, apellido o denominación social en el tema del lavado de dinero. También pudo anunciar órdenes de aprehensión en contra de gobernadores, presidentes municipales o servidores públicos a nivel federal con pruebas irrefutables de participar en actividades del crimen organizado. Pero no. Se limitó a su manida cantaleta. Qué lástima me da que no se haya concluido una reunión de mayor aliento.
Desde otra fortaleza, el Teatro Morelos de la ciudad de Toluca, Enrique Peña Nieto rindió su mensaje postrero como gobernador del Estado México con un destinatario preciso: Manlio Fabio Beltrones. Como es de todos conocidos, el senador priísta ha insistido a los cuatro vientos que en el PRI primero se tiene que definir el proyecto y después elegir candidato a la presidencia de la república. Bueno, es una postura a la que respondió Peña Nieto: el proyecto ya se tiene y es la Constitución (Me recordó el dicho de Adolfo López Mateos en sus tiempos de presidente: soy de extrema izquierda dentro de la Constitución) Excelente respuesta de Peña Nieto pero no la reafirma con actitudes para casos concretos que dañan nuestra Constitución. El todavía gobernador mexiquense no se ha proclamado sobre la operación de agentes de corporaciones del gobierno norteamericano que operan en México, no ha fijado su posición constitucional respecto a los contratos incentivados en PEMEX, tampoco se ha pronunciado sobre el “outsourcing” que afrenta el artículo 123 de nuestra Constitución. Nuestra Constitución es socialdemócrata en el sentido lassalleano. Sentido que ha ido perdiendo en los últimos lustros. Qué tiene que decir al respecto el gobernador, creo que muy poco, pues pertenece a una generación que en su adolescencia ha sido empalagada por el neoliberalismo.
Como dije, las reuniones debieron dar para más. No fue así y se pierden en el torbellino imparable de la nota roja. Un vehículo de la marina arrollado por un tráiler. El hijo de un connotado priísta fue ejecutado en la ciudad de Guadalajara. Las cosas van de mal en peor.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario