Domingo cinco de junio de 2011, dos años hace que 49 niños fallecieron y decenas de ellos fueron heridos cuando se encontraban para ser “protegidos” en un supuesto servicio de cuidados maternales del Instituto Mexicano del Seguro Social, subrogado a parientes y amigos de políticos que inmoralmente lucraban con subsidios asignados a la Guardería ABC de Hermosillo, Sonora. Niños víctimas de la negligencia gubernamental, que cubierta con impunidad, hacen imposible la justicia en este país, en México. Estos niños son verdaderos héroes pues mostraron, hasta para los más incrédulos, la clase de delincuentes que gobiernan al país.
Creen, los del gobierno federal, que con 32 millones de pesos que han erogado para remediar lo irremediable han cumplido. Pero se equivocan. Son tan inescrupulosos, que ni siquiera se han tomado la molestia de elaborar una comunicación oficial de acompañamiento al dolor de los padres afectados hoy que se cumplen veinticuatro meses de incendiario suceso. Tampoco se dan órdenes que consignen a los verdaderos culpables. Se trata del mismo grupo criminal que desde el gobierno se ha encargado de ensangrentar al país.
Su ruta criminal, la del PAN gobierno, la enseñaron desde que dejaron escapar al Chapo Guzmán del penal de Puente Grande en Jalisco, en febrero de 2000. Desde ahí, este grupo delictivo que se hacen pasar por gobernantes, no se ha detenido para sembrar de injusticia el territorio nacional. Ya en febrero de 2006 mostraron su disposición para ser cómplices del crimen industrial perpetrado en la mima de carbón de Pasta de Conchos, en Sabinas, Coahuila. El propietario de la explotación minera no ha sido tocado en lo más mínimo.
El cártel de Los Pinos cambió de líder pero no ha dejado de delinquir y se encubre, paradójicamente, en una estrategia en contra del crimen. Más de cuarenta mil han muerto y no se tiene expediente que dé cuenta cabal de tanta muerte, es lo más parecido a un genocidio. La lista es larguísima, recordemos a los jóvenes del Tec de Monterrey, a los jóvenes del poblado de Creel, en Bocoyna, Chihuahua, los jóvenes de Villas de Salvarcar Ciudad Juárez, Chihuahua. Los jóvenes levantados, asfixiados y abandonados posteriormente dentro de un automóvil en Temixco, Morelos. Las decenas de muertos encontrados en fosas clandestinas halladas en San Fernando, Tamaulipas. La lista también incluye delincuentes peligrosos, como uno perteneciente a la familia Beltrán Leyva, acribillado en su departamento en Cuernavaca, Morelos. Otro delincuente peligroso, el mentado Nacho Coronel, también fue ajusticiado por las fuerzas del orden en Zapopan, Jalisco.
Son muchas las cuentas pendientes que tiene el grupo delictivo en el poder e insiste en aplicar una justicia selectiva, como ocurre en cualquier dictadura que se precie. Son tan descarados, Felipe y su pandilla, que con tal de borrar el aniversario de la tragedia de la guardería ABC, montó la escena para detener a Jorge Hank Rhon. Al ex presidente de Tijuana se le podrá acusar de lo que se quiera, pero hasta él, como cualquier ciudadano, merece debido proceso. Por tal deterioro del Estado de Derecho que desmorona a México, promovido por quienes deberían ser sus garantes, es pertinente declarar héroes a las víctimas de la guardería ABC.
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