Martes cuatro de marzo. El PRI en dos tiempos.
Por la mañana, en el noticiero Primero Noticias, Manlio Fabio Beltrones rompe el cerco, es invitado y se presenta ante las cámaras y micrófonos del emporio Televisa. Precisamente después de que el Senado había elaborado una investigación sobre los sesgos de la información política en radio y televisión. El por qué de la decisión de conceder el espacio negado al Senador. No se sabe, es mera especulación. La entrevista no fue cómoda, parecía emboscada. No cabe comparación con las entrevistas que le hace otro periodista de esa empresa a Juan Camilo Mouriño Lo concreto es que el senador Beltrones habló claro, enfocando a un destinatario. No fue a la entrevista para ser bien visto o para adquirir súbita popularidad. Fue para dirigirse sin rodeos al presidente Calderón. Si Felipe quiere reformas que ponga las cartas sobre la mesa, no hay de otra. Que diga qué quiere y nosotros le diremos que podemos y queremos hacer en lo que corresponde a la agenda nacional: sabemos negociar, quid pro quo, diría Manlio.
En lo que se refiere a temas de coyuntura, MFB fue también directo al caso Mouriño: es el presidente Calderón quien tiene la información y la palabra para resolver el lío en que lo metió su subordinado, ese es el principio para que el PRI actúe en consecuencia y dé su respaldo, al menos desde el Senado. Algún efecto hubo, pues la comisión bicameral para investigar al secretario en Gobernación está en veremos.
Al atardecer, Beatriz Paredes se reúne con sus correligionarios en el Auditorio Nacional a celebrar la fundación del PNR y sus metamorfosis. El evento fue insuficientemente resumido con un no a la privatización de PEMEX. Allí se dijo más. El PRI va a sus seguridades, a proteger a sus sectores y salir en defensa de sus poderes regionales. Incluso se dio un ostensible coqueteo con el gremio magisterial que dirige Elba Esther Gordillo.
En la omisión, Paredes Rangel se deslindó de veinte años de sometimiento tecnocrático, el recuento de esa era es terrible para el orgullo del PRI: un candidato presidencial asesinado y dos derrotas sucesivas de sus candidatos presidenciales en las urnas. De Salinas y Zedillo sólo quedan experiencias traumáticas para el PRI, se prefiere no recordar. Se enterró el culto al mercado, la agenda de prioridades para la presidenta del PRI son la política social y la educación. Todo acuerdo con el gobierno federal y las alianzas con los partidos pasan por la atención y las definiciones sobre estos temas.
Y si en el PRI ya definieron el son con el que quieren bailar, en el gobierno de Felipe Calderón operan tardíamente la reparación de daños del affaire Mouriño. Una semana le llevó al funcionario responder acerca de la legalidad de los documentos que presentó Andrés Manuel López Obrador y que posteriormente publicó El Universal. Una entrevista -al parecer videograbada- concedida a Joaquín López Dóriga, no borra la imagen de torpeza que se construyó el propio secretario en Gobernación tras la serie de ataques que recibió desde su llegada al puesto. Una entrevista a modo, sin espontaneidad, a manera de lavatorio. El asunto de la autenticidad de los contratos ha sido confirmado, también la incapacidad operativa y de interlocución de JCM. La mesa de acuerdos con las organizaciones campesinas que presidió ayer jueves por la tarde le reventó.
Por la mañana, en el noticiero Primero Noticias, Manlio Fabio Beltrones rompe el cerco, es invitado y se presenta ante las cámaras y micrófonos del emporio Televisa. Precisamente después de que el Senado había elaborado una investigación sobre los sesgos de la información política en radio y televisión. El por qué de la decisión de conceder el espacio negado al Senador. No se sabe, es mera especulación. La entrevista no fue cómoda, parecía emboscada. No cabe comparación con las entrevistas que le hace otro periodista de esa empresa a Juan Camilo Mouriño Lo concreto es que el senador Beltrones habló claro, enfocando a un destinatario. No fue a la entrevista para ser bien visto o para adquirir súbita popularidad. Fue para dirigirse sin rodeos al presidente Calderón. Si Felipe quiere reformas que ponga las cartas sobre la mesa, no hay de otra. Que diga qué quiere y nosotros le diremos que podemos y queremos hacer en lo que corresponde a la agenda nacional: sabemos negociar, quid pro quo, diría Manlio.
En lo que se refiere a temas de coyuntura, MFB fue también directo al caso Mouriño: es el presidente Calderón quien tiene la información y la palabra para resolver el lío en que lo metió su subordinado, ese es el principio para que el PRI actúe en consecuencia y dé su respaldo, al menos desde el Senado. Algún efecto hubo, pues la comisión bicameral para investigar al secretario en Gobernación está en veremos.
Al atardecer, Beatriz Paredes se reúne con sus correligionarios en el Auditorio Nacional a celebrar la fundación del PNR y sus metamorfosis. El evento fue insuficientemente resumido con un no a la privatización de PEMEX. Allí se dijo más. El PRI va a sus seguridades, a proteger a sus sectores y salir en defensa de sus poderes regionales. Incluso se dio un ostensible coqueteo con el gremio magisterial que dirige Elba Esther Gordillo.
En la omisión, Paredes Rangel se deslindó de veinte años de sometimiento tecnocrático, el recuento de esa era es terrible para el orgullo del PRI: un candidato presidencial asesinado y dos derrotas sucesivas de sus candidatos presidenciales en las urnas. De Salinas y Zedillo sólo quedan experiencias traumáticas para el PRI, se prefiere no recordar. Se enterró el culto al mercado, la agenda de prioridades para la presidenta del PRI son la política social y la educación. Todo acuerdo con el gobierno federal y las alianzas con los partidos pasan por la atención y las definiciones sobre estos temas.
Y si en el PRI ya definieron el son con el que quieren bailar, en el gobierno de Felipe Calderón operan tardíamente la reparación de daños del affaire Mouriño. Una semana le llevó al funcionario responder acerca de la legalidad de los documentos que presentó Andrés Manuel López Obrador y que posteriormente publicó El Universal. Una entrevista -al parecer videograbada- concedida a Joaquín López Dóriga, no borra la imagen de torpeza que se construyó el propio secretario en Gobernación tras la serie de ataques que recibió desde su llegada al puesto. Una entrevista a modo, sin espontaneidad, a manera de lavatorio. El asunto de la autenticidad de los contratos ha sido confirmado, también la incapacidad operativa y de interlocución de JCM. La mesa de acuerdos con las organizaciones campesinas que presidió ayer jueves por la tarde le reventó.
Qué está esperando Felipe Calderón. El ajuste al gabinete que hizo en enero no mejoró la percepción que se tiene del mismo. Y por si le faltaran problemas, está por confirmarse la muerte de mexicanos en la selva ecuatoriana a manos de las fuerzas armadas de Colombia ¡Que lío!
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