A excepción de la reunión familiar con Benedicto XVI, la gira de Felipe Calderón por Europa ha sido ocasión para afirmar identidades radicadas en problemas como el crimen organizado (Italia) y el cambio climático (reunión del G-8), también de identidades político ideológicas con la derecha europea (Nicolas Sarkozy y Angela Merkel). No fue un paseo más, aunque como en tiempos recientes se fue a vender al país como atractivo para los inversionistas. La solicitud de inversiones tiene otros caminos que no son siempre los de la diplomacia, menos en este mundo de libre circulación de capitales. El capital no tiene patria. En verdad, la atención a la solicitud del presidente Calderón sería un paso, un impulso a la oferta de campaña: el presidente del empleo.
Lo que no podremos confirmar, sólo sospechar, es si la primera semana de Junio, que fue el inicio del séptimo mes de gobierno calderonista ofreció la distancia espacial, trasatlántica, como para ver a distancia y darse una dilatada meditación sobre el derrotero que ha tomado la conducción del país, en la convicción de que no se quiere pasar a la historia como Felipe el sangriento. La masacre de La Joya de los Martínez en Sinaloa, la víspera del viaje, ha sido execrable acontecimiento que no cuadra con la versión de un presidente desinformado. Por el contrario, su conciencia fue sacudida al tener los primeros datos humeantes y hemáticos. Incluso debió ordenar la investigación rápida y expedita. De no ser así, no se tendría diez días después el auto de formal prisión para juzgar a los diecinueve militares como hoy se tiene.
Felipe Calderón está de regreso. Qué tanto la meditación le ha sugerido replantear líneas de acción. Respecto al combate a la empresa delincuencial no puede sacar al Ejército así nomás, pero sí puede darle cobertura institucional buscando el apoyo del Congreso, involucrándolo con las seguridades legislativas que le quiten presión al Ejército. Es urgente un replanteamiento de la lucha contra el narcotráfico.
La meditación europea también pudo enfocarse en el gabinete. Realmente el equipo está respondiendo a los retos, es una cuestión ineludible. Otra posibilidad de reflexión fue la evaluación de los apoyos que le allanaron el camino a la presidencia. Vicente Fox y Elba Esther Gordillo como factores menguantes del desempeño presidencial.
Por lo pronto, avanzar la reforma fiscal está en el foco del presidente Calderón una vez que se está de regreso en suelo nacional. Pero esa reforma tiene una negociación previa que responde al emplazamiento que se ha hecho desde el mes de abril cuando el presidente de la mesa directiva del Senado, en calidad de líder de los trabajos que contiene La Ley para la Reforma del Estado, Manlio Fabio Beltrones, convocó a los representantes de las instituciones y a las fuerzas políticas a resolver el cambio de las reglas del juego político (entiéndase reforma electoral) como el santo y seña venturoso de todo otro acuerdo o serie de acuerdos por venir.
A su regreso, le han ofrecido a Felipe Calderón una llave que abre la puerta de las negociaciones. Él sabrá si la usa o dispone otro juego. Si toma decisiones ahora o las aplaza para el primero de septiembre, si es que no cambia de fecha el día del informe. Una vez más se está en la inminencia de un periodo extraordinario del Congreso y la enésima reforma electoral en puerta. El emplazamiento opositor es uno: reforma electoral como piedra de toque que haga fluir el resto de las negociaciones. Las reglas que se fraguaron en 1996 han perdido eficacia y no se puede avanzar con el traqueteo de instituciones políticas deterioradas.
Lo que no podremos confirmar, sólo sospechar, es si la primera semana de Junio, que fue el inicio del séptimo mes de gobierno calderonista ofreció la distancia espacial, trasatlántica, como para ver a distancia y darse una dilatada meditación sobre el derrotero que ha tomado la conducción del país, en la convicción de que no se quiere pasar a la historia como Felipe el sangriento. La masacre de La Joya de los Martínez en Sinaloa, la víspera del viaje, ha sido execrable acontecimiento que no cuadra con la versión de un presidente desinformado. Por el contrario, su conciencia fue sacudida al tener los primeros datos humeantes y hemáticos. Incluso debió ordenar la investigación rápida y expedita. De no ser así, no se tendría diez días después el auto de formal prisión para juzgar a los diecinueve militares como hoy se tiene.
Felipe Calderón está de regreso. Qué tanto la meditación le ha sugerido replantear líneas de acción. Respecto al combate a la empresa delincuencial no puede sacar al Ejército así nomás, pero sí puede darle cobertura institucional buscando el apoyo del Congreso, involucrándolo con las seguridades legislativas que le quiten presión al Ejército. Es urgente un replanteamiento de la lucha contra el narcotráfico.
La meditación europea también pudo enfocarse en el gabinete. Realmente el equipo está respondiendo a los retos, es una cuestión ineludible. Otra posibilidad de reflexión fue la evaluación de los apoyos que le allanaron el camino a la presidencia. Vicente Fox y Elba Esther Gordillo como factores menguantes del desempeño presidencial.
Por lo pronto, avanzar la reforma fiscal está en el foco del presidente Calderón una vez que se está de regreso en suelo nacional. Pero esa reforma tiene una negociación previa que responde al emplazamiento que se ha hecho desde el mes de abril cuando el presidente de la mesa directiva del Senado, en calidad de líder de los trabajos que contiene La Ley para la Reforma del Estado, Manlio Fabio Beltrones, convocó a los representantes de las instituciones y a las fuerzas políticas a resolver el cambio de las reglas del juego político (entiéndase reforma electoral) como el santo y seña venturoso de todo otro acuerdo o serie de acuerdos por venir.
A su regreso, le han ofrecido a Felipe Calderón una llave que abre la puerta de las negociaciones. Él sabrá si la usa o dispone otro juego. Si toma decisiones ahora o las aplaza para el primero de septiembre, si es que no cambia de fecha el día del informe. Una vez más se está en la inminencia de un periodo extraordinario del Congreso y la enésima reforma electoral en puerta. El emplazamiento opositor es uno: reforma electoral como piedra de toque que haga fluir el resto de las negociaciones. Las reglas que se fraguaron en 1996 han perdido eficacia y no se puede avanzar con el traqueteo de instituciones políticas deterioradas.
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