La aprobación legislativa del nuevo estatuto jurídico del Issste ha sido como una bocanada de aire fresco para el presidente Calderón. Después de la reaparición masiva del movimiento que dirige López Obrador el domingo pasado, de su derrota frente al debate sobre la despenalización del aborto en el Distrito Federal y tras la rechifla a cargo de becarios de la Fundación Telmex en el Auditorio Nacional la mañana del martes 27. El miércoles siguiente, y asistido puntualmente por los legisladores del PRI, el gobierno federal se resarció y cantó victoria por la noche en red nacional de radio y televisión. Felipe Calderón proclamó una triple victoria: de la economía, la política y la democracia. Se dice que es el inicio del serial de reformas atoradas.
El gobierno se ha quitado una carga fiscal modificando, hacia futuro, el derecho de los pensionados y jubilados del Issste. La conclusión legislativa le quita al gobierno una presión financiera, al tiempo que dispondrá de recursos para financiar parte de sus programas y proyectos.
Pero ese uno de los temas de la complicada agenda económica del país. Ya durante la convención de los banqueros y bolseros, el gobernador del Banco de México hizo un exhorto a los dueños de los bancos para que le bajen en el cobro de comisiones que hace a los usuarios. La respuesta fue pintarle un violín. Ahora, Guillermo Ortiz hizo el señalamiento, la exigencia de que se hagan cuentas claras en manejo de excedentes petroleros, pues sólo se sabe que se utilizaron para gasto corriente.
Siguiendo el tema de la economía y con información de Hacienda transcrita por La Jornada, se tiene que “México continúa presentando un indicador elevado de desigualdad -en el que el 10 por ciento de la población más pobre del país percibe 1.1 por ciento del ingreso total; mientras en el lado opuesto, el 10 por ciento de los habitantes más acaudalados concentra 39.6 por ciento de los recursos”.
Por su parte, el subsecretario de Hacienda Martín Werner acepta “que existen presiones en las finanzas públicas derivado de un mayor gasto del Seguro Popular, amortizaciones de los proyectos Pidiregas y los nuevos programas educativos impulsados por Felipe Calderón”. (Excelsior).
Lo declarantes no paran en cuanto anuncios sobre la desigualdad económica, la Auditoría Fiscal de la Federación encontró que “las devoluciones de impuestos en el periodo 2001-2005, por 604 mil 366 millones de pesos, superaron en 216 por ciento el incremento en la inversión privada que fue de 279 mil 832 millones” (Reforma)
Esta información oficial puede aportar claridad para entender porqué la gente sale a la calle a manifestarse. No es López Obrador quien los moviliza, es la presión social que genera el estado actual de la economía.
Termina el mes de marzo con una sana recomendación: con la bebida moderación, pues no se sabe en que momento ese sabor a elixir lo cambian por una desagradable pócima. Así son algunos cantineros.
El gobierno se ha quitado una carga fiscal modificando, hacia futuro, el derecho de los pensionados y jubilados del Issste. La conclusión legislativa le quita al gobierno una presión financiera, al tiempo que dispondrá de recursos para financiar parte de sus programas y proyectos.
Pero ese uno de los temas de la complicada agenda económica del país. Ya durante la convención de los banqueros y bolseros, el gobernador del Banco de México hizo un exhorto a los dueños de los bancos para que le bajen en el cobro de comisiones que hace a los usuarios. La respuesta fue pintarle un violín. Ahora, Guillermo Ortiz hizo el señalamiento, la exigencia de que se hagan cuentas claras en manejo de excedentes petroleros, pues sólo se sabe que se utilizaron para gasto corriente.
Siguiendo el tema de la economía y con información de Hacienda transcrita por La Jornada, se tiene que “México continúa presentando un indicador elevado de desigualdad -en el que el 10 por ciento de la población más pobre del país percibe 1.1 por ciento del ingreso total; mientras en el lado opuesto, el 10 por ciento de los habitantes más acaudalados concentra 39.6 por ciento de los recursos”.
Por su parte, el subsecretario de Hacienda Martín Werner acepta “que existen presiones en las finanzas públicas derivado de un mayor gasto del Seguro Popular, amortizaciones de los proyectos Pidiregas y los nuevos programas educativos impulsados por Felipe Calderón”. (Excelsior).
Lo declarantes no paran en cuanto anuncios sobre la desigualdad económica, la Auditoría Fiscal de la Federación encontró que “las devoluciones de impuestos en el periodo 2001-2005, por 604 mil 366 millones de pesos, superaron en 216 por ciento el incremento en la inversión privada que fue de 279 mil 832 millones” (Reforma)
Esta información oficial puede aportar claridad para entender porqué la gente sale a la calle a manifestarse. No es López Obrador quien los moviliza, es la presión social que genera el estado actual de la economía.
Termina el mes de marzo con una sana recomendación: con la bebida moderación, pues no se sabe en que momento ese sabor a elixir lo cambian por una desagradable pócima. Así son algunos cantineros.
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