viernes, 27 de enero de 2023

Muro de contención

Sí, los partidos de oposición no están en su mejor momento, sometidos a un liderazgo externo a sus propias escuadras y pegados al respirador de los grandes medios empresariales de la comunicación. Pero tampoco están desvalidos, las autoridades electorales en el INE y el Tribunal, se les ofrecen como muro de contención ante la eventualidad de un nuevo tsunami en las elecciones del 2024.

De manera explícita lo hace el INE, temeroso de que la tibia reforma electoral (Plan B) siga su curso legislativo hacia la aprobación en el Senado, se ha pronunciado en desacuerdo. Anuncia que se acogerá al Poder Judicial para impugnar y detener el arribo a buen puerto de la reforma electoral.

Foto de Cristina Rodríguez, La Jornada en Línea.

De aprobarse en la Cámara y concedérsele el aval judiciario un desastre se avecina en el 2024, dicen los consejeros electorales, cargado de litigios antes y después de la elección. Generando tremenda e indeseable incertidumbre, todo eso sucedería. Por lo que la autoridad electoral anticipa que el proceso se le saldría de las manos de quedar en firme la reforma. Aunque se supone que ese es su trabajo, administrar elecciones y contar votos. Cuando es sabido que se instituyó para evitar o disminuir anomalías consustanciales al concurso electoral.

La falacia de un futuro amenazante es la pieza argumentativa del INE para justificar anticipadamente negligencias, omisiones y parcialidades de su parte. El árbitro toma partido.

No se hagan bolas, para la justa electoral del 2024 lo que cabe esperar es la manifestación copiosa de la voluntad popular, también puede ocurrir su opuesto, una abstención desmesurada, la negativa a la emisión del voto como muestra de desconfianza al proceso electoral.

Se puede dar el refrendo a MORENA para que siga a cargo del Ejecutivo con una amplia mayoría parlamentaria, lo cual temen en la oposición. O volvería el gobierno dividido, como lo fue de 1997 a 2012. En las actuales condiciones, con o sin reforma, el vuelco favorable a la oposición se ve difícil.

Por eso la toma de posición del Consejo General del INE no oculta el deseo de que las cosas salgan mal. La confrontación mantenida durante los últimos cuatro años con el presidente y su partido es la fuente de sus ominosos pronósticos. Cuando esta autoridad debería ser la primera voz en difundir confianza, más cuando presume estricto apego a la ley y para eso están. Pero es más fuerte su apego a la partidocracia que lo engendró y la defienden. Niegan la posibilidad de que dentro de un proceso democrático la ciudadanía puede reclamar el regreso de la figura de partido hegemónico, lo que ha venido ocurriendo desde 2018.

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