Es increíble como los líderes del
PAN, PRI y PRD se mantienen en sus cargos. La implosión de sus aparatos que han
provocado, inhabilitando capacidades para realmente disputar el poder. Sin
asambleas, ni congresos a la vista con la mira de cambiar de dirigentes. Se dan
cuenta que el esquema de apropiarse indebidamente de recursos del Estado está
roto, salvo donde todavía gobiernan. Bajo el síndrome de los Romanov, están
fuera del poder y se siguen sintiendo con el poder. Dónde están sus militantes,
sus simpatizantes, sus fuerzas vivas -no se incluyen grupos de choque- en
disposición de sacudir estructuras inoperantes. Lo único que han hecho los
dirigentes es unir sus miserias políticas y hacerse compañeros de viaje de los
magnates antiAMLO, sin programa de por medio. Lo que quieren, parece, es
regresar el reloj de la historia para volver a esquilmar las arcas públicas. No
tienen cara para convocar al pueblo, por eso se van al rincón y desde allí
lanzan campañas mediáticas. Pese a su inutilidad demostrada, vuelven a la carga
semana con semana. Plenos de vulgaridad y faltos de imaginación. El caso de
Alejandro Moreno es ejemplo de lo que no se debe hacer. Cierto, reclutar medios
y periodistas al margen de la ley siempre se ha hecho (sin respetar afamadas
autonomías) y les funcionaba de maravillas. El detalle es que ya no tienen el
poder presidencial protector de sus fechorías. Ahora les cuidan las espaldas el
INE y el Trife, piden y se someten a empresarios sin escrúpulos. Ingenuamente
ambas partes confían en la ayuda mutua que se puedan ofrecer ¡Mal negocio!
Entre depredadores la ganancia es absoluta pérdida para una de las partes.
Distribuyen información falsa como su mayor logro de “construcción” política.
Desean la catástrofe económica, del sistema de salud, también el de educación.
Hicieron de la seguridad un privilegio de pocos, pactando con bandas delictivas
para mantener a la población en la zozobra. Por eso no son extraños los actos
criminales de alto impacto. Se les olvida que esos crímenes iniciaron desde el
sexenio de Miguel de la Madrid y con Felipe Calderón se hicieron mácula del
gobierno (Una hermana aliada de un capo, un secretario de seguridad aliado del
cártel de Sinaloa) Ahora saltan a horrorizarse por los acontecimientos de la
semana pasada -en Guanajuato, Jalisco y Zacatecas, en Ciudad Juárez y Tijuana-
cuando se sabe que esos desmanes son su herencia maldita. En su condición
desesperada, la oposición concluye de manera contradictoria. Los hechos
violentos se dieron por la incapacidad del gobierno federal para disminuir al
crimen organizado. Ah no, se indujeron desde Palacio Nacional. Pónganse de
acuerdo, mínimo. Al menos, como hipótesis deberían plantearse lo siguiente: el
actual gobierno no tiene alianza con el crimen. Las bandas delictivas están
desconcertadas y dispuestas resueltamente a propiciar la catástrofe, a seguir
intentándolo de aquí hasta el año 2024. Sigan así Alito, Markito y Chuchito,
nunca cambien.
La cuenta de los días, su curso político desde la aldea del México actual. Con información del dominio público. Retórica e interpretación del autor, totalmente compartibles o descartables. Una manera de buscar alacranes debajo de las piedras. Contraveneno del maniqueísmo. Después de todo, todo cabe en un jarrito sabiéndolo acomodar.
miércoles, 17 de agosto de 2022
Sin aliento
Fotografía de @alitomorenoc Desencajados y sin Claudio X, ni Gustavo de Hoyos
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