Lo que se puede tener en claro es
que la política da vueltas, lejos de anclarse, no deja de agitarse por pasiones
e intereses, los principios son maleables o mudables.
Han de saber jóvenes de que hubo
una vez, hace más de cuatro decenios, un tiempo en el que al PAN se le asociaba
con la honestidad y la moralidad, al menos así se ostentaban sus líderes,
afiliados y seguidores. Llegaron las “concertacesiones” y se les concedieron
gubernaturas, con las reformas se ampliaron los espacios en el Congreso para la
representación blanquiazul. Probaron las mieles del poder y les gustó. Se
adelgazó su moral, lo suficiente como para no presumir honestidad. Se homologó
al PRI en tanto ente corrupto y lo superó en cuanto a la indecencia.
Sé que al presidente López
Obrador no le gusta visualizar la corrupción como “cultura”, pero si estará de
acuerdo de que se trata de una estructura mental extendida, que incluso penetró
formas jurídicas hasta conceder juego al imperio de la impunidad por sobre la
justicia. El asunto de Segalmex es un llamado de atención no menor, la
dependencia encargada de la seguridad alimentaria señalada por presunto desvío
multimillonario de recursos. La SFP debería tener una sección dentro de la
mañanera, no precisamente tratando casos específicos para evitar el alegato del
debido proceso, sino exponiendo estadísticas y presentando esquemas de conductas
reiteradas en las que se exhiba, de manera abstracta, la operancia de los actos
de corrupción.
También se ve abandonado el tema
de la Constitución moral que concluyó en la Guía ya mencionada. SPR bien podría
elaborar cápsulas sobre los tópicos incluidos en la Guía y difundirlos, como se
hace con los programas sociales y las grandes obras de infraestructura del
sexenio en curso.
Por ser la honestidad y la moral
insignias de identificación de la 4T, en ellas se ceban las intentonas de la
oposición por descarrilar a la actual administración recurriendo generalmente a
noticias falsas. Hay espacios en los que el gobierno está obligado a orientar e
intervenir, como lo son las instancias federales de su competencia. Pero hay
otros espacios como los gobiernos estatales, municipales, los entes autónomos
(incluidas las universidades públicas) en los que el gobierno tiene el marco
restringido para actuar y combatir la corrupción. Complicado está el ámbito de
la moral severamente disminuido por el mito del hombre surgido de la modernidad.
Esto último es el sello de nuestro tiempo como especie. Un tema a comentar.
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