Para dejar una aproximación al tablero y las jugadas por venir, con la salvedad de que nada es definitivo.
Los resultados electorales del
seis de junio a favor de la transformación son el inicio de la disputa por el
poder bajo otra distribución de fuerzas.
Del bando perdedor, la coalición
va por México, durante toda la campaña tuvo información de sus nada firmes
probabilidades de conseguir una mejor correlación de fuerzas. Pero la
información no les hizo cambiar de estrategia, se la llevaron descalificando al
gobierno federal -a su titular- esparciendo noticias falsas y no hicieron
visible su proyecto. Aunque tuvieron en abundancia la disposición de los medios
de comunicación y contratación en redes, la soberbia los separó del contacto
popular.
Los articuladores de esta
coalición insistieron en hacer campañas desde recintos cerrados, las más de las
veces. El ejemplo más destacado de este proceder fue la reunión en Hermosillo,
Sonora, para echar el resto en favor de Ernesto Gándara para gobernador de ese
estado. Reunieron a empresarios, hicieron un evento totalmente clasista y así
querían obtener el beneplácito popular. Perdieron de todas, todas.
Hasta ahora desconozco si
hicieron una evaluación de la costosa campaña que no les reportó los resultados
deseados. No les importa, seguirán así, lo suyo es la imposición, producir
terror a través de la manipulación del miedo.
Lo sucedido es sólo un episodio
electoral y la disputa sigue. El núcleo tecno-político-empresarial que está
detrás y dirige los destinos de va por México está intacto. De hecho, es la
versión electoral del pacto por México. Intereses de expresidentes, empresarios
que juegan a las vencidas y jueces a su servicio. Seguirán despotricando,
difundiendo mentiras, defendiendo sus privilegios, negándose a construir un
proyecto popular. En el fondo son partidarios de la oligarquía constreñidos a
simular la democracia.
Por su parte, la coalición
transformadora refrendó y amplió su respaldo ciudadano en congresos, municipios
y gubernaturas. Depende del desempeño en estas plataformas para seguir agregando
poder por la vía democrática. Y lo que se sume desde el quehacer federal, en
puerta tres reformas constitucionales que se solicitarán al Poder Legislativo:
la eléctrica, la electoral y Guardia Nacional. Desde ahora y durante los
próximos meses, el color de la contienda lo pondrá el combate a la corrupción,
así será hasta que se inicie el año electoral en octubre de 2023.
(Esta es una consideración de
alcance político, omite variables intervinientes fuera de mi competencia.
Economía, crimen organizado, relaciones exteriores, por mencionar tres.)
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