martes, 21 de agosto de 2018

Cábala de la transición

El obligado interregno mexicano. El lapso que corre de la elección presidencial y la efectiva transmisión del poder sucede en la simultaneidad de dos desfiles que van en sentido contrario por la misma avenida. Se encontraron frente a frente el lunes 20 de agosto en el Palacio Nacional. El desfile de fantasmas de los que se van y el desfile de ilusionada sonrisa de los que llegan.

A falta de hechos, vuelo se ha dado la opinión sobre los fichajes que ha acordado López Obrador para integrar su equipo gobernante. El perfil político en primer lugar, generacional también, de luchadores sociales y sensible adelgazamiento de los técnicos. Escudriñar su pasado, sus méritos académicos y cuestionar ¿Dónde están los expertos? El tufo que deja la era tecnocrática en la prestidigitación de deshumanizados datos duros.


El “saber técnico” dónde está. Se fundió en la secretaría de comunicaciones y transportes a cargo de Gerardo Ruiz Esparza. Ya con anterioridad, varios lustros atrás, el saber técnico de los economistas hizo todo lo posible por desmantelar el sector energético responsabilidad del Estado. A estos chamanes de la posmodernidad el país se les hizo charamusca. Sacerdotes sin genio que no crearon mitos, pero que surtieron falacias de autoridad acerca de una prosperidad engañosa.

Para tomar en cuenta por si se tiene la preocupación. La administración pública federal ha resistido muchos presidentes con sus respectivos equipos. La duda persiste, tanto que se ha hecho atávica, sobre una cuestión que ni técnicos, ni políticos, han podido someter: el autoritarismo. 

Formas perniciosas como el patrimonialismo, la discrecionalidad, el nepotismo y otras expresiones del abuso de autoridad en el que incurren los funcionarios y lastran los resultados esperados de cada administración. Funcionarios que, aunque obligados a cumplir la ley pues no tienen opción la desvían en favor de sus intereses personales. Al respecto todo ha sido de palabra, la prueba del ácido comenzará el primero de diciembre.

En este cambio de guardia y durante el sexenio por venir, los expertos que han disfrutado de la Jauja neoliberal no se cansarán de buscarle debilidades al nuevo gobierno, serán portadores involuntarios del mensaje apocalíptico. Olga Sánchez Cordero asegura que tendremos estadista con capacidad de superar contradicciones, al tejedor de la cobija nacional. De no ser así sería mucho desperdicio haber conseguido una victoria aplastante en las urnas.


A la salud de la República.

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