jueves, 26 de mayo de 2016

¿Beltrones v.s. Osorio Chong?

“tiene en sus manos la dura y fría palanca con la que superará las peores crisis: el desprecio a la gente”
Stefan Zweig


Las campañas políticas del verano del 2016 no encuentran narración que se apiade de ellas. Habrá que esperar los resultados del próximo 5 de junio. Doce gubernaturas en juego y algo más. Entonces se tendrá materia sustanciosa que comentar, distante de la coprofagia de campaña.

En el vacío cívico –ausencia de civilidad aunque exista “autoridad”- se han arrojado las campañas. Por eso esta semana se ha hecho más palpable un relato con más miga, que remite al 2018 y tejido de tiempo atrás. Desde el momento de la asunción de Manlio Fabio Beltrones como presidente del comité ejecutivo nacional del PRI, su posibilidad de ser nominado a la presidencia de la república por su partido ha sido atajada con el tabú: el presidente del partido no puede ser presidente de la república. En ésas están los transformadores, los modernos cavernícolas. A Beltrones se le trata cual infante de tutor autoritario: puedes ver la tele pero no prenderla.

Pero les decía, esta semana notas y columnas periodísticas se han acercado a pormenorizar la relación Beltrones-Osorio Chong a la luz de las campañas en curso y su efecto sobre el PRI. Otra vez el disenso soterrado, sin asamblea o foro partidario de por medio. No hay experiencia en cabeza ajena. Como los depredadores, el pasado no les informa nada, su aptitud se reduce a olfatear la oportunidad y de ello hacen depender su existencia política. Jamás un legado duradero que presumir les interesa construir. Están lejos de Calles y de Cárdenas. De igual modo, el juego es vencer o morir.

Pero ya no juegan solos. Lo cual no se debe a la blandengue autoridad electoral, comparsa a sus órdenes. Ni el pluralismo fingido, partidocracia de saltimbanquis y alianzas corruptas. Los políticos saben que son vigilados por el gobierno de los Estados Unidos, por la Unión Europea y los inversionistas globales. Los políticos ya no tienen la red de protección que les confería el nacionalismo. Ya no basta estar alineado y alienado en el presídium para poner cara de esfinge. Ahora el foro se parece a un palenque para un gallo en solitario, puesto al centro, dispuesto a ser visualizado por los espectadores, trasportados y colocados, a prueba de indignados. A los políticos ya se les ve moviéndose como monos enjaulados. Macacos sin gracia.


En medio de este novísimo orden la gente es lo de menos, a rascarse con sus propias uñas, sin considerar los extremos de este abandono: la justicia por propia mano, ni hablar del ingreso de familias enteras a las filas del crimen organizado. Eso sí, nada de marchas, protestas o blandir el látigo de las redes sociales. Hay que regimentar a las mayorías, las libertades efectivas son para el uno por ciento. 

No hay comentarios.:

Powered By Blogger