Sólo la impericia presidencial ha
posibilitado la degradación pública ¿Hay de otra? de los titulares de la Defensa y Gobernación.
Ya se comentó la nada afortunada
salida al ruedo mediático del General a cargo de la SDN. Por lo que haya sido,
si en Los Pinos no defienden a Salvador Cienfuegos, salir a los medios no es su
mejor opción. Ahora el General tiene que experimentar la degradación con la
difundidísima notica sobre la persecución de Joaquín Guzmán Loera en la
confluencia serrana de Chihuahua, Durango y Sinaloa. Operación hermética encargada
a la Marina, ésa institución si puede. Elegante manera de mostrarle confianza
al Ejército mexicano.
En situación semejante se encuentra
el encargado de Gobernación, casi sin guerreros propios, y sometido a cañonazos
mediáticos. El video filtrado a Televisa donde se evidencia la negligencia, por
decir lo menos, en la responsabilidad de vigilar con eficacia, sin lugar a fuga
pues, al ya mencionado narcotraficante, mundialmente conocido bajo el sobre
nombre de “El Chapo”.
Dos pilares formales de la
seguridad hechos palillo. Y así estamos, con miles de muertos y desaparecidos sin declaratoria de guerra de por medio.
Cómo entender esta degradación
cuando el mismo gobierno cultiva relaciones privilegiadas con algunos
consorcios mediáticos. Esos consorcios que no por casualidad se afanan en
alertarnos y hacer fobia del “populismo”, del “estatismo” y, ya encarrerados,
exhibir ciertas torpezas de los representantes del Estado, no todas. Si los
aliados no surten blindaje buen negocio son esos aliados.
El caso es que lo que menos les
interesa a los gobernantes es el Estado, les vale gorro, son anarquistas
involuntarios y cuando quieren asumir responsabilidad la hacen en calidad de
represores. Quieren pasar a la historia como promotores de la inversión y sólo
sirven para los negocios de los cuates. No quieren ser estadistas, se
achaparran en el papel de “managers”.
Así es la política en tiempos del
“media training”.
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