miércoles, 7 de octubre de 2015

Bronconsecuencias

Cómo una ciudadanía como la neolonesa acepta la conducción de alguien que se reconoce como bronco (RAE: tosco, áspero, sin desbastar). Ya sé, coloquialmente el adjetivo puede ser un elogio, una encomiable admiración. Nada más lo planteo para que no se den por engañados. Hace quince años esa misma sociedad, para mejor precisión, el Grupo Monterrey impulsó a Vicente Fox y la decepción que se llevaron fue grande. Pero la política, la baja política, no se hace de experiencias sino de oportunidades. Hoy, el estado de Nuevo León ha encontrado en Jaime Rodríguez el clon de Vicente Fox.

Se está ante un demagogo, los hechos y las obras podrán cambiar esta definición. El hecho es consumado, Jaime Rodríguez gobernador. Desde la superficie, sin averiguar secretos o intrigas, el nuevo gobernador que se reputa de “independiente” consiguió el aval popular por dos razones: la primera, el PRI entregó la plaza anticipadamente al postular a una conductora de televisión local, cuya campaña fue de tropiezo en tropiezo; la segunda razón, una bien armada campaña de desprestigio en contra de Rodrigo Medina y familiares que supo captar la indignación de la ciudadanía, de cara a la gestión de gobernantes corruptos. La campaña se basó en denuncia mediática no en el proyecto, otro parecido con Vicente Fox.

El sábado tres de octubre, Jaime Rodríguez quedó ungido y protestó ante el Congreso local como gobernador constitucional del estado de Nuevo León. Ahorrándose la cortesía política fue amenazante, le falta cumplir su cruzada en contra de la corrupción, formalmente tiene seis años para cumplir y develar que la historia de bandidos está sustentada o estamos ante la repetición de gracejadas, como aquella de las tepocatas y víboras prietas. De nuevo Fox.

Si el nuevo gobernador quiere limpiar la casa en serio no serán suficientes las auditorías, tiene que disponer del método indagatorio que le aporte las pruebas y así poder consignar a su antecesor y sus colaboradores ente la autoridad competente. El desfalco de las arcas públicas es un arte que tiene una primera regla para la autoridad elegida: no firmar nada relacionado con contratos; la segunda regla, contar con dos operadores que dirijan las artesanías en finanzas y obra pública. Si no tiene el método, el nuevo gobernador está condenado a incumplir. Claro, puede optar por medidas autoritarias, de excepción. Sería una gran aportación que tuviera el método indagatorio.

Y la verdadera prueba de fuego para el nuevo gobernador, construir una administración aseada y transparente, rechinando de limpia.

El domingo 4 de octubre, Jaime Rodríguez volvió a emular a Fox, ahora con una cabalgata y una reunión con los leales en la Arena Monterrey (Se acumulan indicios para que no reclamen después de engaño) Encuentro con una frase o consigna delirante: 2018, nueva independencia de México. Sería bueno que el flamante gobernador informara de que otro estado nación se tiene que independizar México. Ante el delirio se alucina y yo alucine. A qué tipo de independencia se referiría. A la de Texas respecto a México en 1837, para integrarse después como una estrella más de los Estados Unidos, la orgullosa estrella solitaria. En eso pensé e imaginé, ahora sí, un Bronco encabezando la secesión no sólo de Nuevo León, sino de todos los estados fronterizos del norte. Ésta sería una “bronconsecuencia” hacia la disolución del Estado mexicano.

En ese loco correr de los caballitos, los grandotes con los chiquitos rumbo a la Arena Monterrey, se hizo evidente el despunte de campaña, salvo para quienes no lo quieran ver, Jaime Rodríguez candidato “independiente” a la presidencia de la república en el 2018. Como Fox, va estar en campaña y viajando. Fernando Elizondo se encargará del gobierno de Nuevo León como Ramón Martín Huerta hizo lo propio en Guanajuato.

Así, con una virtual candidatura que se agrega a la de Andrés Manuel López Obrador, toma cuerpo y se hace antojadiza la especulación por el 2018. Si ya se tiene al insustituible candidato de la izquierda, si ya se tiene al candidato “independentista”, la baraja del PRI ya inicia el descarte, y si me apuran me parecen que terminarán nominando a Manlio Fabio Beltrones como su candidato ¿Por qué? Primero, ya se rompió el patrón que hacía a algún miembro activo del gabinete el favorito y seguro ganador; segundo, porque el PRI no tiene gobernador reputado para postularse; tercero, contra el tabú que niega al dirigente del partido acceder a la presidencia de la república (recordar el TUCOM y como algunos gobernadores en el 2006 le ofrendaron en bandeja de plata la presidencia a Felipe Calderón) Las condiciones han cambiado en un contexto de creciente denuncia popular en contra de los gobernadores ladrones. Por eso, otra “bronconsecuencia” es la lista de tres nombres que aparecerán en la boleta electoral de 2018.


¡Pobre Nuevo León! ¡Pobre México!

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